Cómo cierran el año cada una de las variables económicas que despiertan alertas para 2022


La recuperación de la actividad, el consumo y la producción industrial se arrogan a un rebrote pospandemia; Los economistas advierten que el bajo nivel de comparación de 2020, a diferencia de este año, y la falta de reservas, atraso cambiario y debilidad del esquema económico serán más evidentes en 2022

Por Camila Dolabjian

La recuperación de la economía en 2020 es tanto una buena noticia como una advertencia para el año que viene. Las mejoras cristalizan un rebote y una sobreestimación, consecuencia de “efecto de baja base”, que no se repetirán en el 2021, según los especialistas. Por lo contrario, de acuerdo con las principales consultoras, se espera que se cuelen en el escenario económico, con mayor fuerza, la desconfianza de los inversores, los límites del esquema actual y los desequilibrios nominales.

Este fue también el año que dio inicio a la recuperación económica. Después de tanto dolor y tanta postergación, estamos avanzando y creciendo. Hay más actividad económica, más producción, más exportaciones, más trabajo y más consumo (…) Vamos por buen camino”, expresó Alberto Fernández en un mensaje navideño grabado. El optimismo genera una advertencia, para los economistas: la recuperación, potenciada por la estadística, será más difícil el año entrante.

Desde la consultora Ecolatina, en un informe, remarcaron que el 2022 será “desafiante”. “El rebote post pandemia ya ocurrió y, muy posiblemente, el abordaje de los desequilibrios existentes implique afrontar ciertos costos. Además, los limitantes económicos impedirán continuar profundizando la heterogeneidad nominal, por lo que esperamos que las variables se muevan conjuntamente en el rango del 50%”, dijeron en un informe los economistas de Ecolatina.

Cómo cierra el año

Actividad económica

De acuerdo con la consultora LatinFocus, la actividad económica cerrará en 8,6%. Otras estimaciones apuntan hasta un 9%. Los economistas apuntan a la reapertura de actividades y el shock en términos de intercambio para explicar el crecimiento, que recuperó gran parte del retroceso de 2020.

Producción de bienes

Según Ecolatina, la expansión en la industria manufacturera, que recuperó los niveles de 2019, estuvo liderada por la producción automotriz, equipo de transporte, maquinaria y equipo, prendas de vestir, metálicas básicas y productos no metálicos y de la actividad de la construcción. En contraste, en el caso de los servicios, la expansión se ubicará por debajo del nivel general de actividad y todavía tendrá terreno por recuperar en relación con los niveles pre-pandemia.

La industria automotriz fue una de las líderes en el crecimiento de la actividad económica
La industria automotriz fue una de las líderes en el crecimiento de la actividad económicaShutterstock

La producción industrial, según LatinFocus, aumentó 14,3% durante 2021. La cifra casi duplica la pérdida de 2020 (-7,5%). Sin embargo, en 2022 el crecimiento se desacelerará a niveles similares a los de 2017 (2,5%). “La producción industrial se expandirá un 2,6% en 2022, lo que supone un aumento del 0,1%. Para 2023, el panel pronostica industrias la producción aumentará un 2,1%”, destacó el reporte.

Consumo

“El consumo privado crecerá levemente por encima del nivel general de actividad, pero aún se ubicará alrededor de 6% por debajo del nivel de 2019, y será casi 15% inferior al máximo alcanzado en 2017″, comentaron desde Ecolatina.

Empleo

2020 cerró con un desempleo de 11,6% de la población económicamente activa, según LatinFocus. Este año, el indicador se ubicará cerca de 10,3%, tasa que marca una recuperación en el mercado laboral aunque todavía está por debajo 0,5 puntos porcentuales respecto al nivel de 2019.

“La recuperación de la cantidad de ocupados estuvo liderada en 2021 por el empleo asalariado informal y los cuentapropistas, que fue el mismo segmento del mercado de trabajo que explicó gran parte de la caída en la ocupación durante las restricciones sanitarias en 2020. Esta recuperación fue ayudada por la mejora en el empleo asalariado privado formal, concentrado especialmente en la industria, que ya superó los niveles previos a la pandemia (aunque siguen 5% por debajo de los niveles máximos alcanzados en 2017)”, destacó Ecolatina en el informe.

