Dólar: pronostican un endurecimiento del cepo en los próximos meses


Es porque el Gobierno se comprometió con el FMI a acumular US$ 5.800 millones en las reservas en el año y el cumplimiento de esa meta está cuestionado.

Por Ezequiel Burgo

El ministro de Economía, Martín Guzmán, dijo el viernes pasado en reportajes que en la última semana aumentaron las reservas del Banco Central.

La comunicación oficial del banco no lo refleja así. El viernes 22 la autoridad monetaria informó que las reservas totalizaban US$ 42.865 millones. Una semana antes, el miércoles 13 (jueves y viernes fueron feriados), fueron US$ 43.302 millones.

No solamente que por ahora las estadísticas del banco no registran el aumento que el funcionario mencionó sino que el mercado empieza a creer que más temprano que tarde el Gobierno tendrá que restringir más los controles y por lo tanto el cepo. Esto es porque de lo contrario incumpliría con el FMI la meta de acumular US$ 5.800 millones para este año.

Las consultoras FMyA, Analytica y Econviews comparten este view.

«El agro está liquidando, el dólar está dejando de atrasarse , pero la demanda de divisas sigue firme, por lo que BCRA no compra reservas», señala un trabajo de la consultora que dirige Fernando Marull. «En mayo-junio, el agro va a seguir liquidando, pero al BCRA le faltan comprar US$ 2.600 millones todavía. A este ritmo no llega. ¿Solución? Endurecer el cepo, otra vez. Salvo que Argentina reciba del FMI US$1400m, de una ayuda global que esta evaluando el organismo».

Según Analytica existen más posibilidades de que el Banco Central endurezca el cepo cambiario en los próximos meses porque el aumento de la tasa de inflación es mayor al de la suba del dólar y eso incentiva la compra de productos y servicios importados. “Las importaciones de bienes en marzo alcanzaron los U$S 7,1 mil millones, un récord absoluto para el mercado único y libre de cambios desde su existencia (2003). El valor más alto hasta marzo había sido en agosto de 2013, U$S 6,9 mil millones”.

Una de las metas acordadas con el organismo es el compromiso para acumular US$ 5.800 millones de reservas en el año. “Es evidente que el nivel actual de importaciones no es consistente con ese objetivo -dice Analytica-, la solución menos costosa sería que el gobierno logre revertir las expectativas para impulsar el ingreso de dólares para inversiones y frenar al mismo tiempo la dolarización tanto a través de importaciones como de demanda de dólares financieros. Hoy un camino que parece imposible. Por lo tanto, hacia adelante lo más probable es un endurecimiento del cepo cambiario. Más allá de que en el acuerdo con el FMI se comprometió a su reducción”.

Según los cálculos de Analytica, el Gobierno puede ahorrarse unos U$S 4 mil millones si logra que lsa importaciones crezcan al ritmo que le permite acumular los dólares tal como fue acordado. Para la consultora, “no es necesario que profundice el cepo cambiario a los niveles del 2014-2015”.

El Banco Central administra los pagos de importaciones de acuerdo a la disponibilidad de divisas y hay insumos importados que no se consiguen.

«Con cepo y restricciones para exportar, los dólares necesarios para financiar esas importaciones escasean, especialmente considerando que el Banco Central debe acumular reservas para cumplir con las metas del FMI», pone Andrés Borenstein en el último informe de Econviews. «Es por ello que en nuestro escenario base proyectamos un enfriamiento de la economía en el próximo trimestre».

Los “cerebros” argentinos detrás de la dolarización ecuatoriana


Ecuador adoptó el dólar en 2000 como moneda oficial, con el asesoramiento de dos economistas de la Fundación Mediterránea. Uno de ellos cuenta la historia.

Por Damián Kantor

La película tiene un tono dramático y dos de sus principales protagonistas son «conocidos». El guión se desarrolla en un país latinoamericano y arranca con toda la furia: miles de ahorristas tratando de sacar su dinero de los bancos y el gobierno, frente a la emergencia, decreta el feriado bancario. Como trasfondo, una crisis económica brutal. El final es cantado: congelamiento de depósitos y… dolarización de prepo.

Parece la trama y el trauma del corralito argentino, con algunos matices. Pero es una historia real. Ocurrió en Ecuador, el 9 de enero de 2000, cuando el entonces presidente Jamil Mahuad decidió sustituir el sucre (la moneda oficial) por el dólar, con el asesoramiento técnico de los argentinos Jorge Vasconcelos y Guillermo Mondino, dos investigadores de la Ieral y la Fundación Mediterránea.

