Estiman una inflación en torno al 3,5% en los primeros meses del año


El ritmo de devaluación del dólar oficial, la suba de tarifas y aumentos estacionales son algunos de los factores que incidirán en los precios durante el primer trimestre del 2022.

Por Andrés Randazzo

Según relevamientos privados, el Índice de Precios al Consumidor se aceleró en diciembre para ubicarse en torno a los 3,5% (algunas proyecciones incluso prevén una cifra mayor) y cerrar el 2021 cerca del 49%. Y el panorama para los primeros meses del 2022 no parece ser muy diferente: analistas estiman que la inflación se mantendrá cercana al 3,5%, debido a diversos factores económicos y estacionales.

De hecho, de acuerdo al último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) realizado por el Banco Central, las consultoras encuestadas proyectaron una inflación del 3,7% tanto para enero como para febrero, y del 4% para marzo. Para el 2022, estiman una suba del IPC del 52%.

“Lo más probable es que la inflación oscile en torno a 3,5% durante los primeros meses del año. Cuánto más, dependerá de hasta donde esté dispuesto el gobierno a frenar la apreciación del peso, ya que en diciembre aceleró levemente la cotización oficial del dólar, y de la forma en que se lleve a cabo la actualización prevista de tarifas de energía. A la par de la presión sobre los precios que ponen otros aumentos previstos en tarifas como los de las prepagas”, señaló a Ámbito Claudio Caprarulo, director en la consultora Analytica.

“El abandono parcial de las anclas que usó el equipo económico el año pasado, tarifas y tipo de cambio, se da en un contexto donde la inflación importada sigue alta, y cómo reducir el aumento de precios es, a otra escala, también un problema en el resto del mundo. La pregunta es qué cambios en la política económica implementará el gobierno considerando que tiene menos herramientas que el año pasado para contener la suba de precios”, agregó Caprarulo.

En la misma línea, el economista Jorge Neyro sostuvo: “La inflación se va a acelerar en los primeros tres o cuatro meses del año, principalmente por tres motivos. El primero es el aumento de tarifas, que en febrero o marzo se estaría dando un 20%, como se anunció públicamente. Después, está la suba del ritmo de devaluación que todavía es moderada, pero probablemente se acelere -eventualmente- en el primer trimestre. Y tercero, está el tema de los combustibles. Aparte de los efectos estacionales, por turismo y servicios como educación, los combustibles -que no queda claro si aumentarán durante el verano o no- creo que a más tardar en marzo algún ajuste va a haber, y eso va a acelerar la inflación vía aumentos de costos”.

En ese escenario, Neyro señaló que “son muchos efectos simultáneos, que ‘garantizan’ que la inflación se va a mantener seguramente en 3,5% o más”. “Marzo, particularmente, es un mes estacionalmente muy alto”, destacó el economista.

Por su parte, Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market, sostuvo al respecto: “En diciembre no cedió la variación de precios, que vino acompañada por el mes de mayor emisión de pesos por parte del Banco Central en el año para asistir al Tesoro. Por lo cual, este accionar se verá reflejado en los próximos meses en la variación de precios y cotización de los dólares paralelos donde los argentinos buscan refugiarse con los pesos que pierden valor”.

Mirada

Hernán Letcher, director del CEPA, señaló: “Proponemos mirar la evolución de la inflación en 2022 en base a tres variables. La primera, es la evolución de los precios internacionales; la segunda, de los precios regulados; y la tercera la evolución de regulaciones o controles de precios”.

“Los precios internacionales, durante la pandemia, tuvieron niveles superlativos Creemos que puede tener una tendencia a la baja y eso puede significar que haya más margen para que el ancla inflacionaria del tipo de cambio tenga mejores resultados y no tanta tensión como el año pasado. En relación a los precios regulados, lo que se vio hasta ahora es un aumento moderado, si bien está claro que está en niveles por encima del año pasado, se encuentran sensiblemente por debajo de la inflación incluso prevista en el Presupuesto”, sostuvo Letcher, y agregó: “Y los acuerdos de precios, vemos que en noviembre tuvieron impacto en aquellos que habían sido parte del congelamiento, hay que seguir de cerca cómo evolucionan en la segunda etapa de esos acuerdos, que tienen más que ver con analizar la cadena de producción y comercialización”.

Inercia

El fin del 2021 dejó, según estimaciones privadas, un piso elevado en materia inflacionaria. “La inflación general parte del 3,8% en diciembre. En el caso de ‘Indumentaria y Calzado’, ‘Vivienda’ y ‘Educación’, están por encima del indicador general, superando el 4%. En diciembre, la inflación termina el año superando al mes de octubre, que había sido del 3,5%”, señaló Di Pace.