Comercio internacional

“El 2021 se caracterizó por el fuerte incremento tanto del intercambio como del saldo comercial, que a su vez impulsó al superávit de cuenta corriente. La significativa suba de los montos intercambiados estuvo impulsada tanto por la recomposición de los volúmenes -luego del fuerte impacto negativo que tuvo el COVID en el comercio global-, como por el fortísimo shock positivo de precios internacionales”, indicó Ecolatina.

Barcos a la espera de cargar cereales en puertos de San Lorenzo, radas de Molinos y Vicentin

A pesar de los altos niveles de exportaciones, la mayor disponibilidad de divisas no fue capturada por el Banco Central. Las reservas internacionales netas volverán a fin de año a cerca de los niveles mínimos de fin de 2020, a pesar saldo positivo de cuenta corriente, la persistencia (y endurecimiento) de las restricciones cambiarias y el ingreso extraordinario de DEG (US$4.300 millones) en septiembre.

Déficit fiscal

El Estado cierra el año en un rojo cercano al 3,3% del PBI. Representa cerca de la mitad del déficit fiscal primario de 2020 (6,4% del PBI), debido a los programas de asistencia social, gastos por la pandemia y un deterioro de la recaudación. En 2021 los ingresos mejoraron por el salto en los recursos del comercio exterior y el impuesto a la riqueza que, según Ecolatina, en conjunto explican una mejora en el saldo primario de 1,3 p.p. del PBI.

Inflación

La inflación cerrará el año cerca de 50%, lo que implica un crecimiento de aproximadamente 14 puntos porcentuales respecto al año pasado. Según diversas consultoras, en contra del pronóstico presentado por el Ministerio de Economía en el proyecto de Presupuesto 2022 rechazado (36%), la inflación se ubicará en niveles similares el año que viene.

“Parece que la inflación se mantendrá elevada en 2022 en medio de una continua, aunque algo más lenta, financiamiento monetario del déficit fiscal. Los panelistas de FocusEconomics proyectan que la inflación terminará 2022 en 49,8%, es 1,9 puntos porcentuales más que la estimación del mes pasado, y 2023 en 38,9%”, comentaron.

Según Ecolatina:

  • Inflación: 50%.
  • Precios “núcleo”: 55% i.a.
  • Gasto en subsidios: 140% i.a. (se duplicarán nominalmente este año).
  • Tipo de cambio: 24% i.a.
  • Tarifas: 10% i.a.

Desafíos para el año que viene

Las consultoras explican que el año que viene no podrá repetirse la dinámica de este año. Diversos factores aportan a este pronóstico. En primer lugar, el acuerdo con el FMI buscará limitar el atraso cambiario y comenzar a generar una consolidación fiscal. Miguel Pesce, presidente del Banco Central, adelantó que el tipo de cambio oficial se devaluará paulatinamente, en línea con la inflación.

Para algunos especialistas, como Claudio Caprarulo, además de darse un fenómeno de lenta devaluación, también deberá hacerse una depreciación mayor en algún mes del año que viene. “Se va a tener que romper una lógica que vaya entre el 2,8% y el 3,8%. En algún mes tiene que haber un salto más grande. Con 50 puntos de inflación y la pobreza en estos niveles no hay lugar para un shock devaluatorio, pero, al menos, se debe hacerlo de otra forma como para empezar a recuperar la apreciación real de este año”, agregó Caprarulo.

“El 2021 dejó en evidencia los limitantes económicos: pese al shock de términos de intercambio, el ingreso extraordinario de DEG y la contención del turismo emisivo (tres factores que difícilmente se repitan en 2022) el BCRA no acumulará reservas, las cuales cerrarán el año en niveles mínimos”, alertó Ecolatina.

Peligra la estrategia del Banco Central para contener la devaluación del dólar oficial, para los economistas


La entidad monetaria aceleró el ritmo devaluatorio y busca alinearla con la inflación; los economistas creen que deberá pegar un salto en algún momento, frente a la presión de demanda y el rojo en las reservas

Por Camila Dolabjian

La estrategia de devaluación paulatina del Banco Central está bajo tensión. El rojo en las reservas y la demanda sobre el dólar suman presión al tipo de cambio oficial, atrasado durante todo el año en comparación con la inflación.

Los especialistas alertan que cada vez será más difícil mantener una política de crawling peg, como se la llama en la jerga económica. Advierten que la cartera de Miguel Pesce deberá acelerar el ritmo de devaluación o hacer un salto, más o menos brusco, en los meses por venir.