La dolarización fue un proceso doloroso. La divisa saltó de 7.000 sucres a 19.000 en una semana y los depósitos se canjearon por un bono a 5 años, lo que muchos llaman una licuación. “Esa crisis de Ecuador tuvo similitudes con el colapso de 2001 en la Argentina, con la gente agolpada en las puertas de los bancos reclamando su dinero”, recuerda Vasconcelos.

Aquel parto fue difícil, pero 22 años después, la mayoría de la población en ese país acepta gustosa el sistema. “La gente ni quiere hablar de desdolarizar, le da mucha tranquilidad pensar en dólares”, señala a Clarín Angel Maridueña, economista e investigador ecuatoriano. De todos modos, aclara que “la dolarización es buena cuando tenés recursos”. Además de resolver la crisis bancaria, la adopción del dólar permitió bajar la inflación, que en 2000 había trepado al 95,5%.

Ecuador depende de sus exportaciones petroleras. El precio del barril, de este modo, marca el ritmo de la actividad, lo que resulta curioso, ya que en el inicio rondaba los US$10. El que mejor la aprovechó fue Rafael Correa, que gobernó de 2007 a 2017, con el petróleo cotizando en gran parte de sus mandatos a US$100. Correa prometió salir de la dolarización, pero no cumplió su promesa.

El cambio de moneda quedó en eso. No hubo reformas estructurales de por medio y por ese motivo, dice Maridueña, “cuando el barril comenzó a caer generó problemas productivos y la deuda pública pasó del 30 al 60% del PBI”. Vasconcelos agrega que el caso de Ecuador prueba que la dolarización no implica reformas estructurales, como muchos creen. “El sistema se ganó la simpatía de la gente y demostró ser sólido y perdurable. Pero no es un pase de magiaUn régimen cambiario o monetario no es la solución”, opina Vasconcelos.

Además de Ecuador, hay otros dos países que dolarizaron sus economías: Panamá y El Salvador. Hay otros que aplicaron cajas de conversión de monedas, como la convertibilidad argentina: Hong Kong, Bahamas, Bermuda, Letonia, Lituania y Singapur. “Estos procesos para combatir la inflación son más fáciles de aplicar en países chicos o islas”, explica el economista José Siaba Serrate. «No se lo recomendaría a nadie”, subraya tajante.Los últimos sucres ecuatorianos, antes de la destrucción para adoptar la dolarización. Foto archivo AFP

Siaba Serrate recuerda que la fijación de una paridad de las monedas locales con una extranjera implica ceder la política monetaria y quedar expuesto a crisis ajenas. “La ventaja de una moneda local es que se puede apreciar o devaluar si hay algún shock externo” dice. Reconoce, eso sí, que puede ser un esquema válido para bajar rápido la inflación. “Pero muchos países lograron la estabilidad sin ningún esquema raro”, aclaró el especialista.

“El Salvador lleva 20 años de dolarización. El inicio de la misma fue traumático, no solo porque la conversión fue arbitraria, sino porque en el corto plazo hubo una fuerte distribución del ingreso entre los sectores transables y no transables”, señala Guido Lorenzo, de la consultora LCG. Agrega que “se logró la estabilidad de precios en el mediano plazo, pero al mismo tiempo el país quedó estancado en estos últimos años por no tener instrumentos de políticas monetaria y cambiaria propias”, dijo.

Ricardo Delgado, director de Analytica, coincide en que la dolarización no resuelve los desequilibrios económicos. Incluso “podrían agudizarse si la Argentina toma un atajo de ese tipo”. Para este economista, “existen múltiples casos de países que se desdolarizaron con mayor o menor éxito, y solo muy pocos, o muy pequeños, los que la adoptaron con escasos resultados”.

La convertibilidad en la Argentina produjo una fractura en la sociedad. Impulsada en los inicios del menemismo, con Domingo Cavallo en el rol de ministro de Economía, obtuvo buenos resultados en los primeros años pero contribuyó a generar la peor crisis de la historia, en 2001.

Tras su salida del gobierno, en 1995, Cavallo asesoró sobre la dolarización al entonces candidato a presidente de Ecuador Abdalá Bucaram. El ex presidente Mahuad reconoció tiempo atrás en un reportaje que “Cavallo fue clave en el proceso de dolarización”. Otro aporte argentino a esa “película”, con final incierto.

El Banco Central llevaría la tasa de interés al 42% anual


El organismo que preside Miguel Pesce había adelantado que esperaría a que el INDEC de a conocer el IPC de enero para avanzar en un nuevo ajuste.