Un pronóstico similar es el de la consultora Orlando Fereres, que estimó una inflación del 3,8% para el último mes del año pasado. “En cuanto a los principales rubros, Educación encabezó las subas del mes, registrando un alza de 6,2% mensual. Por su parte, Transporte y comunicaciones lo hizo en 5,6% mensual, mientras que Bienes varios avanzó 4,9% mensual”, señaló.

Para otras firmas, como Equilibra o Eco Go, en tanto, el dato de diciembre se ubicó en 3,5%, evidenciando de todas formas una aceleración frente al 2,5% de noviembre. El próximo jueves 13 de enero, el INDEC dará a conocer la cifra oficial.

¿Se puede sostener la baja del blue?: opinan analistas


Coincidieron en que influye un relajamiento post electoral -tras las bruscas subas previas a los comicios-, además de factores estacionales de fin de año, por lo que descartan que esta baja sea sostenible hacia adelante. Además, será determinante el acuerdo con el FMI.

Por Carolina Paparatto

Distintos economistas consultados por Ámbito analizaron los motivos de la baja del blue en los últimos días. Coincidieron en que influye un relajamiento post electoral -tras las bruscas subas previas a los comicios-, además de factores estacionales de fin de año, por lo que descartan que esta baja sea sostenible hacia adelante. Además, será determinante el acuerdo con el FMI.

“El tipo de cambio paralelo se vio en baja los últimos días y creo que está relacionado con el ruido político pre-electoral, ya que había quedado en niveles muy elevados, por lo que transitoriamente se observa una baja nominal. A la vez, en perspectiva al 2022, hay mucha especulación política en relación al impacto que pueda llegar a tener el acuerdo con el Fondo”, aseguró Martín Carro, del observatorio político de la UNDAV.

Coincidió en el análisis Christian Buteler: “El dólar pegó un salto muy importante previo a las elecciones, en un contexto de incertidumbre política y de rumores de una fuerte devaluación post-electoral, lo que no sucedió. En consecuencia, empezó a aflojar un poco la presión sobre la divisa. A su vez, le encuentro una explicación estacional, ya que diciembre es un mes de mayor demanda de pesos, por los pagos de aguinaldos, las vacaciones y las celebraciones de fin de año”.

Por su parte, Claudio Caprarulo, director ejecutivo de la consultora Analytica, sostuvo que “por lo general en diciembre aparecen estos efectos sobre el cambio paralelo, ya que el pago de aguinaldo les quita a las compañías bastante liquidez, por lo que hay una menor demanda de las pymes, a pesar de que hay una mayor demanda de parte de pequeños ahorristas”.

Sobre los pronósticos de que cómo continuará su marcha la divisa, coincidieron los analistas en que influirá el acuerdo con el Fondo y las medidas que tome el Banco Central. “Todavía no hay ninguna señal ni cambio en las expectativas que permita decir que esa baja en el blue es sostenible hacia adelante. Falta conocer cómo va a ser la resolución del acuerdo con el Fondo, a pesar de que el BCRA empezó a aumentar el nivel de depreciación del tipo de cambio oficial”, dijo Caprarulo.

Para Buteler, “la baja que tuvo el blue en estos días, no implica que el dólar vaya a seguir bajando. El camino del dólar siempre será ascendente mientras no haya un control del resto de las variables, como la inflación o la emisión”.

“El hecho de llegar a un acuerdo con el Fondo seguramente sea positivo para el frente cambiario y otorgue mayor estabilidad. Esto no quiere decir que desaparezca la brecha de un día para el otro, sino que implicaría menos ruido y una brecha más estable. Pero yo no veo un cambio brusco en la dinámica cambiaria que hay hoy”, señaló Carro.

Caprarulo, en tanto, dijo que “el acuerdo con el Fondo va a ser una buena señal y va a permitir relajar las presiones cambiarias, pero aún no se conoce que política va a decidir el gobierno sobre el tipo de cambio: si el gobierno va a aplicar una política de acelerar la devaluación del tipo de cambio o va a volver a un esquema de devaluación al nivel de la inflación, o hacer un ajuste que le permite recuperar la pérdida de competitividad que tuvo este año”.

Por el contrario, Buteler sostuvo que “el acuerdo con el Fondo da la posibilidad de patear hacia adelante los vencimientos, pero no resuelve los problemas del país, y al día siguiente vamos a tener los mismos problemas de inflación, tipo de cambio, empleo, por lo que el acuerdo se vuelve una condición necesaria pero no resolverá todos los problemas del país”

Tipo de cambio unificado

Aunque todos los economistas coincidieron que el tipo de cambio unificado está en el manual del Fondo Monetario, no ven posible que sea una de las exigencias que se le hará al país en el acuerdo.