En las últimas semanas, la tasa de devaluación pasó de 1% mensual a 1,5%. La intención es alinearla con la inflación, un objetivo que se ve cada vez más distante por los factores que empujan al alza la suba de precios, como el reciente anuncio de aumento de tarifas de luz y gas, y los desbalances en las finanzas públicas.

“Diciembre va a cerrar con una tasa de devaluación de 2% y una inflación de 4,5%. Cada mes que demoran la corrección, la devaluación se vuelve más urgente”, sentenció Camilo Tiscornia, de C&T Asesores Económicos.

“Por ahora sigue lejos de la tasa de inflación, pero la señal es clara: 2022 será un año de corrección. La discusión es hasta qué punto y su efectividad. Más allá de qué porcentaje alcance la tasa, una de las claves es si será suficiente para dar vuelta las expectativas”, opinó Claudio Caprarulo, economista de Analytica.

Los especialistas apuntan a un aceleramiento de la estrategia crawling peg.El desafío del Gobierno sería bajar la tasa de devaluación esperada. De no lograrse, el impacto en la brecha cambiaria sería menor y la dolarización continuaría siendo alta.

“Para que eso no suceda, la política monetaria y fiscal tienen que ser consistentes con la nueva política cambiaria. Es claro, que cualquier aceleración de la depreciación va a presionar la inflación al alza. El próximo año va a ser muy complejo para el equipo económico, deberá hacer control de daños, la pregunta es sobre quién caerán los costos de dejar de pisar las tarifas y el tipo de cambio”, agregó Caprarulo a LA NACION.

Aunque la tasa de devaluación está subiendo, todavía el panorama es incierto. “No está claro si va a mantener la tasa a un ritmo similar a la inflación o van a intentar que esté por arriba en algunos meses para recuperar algo de la competitividad externa perdida”, dijo Joaquín Waldman, economista del CEDES.

El crawling peg podría correr peligro por la necesidad de dar un salto más importante en menos tiempo. “La tasa está desfasada de la tasa de interés. Se viene manteniendo muy por debajo de la inflación y devaluación, con lo cual cualquier inversión como un plazo fijo pierde contra el dólar y contra los bienes. Es muy difícil desincentivar la compra de moneda extranjera. Eso motiva a que, por ejemplo, los importadores prefieran pedir préstamos en pesos a una tasa de interés muy baja para pagar sus costos locales en vez de liquidar, vender”, dijo Waldman a LA NACION.

El dólar blue tocó hoy su máximo nominal histórico al cotizar $210, si bien luego bajó. La emisión monetaria para asistir al fisco alcanzó un nuevo récord nominal durante el mes al girarle el Banco Central (BCRA) al Tesoro en cuatro envíos un total $481.816 millones. Los billetes de “maquinita” crecieron 614,47% entre el primer trimestre ($135.000 millones) y el último trimestre del año ($964.528 millones).

“La tendencia a que el dólar quede atrás de la inflación no puede seguir mucho tiempo más. No están devaluando con la intensidad suficiente. El Gobierno sabe que no puede seguir perdiendo competitividad, pero saben que si mueven el tipo de cambio agravan la inflación. Están atrapados”, opinó Tiscornia.

El primer trimestre del año que viene será decisivo por la negociación con el FMI. Los economistas consideran que la demora en la aceleración del ritmo devaluatorio pudo sostenerse hasta ahora por la expectativa respecto a un acuerdo. Si fracasa o se traba antes del próximo vencimiento en marzo, “la presión va a desbordar”, dijo Tiscornia.

Las reservas argentinas llegaron al 0,5% del PBI, el peor nivel entre los países emergentes


Tras el pago de US$1.900 millones al FMI la semana pasada, las reservas netas quedaron cerca de US$2.200, según estimaciones de consultoras; esto es casi la mitad de lo que deberá pagar el Gobierno al organismo en el primer trimestre del año que viene

La Argentina es el país con menos reservas netas como porcentaje del PBI entre los países emergentes. Así se desprende de un estudio hecho por la consultora 1816. Tras el pago al Fondo Monetario Internacional de US$1.900 millones la semana pasada, las reservas netas del Banco Central se estiman en US$2.180 millones. En el primer trimestre de 2022, el Gobierno debería desembolsar cerca de US$4.000 como parte del stand-by agreementcasi el doble de lo que se encuentra en las arcas públicas actualmente.