Por Ana Clara Pedotti

Esta semana el Banco Central podría volver a ajustar al alza las tasas de referencia de la economía. El organismo que preside Miguel Pesce había adelantado a principios de mes que esperaría a que el INDEC de a conocer el dato de inflación de enero para avanzar. En enero, el Banco Central decidió elevar el costo del dinero de 38% anual al 40% anual, como un guiño al Fondo Monetario y en medio de las negociaciones del país con el organismo.

La autoridad monetaria aprovechó las semanas de relativa calma en el mercado cambiario para lentamente acelerar su ritmo de devaluación diario. Tasas reales positivas y un ritmo más alto de crawling peg ( deslizamiento cambiario), para reducir la brecha cambiaria, son dos claves del principio de entendimiento planteado con el FMI. En el mercado esperan que se concrete una nueva suba, aunque coinciden en que su impacto será acotado.

Los analistas de la City creen que este nuevo ajuste será similar al que ya se realizó en enero. «Con el dato de inflación de enero que rondaría el 4%, se espera una nueva suba de tasas del BCRA. En el acuerdo con el FMI uno de los objetivos es alcanzar tasas reales positivas, y si bien con una suba se colocarían arriba del objetivo fijado por el Gobierno (que no supere el 40%), está muy lejos del piso de 55% proyectado por el mercado», dijo el economista Ignacio Morales, de Wise Inversiones.

En tanto, Analistas de la consultora Delphos señalaron: «Estimamos que la suba de tasas de política monetaria podría alcanzar nuevamente los 200 puntos básicos». El alza sería limitada para evitar una profundización del déficit cuasi fiscal.

«Desde el mes pasado el cambio en la composición de los pasivos no monetarios fue acelerada. Después de una participación creciente de los Pases durante todo el 2021, que abarató el costo de la esterilización, los Pases pasaron de ser casi el 60% a fin de 2021 a representar alrededor del 20% de los pasivos monetarios», detallaron en Delphos. 

«El Banco Central apunta a pasar el verano cuidando las reservas internacionales a la vez que sigue acelerando la depreciación del tipo de cambio oficial, que se encuentra cercana al 40% anual», afirmaron los analistas.

En esta línea, Claudio Caprarulo, de Analytica explicó: «Esperamos que el aumento de la tasa de política monetaria  sea similar al último, del orden del 2%. Un salto más alto por ejemplo del 40 al 45% generaría intereses de deuda adicionales por $ 240 miles de millones de pesos, un 6% de la base monetaria»

Al mismo tiempo sumaron: «Por el lado de sus pasivos, la transición progresiva a tasas de interés positivas acordada con el FMI podría aumentar el déficit cuasifiscal a 3,4% del PBI con un stock de pasivos no monetarios superior a los $8 billones a fin de año, lubricando impulsos inflacionarios de distinto tipo».

Una suba de tasas similar a la de enero no lograría, en el corto plazo, alcanzar el objetivo buscado. El economistas de GMA Capital, Nery Persichini, afirmó: «Para combatir la inflación con herramientas más ortodoxas, el BCRA deberá aumentar el premio de los pesos».

«En otras palabras, tendrá que fijar un nivel de tasa de referencia (LELIQ) superior al actual de 40%. Para quedar en tablas con el costo de vida, la tasa de política monetaria debería ser de al menos 48% TNA, unos 800 puntos básicos más que hoy», cerró Persichini.

El alza de las tasas podría ser escalonada, pero un contexto de bajas reservas e inflación acelerada parecen incentivos suficientes para que el Central tome ese camino ortodoxo más pronto que tarde. Sin embargo, una mayor remuneración de los pasivos del Central impacta directamente en el déficit cuasi fiscal, lo que pondría un coto a esta estrategia.

En ese sentido, José Echagüe, estratega de Consultatio, apuntó: «La promesa de volver positiva la tasa de interés real anunciada en el entendimiento tiene un límite, dado el nivel de pasivos monetarios remunerados que tiene el BCRA. Dicho de otro modo: el aumento de la tasa tiene impacto en el déficit cuasi fiscal, que va a contramano con el esfuerzo de consolidación que tendrá que realizar el gobierno en el frente fiscal puro».

La economía que viene: Prevén “aceleración” del dólar, suba de tarifas e inflación de hasta 60% en 2022


Sin Presupuesto, economistas creen que será clave la “corrección” de precios que se negocia con el Fondo.

Juan Manuel Barca

Después del brindis y el pan dulce, el Gobierno iniciará una nueva fase con serios desafíos para cumplir su premisa de «crecer sin ajuste». Sin un nuevo Presupuesto para el 2022 ni reservas suficientes, los economistas esperan un escenario de mayores tensiones, marcado por los fuertes cambios que se esperan en la economía en el marco de los tironeos con el FMI.