Las reservas, de acuerdo con la consultora, representan 0,5% del PBI. Es el nivel más bajo entre los países emergentes con productos brutos internos superiores a US$100.000 millones. Solo tres de ellos, entre los 24, tienen menos del 5%. El siguiente en el ranking es Ecuador, que tiene reservas equivalentes al 1,3% del PBI, más que el doble que Argentina. En tercer lugar, se ubica Turquía con 4% del PBI.

“En promedio, los emergentes ´grandes´ tienen 20% de reservas netas sobre el PBI (para comparar, eso en la Argentina significaría tener más de US$80.000 millones de reservas netas o US$120.000 millones de reservas brutas dados los pasivos en dólares actuales del Central)”, explicó el informe.

Argentina es el país emergente grande con menos reservas comparado con su PBI
Argentina es el país emergente grande con menos reservas comparado con su PBIshutterstock – Shutterstock

De acuerdo con el informe del Banco Central, las reservas brutas cerraron ayer en US$39.182 millones.

Según 1816, la Argentina también está debajo en el ranking de los países emergentes ´grandes´ a la hora de mirar stocks de deuda pública en manos de no residentes (es decir, la porción de deuda pública que está offshore, sea en forma de bonos o en forma de préstamos). “En nuestro país ese número es de 35% del PBI (incluyendo 9% con el Fondo y 4% de deuda provincial) y solo nos supera Ecuador (42%). En promedio, los gobiernos de países emergentes deben al resto del mundo 17% del PBI, que es menos de la mitad del número que tiene Argentina”, destacaron.

“Un dato interesante para mencionar es que si a los bonos de la Argentina los medimos a valor de mercado (en lugar de a su valor nominal), la deuda pública externa (es decir, en manos offshore) del país baja a niveles de 23% del PBI, alineándose más con otros emergentes”, agregaron.

Desde 1816, consideran que al Banco Central le quedan pocas balas para aguantar el tipo de cambio actual. Sin embargo, no creen que vaya a decidirse un salto brusco en la cotización del oficial, ya que “es lo último que está dispuesto a ceder el Gobierno”. Ven con más probabilidad que el Ejecutivo endurezca el cepo, suba las tasas o tenga reservas negativas. “Una sequía podría dejar sin alternativas al Ejecutivo en el arranque del 2022″, alertaron.

La consultora Analytica evaluó el caso argentino en comparación con Egipto y Angola, dos países con similares acuerdos de facilidades extendidas con el FMI, restricciones cambiarias e inflaciones.

“En el caso argentino, las reservas brutas, representan entre 7 y 8 meses de importaciones, número similar al que alcanzaron Egipto y Angola, con la salvedad alarmante de un préstamo de entre 3 y 10 veces el de esos países. La inflación, además, duplica la de los países africanos, condicionando el sendero de tipo de cambio y los salarios”, contaron.

Argentina en el espejo de Angola y Egipto: qué medidas se requieren para alcanzar un acuerdo a 10 años con el FMI


La experiencia de esos dos países africanos con el organismo multilateral; semejanzas y diferencias en cada caso, según un informe privado

Por Martín Kanenguiser

Para llegar a un acuerdo de refinanciación de la deuda a 10 años con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Argentina podría mirarse en el espejo de dos países africanos.

Se trata de dos programas de facilidades extendidas como el que negocia el Gobierno y que, pese a sus obvias diferencias, sirven como referencia para ver las exigencias y condiciones que deberá enfrentar para llegar a un final feliz.

Al respecto, un informe de Analytica destacó que “una manera de visualizar las fronteras bajo las que se moverá la economía con un nuevo programa con el FMI es analizar casos recientes con particularidades similares a la Argentina”.

En este sentido, la consultora de Ricardo Delgado eligió los ejemplos de Egipto y Angola, que alcanzaron acuerdos de facilidades extendidas, aunque con “restricciones cambiarias e inflaciones moderadas”.

En el caso argentino, las reservas brutas representan entre 7 y 8 meses de importaciones, número similar al que alcanzaron Egipto y Angola, con la salvedad alarmante de tener un préstamo de entre 3 y 10 veces al de esos países

Al evaluar estos programas, Analytica concluyó que:

– Los fundamentos macroeconómicos (el resultado fiscal y cuenta corriente, que se mueven en tándem) mejoraron.

– La acumulación de reservas internacionales apuntó a niveles equivalentes a seis meses de importaciones. El tipo de cambio creció por encima de la inflación y el crecimiento del PBI no se vio afectado significativamente.

De este modo, se asegura que “ambas experiencias conllevaron ajustes sin grandes efectos reales”.Evolución de las reservas por componentes
Fuente: Analytica en base al BCRA
Evolución de las reservas por componentes Fuente: Analytica en base al BCRA

Para analizar la posibilidad de que la Argentina también transite un ajuste suave, Analytica le prestó atención a “la administración de las importaciones, los subsidios económicos, los impuestos y los acuerdos salariales”.

En particular, “en el caso argentino, las reservas brutas representan entre 7 y 8 meses de importaciones, número similar al que alcanzaron Egipto y Angola, con la salvedad alarmante de tener un préstamo de entre 3 y 10 veces al de esos países”.

Por otro lado, el nivel de precios local “duplica la de los países africanos, condicionando el sendero de tipo de cambio y los salarios”.

Una parte sustantiva de la discusión con el FMI debe centrarse en encontrar la mejor relación entre las importaciones respecto de las reservas internacionales, para evitar una drástica recesión

Sin embargo, hay buenas noticias en la comparación: “La economía local presenta mejores fundamentos. Ambos países africanos tenían déficits gemelos (fiscal y externo), en tanto la Argentina registra superávit en la cuenta corriente y un menor déficit fiscal total”. En el caso del déficit financiero, “se espera que sea alrededor de 5% del producto en 2021, frente a 7% en Angola y 12% en Egipto en el año previo a sus respectivos acuerdos”.

De este modo, según Analytica, “una parte sustantiva de la discusión con el Fondo debe centrarse en encontrar la mejor relación entre las importaciones de bienes y servicios respecto de las reservas internacionales, de modo de evitar una drástica recesión y un empeoramiento en los indicadores sociales”.Las definiciones de Ricardo DelgadoLas definiciones de Ricardo Delgado

Las reservas mantienen un sendero de reducción medidas en meses de importaciones, visible desde mediados de 2019, tanto para las reservas brutas como netas: la Argentina cuenta con USD 41.100 millones de reservas brutas y entre USD 6 y 7 mil millones de importaciones mensuales de bienes y servicios, lo que equivale a una relación de entre 6 y 7 meses. Pero “las reservas netas cubren un solo mes de importaciones en el caso argentino”.

“El crédito refinanciado de Angola era de USD 3.700 millones y contaba con unos USD 15.400 millones de reservas al firmar el acuerdo, una relación de 0,25. El programa de Egipto, en tanto, fue de USD 12.000 millones, con reservas por USD 23.600 millones, un cociente de 0,5. Esta relación supera 1 para la Argentina. Algún ajuste se requiere”.

El frente externo luce más complicado que el fiscal: el déficit financiero es inferior al de Angola y Egipto y la mayor inflación ayuda a la recaudación de impuestos (incluido el propio impuesto inflacionario)

De este modo, “el frente externo luce más complicado que el fiscal: el déficit financiero es inferior al de Angola y Egipto y la mayor inflación ayuda a la recaudación de impuestos (incluido el propio impuesto inflacionario)”.

Al comparar el nivel de inflación entre los países africanos y la Argentina (25-30% versus un piso de 50% para 2022 en el país), “combinar una reducción de los subsidios con alguna recomposición del tipo de cambio pone un límite a la recomposición de los salarios, aunque puede tener un leve impacto sobre la tasa de crecimiento de la economía”.

Devaluación condicionada

“Estos niveles de inflación condicionan el ritmo devaluatorio, forzando a reducir las importaciones a través de nuevas restricciones en tanto las reservas brutas no aumenten”.

Delgado dijo a Infobae que “con las enormes diferencias que hay entre Angola, Egipto y la Argentina, la meta de acumulación de reservas aparece como un elemento en común” como parámetro en las negociaciones con el FMI.

“Es interesante ver que ni en Angola ni en Egipto hubo una caída drástica de la actividad económica; esa es una buena noticia, aunque claramente el ajuste virtuoso que busca la Argentina no es muy factible porque no hay manera de que el año que viene el aumento de la recaudación compense la reducción del déficit fiscal esperada”, indicó.

Por esta razón, acotó, “hay que enfatizar la necesidad de segmentar tarifas como el primer paso para bajar subsidios y gastos”. Así, tal vez, no se repita el escenario del 2021, en el que el Gobierno tuvo que cortar el ingreso familiar de emergencia (IFE) porque decidió mantener los precios de los servicios públicos congelados para los hogares de mayores ingresos en el área metropolitana.