Las proyecciones privadas auguran una inflación de hasta el 60% – casi el doble de la prevista por el ministro de EconomíaMartín Guzmán-, bajo el supuesto de que se acelerará el dólar y habrá una fuerte suba de tarifas. Ajustes que a su vez impactarán en el consumo y el salario real, en un año de crecimiento «anémico», más cercano al panorama delineado por el Fondo.

«La inflación va a estar en el centro de la discusión. La eliminación de las tarifas y el tipo de cambio como ancla inflacionaria presentan un nuevo desafío para el gobierno. Si el BCRA, así como dijo su presidente, levanta el ancla cambiaria no hay razones para suponer una inflación inferior al 50% el próximo año»», señaló Claudio Caprarulo, economista jefe de Analytica.

La economía que viene en 2022

EconviewEcoGoAnalyticaEquilibraPromedio
Crecimiento (PBI)314.0%12
Inflación586053%5657
Dólar178178167.6161171
Brecha cambiaria556570%7065
Tarifas8060155%*7070
Reservas Netas (millones de US$)6.5003.90077505.5005.913
Consumo3−12.6%01
Salario real−3−2-0.5%−1−1

En 2021, el dólar subió a un ritmo del 1% mensual y la inflación del 3% en promedio. Recién en las últimas semanas, el Banco Central empezó a acelerar el tipo de cambio en forma discontinua. La cautela es porque el dólar sigue siendo clave para tratar de contener la inflación, aunque cada vez con menores resultados. 

Después de subir un 3,5% en septiembre y octubre, el IPC se desaceleró en noviembre y registró un alza del 2,5% mensual (51,2% interanual). Si bien el Gobierno lo atribuyó al congelamiento de precios, las consultoras ven que la inflación núcleo (sin tarifas ni precios volátiles, como los alimentos) sigue a una velocidad «crucero» de 3,2% mensual (46% anualizada).

En ese marco, Econviews estima una inflación del 58% por tres motivos: una devaluación de hasta el 70%, un aumento de tarifas del 80% y la actualización de otros precios relevantes, como la nafta. Estos cambios se desprenden de dos exigencias fundamentales del FMI: acumular reservas y bajar la brecha cambiaria, hoy en torno al 100%.

«Ambas tienen en común un tipo de cambio más depreciado, un peso más débil, porque al bajar la brecha vas a poder generar más flujo de exportaciones, menos pago de importaciones, menos faltante de dólares y el Banco Central va a poder comprar dolares», dijo Andrés Borenstein, economista jefe de Econviews. 

Los analistas coinciden en que será clave monitorear la «corrección» de precios relativos, cuya magnitud dependerá del programa que se firme en Washington en marzo, el plazo último que se fijó el Gobierno. Hace una semana, el Fondo pidió subir las tasas, bajar la inflación, un menor déficit y emisión monetaria y un fortalecimiento de las reservas.

«El ajuste de las tarifas seguramente será segmentado, en especial de las energéticas y de transporte, y rondaría el 10% en términos reales, por encima del 3,5% presupuestado», estimó Lorena Giorgio, economista jefe de Equilibra. «No se descarta un salto discreto del dólar similar al de enero 2014, aunque el gobierno tratará de evitar un shock brusco», agregó.

El Gobierno le dijo a Clarín el mes pasado que el FMI mantendrá por ahora el cepo cambiario, pero las consultoras esperan que fije un piso mínimo de reservas netas y proyectan un dólar en promedio de $ 171 para diciembre del año próximo, un 60% más que este lunes, tras subir a $ 107. Eso sí, antes, el BCRA deberá atravesar un verano «rascando la olla».

Después de pagar este miércoles US$ 1.890 millones al FMI, habrá nuevos vencimientos entre enero y marzo por US$ 3.900 millones. «Lo principal va a ser la disponibilidad de dólares, las reservas y cuánto se puede crecer, y eso va a depender del acuerdo con el Fondo», dijo el director adjunto de EcoGoSebastián Menescaldi.

Por los menores precios de los commodities, se prevé una caída del 8% en las exportaciones y un ingreso de divisas de hasta US$5.000 millones menos, lo que complicará la acumulación de reservas y gatillaría más restricciones a las importaciones, como en octubre. Por eso, el crecimiento sería nulo o muy moderado en 2022.

«Si fracasan en contener la presión cambiaria es difícil pensar en un año de crecimiento, aunque si es exitoso no esperamos crecimiento entre puntas», dijo el director de Ecolatina, Federico Moll. «Es muy relevante si se acuerda con el Fondo, hay US$18.000 millones de vencimientos que se reestructuran o se cae en default«, aseguró María Castiglioni, directora de CyT