“El Fondo tiene entre sus premisas un tipo de cambio unificado. No obstante, la existencia de tipos de cambio es producto de las regulaciones que hoy son necesarias para evitar que el país pierda dólares. En consecuencia, no veo una quita de las restricciones a la compra de divisas en el corto plazo. El Fondo sabe que sin esas regulaciones no es posible que la Argentina se haga de dólares para pagar los vencimientos” señaló Carro.

Mientras que Buteler sentenció: “no creo que el Fondo pida un cambio unificado, ni que eso sea posible. Modificar el tipo de cambio implicaría una devaluación por la desconfianza actual en la moneda, a su vez tendrías que convalidar la suba y eso va a tener un impacto en la inflación, lo que sería altamente perjudicial para el país”.

Por su parte Caprarulo apuntó: “claramente dentro del manual del Fondo un tipo de cambio desdoblado no está entre las preferencias, pero también es cierto que la Argentina haga una salida del cepo de un día para el otro puede ser perjudicial”. En este sentido agregó que “después de las elecciones el gobierno redujo su intervención en los dólares financieros en una señal hacia el Fondo, por lo que seguramente lo que veamos hacia adelante es una relajación del cepo para ciertos sectores como empresas multinacionales, pero no en los pequeños ahorristas”.

¿Qué hará el BCRA con la tasa tras acuerdo con el Fondo?


Claudio Caprarulo, Martín Carro, Julián Grancharoff brindaron sus miradas respecto a la evolución de la variable. Descartan que se pedirá una suba pero que deberá estar en sintonía con los objetivos que se establezcan de política fiscal y cambiaria.

Por Carolina Paparatto

En un momento clave de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (ver nota aparte), distintos economistas consultados por Ámbito analizaron lo que puede pasar con la tasa de interés de referencia del Banco Central -sin cambios desde hace un año en 38%- en el marco de un próximo acuerdo con el organismo. Descartan que se pedirá una suba pero que deberá estar en sintonía con los objetivos que se establezcan de política fiscal y cambiaria.

“La discusión con el Fondo pasa por lograr un programa integral. Los dos principales objetivos del Fondo son sobre la política fiscal y la política monetaria, y dentro de la política monetaria, prevalece conocer cómo va a ser el sendero de acumulación de reservas. El punto más importante de la discusión seguramente sea como la Argentina va a armonizar la política fiscal y la política cambiaria con la política de tasa de interés del BCRA. La discusión va a estar relacionada sobre como el BCRA va a manejar la tasa de interés, sobre todo en un contexto mundial en el que se está discutiendo”, aseguró Claudio Caprarulo, director ejecutivo de la consultora Analytica.

Por su parte, Julián Grancharoff, magíster en Finanzas y miembro del Observatorio de Coyuntura Económica y Políticas Públicas, señaló que “es de esperar que el Fondo exija una suba en las tasas de interés en un contexto de aceleración inflacionaria, escasez de divisas y presiones cambiarias”. Por ello, argumentó el economista, “bajo el marco teórico del FMI, diría que lo que van a pedir es una suba de tasas en busca de bajar la inflación presente y futura, sobre todo en vistas del año próximo donde es probable que también pidan ajustes en el tipo de cambio oficial y las tarifas. Es decir, una suba de tasas en la transición de la consolidación fiscal para luego poder reducirlas paulatinamente.

Coincidió en el análisis Martín Carro, economista y analista económico en el Ministerio de Desarrollo Productivo: “Probablemente se le pedirá al BCRA una suba, por los niveles de inflación que tiene la Argentina”.

Con una tasa efectiva de 40% y una inflación proyectada en el orden del 50%, “uno esperaría que la tasa efectiva de las leliq empiece a ubicarse en niveles reales a la par de la inflación. Eso no quiere decir -advirtió- que haya que hacer un salto en la tasa de política monetaria porque lo que se debe garantizar es que toda modificación que se haga se termine trasmitiendo”, a través de los bancos tanto a las s líneas de crédito como a los plazos fijos, analizó Caprarulo.

“Una suba de la tasa de interés, en términos generales, para la dinámica de precios debiera a tender a la baja de los mismos, por lo que es una política que apunta a reducir la inflación. No obstante, la inflación en la Argentina tiene otros componentes, a mi entender, que pesan más que la tasa de interés, por lo que considero que subir la tasa de interés puede influir, pero será bajo el efecto”, apunto al respecto Carro.

“Se podría esperar que el FMI pida que las tasas fijas también se sitúen por encima de la inflación esperada (empezando por las Leliq) y que también se incremente el rendimiento de los instrumentos atados a la inflación. El punto es cuál va a ser esa inflación esperada dado que sabemos que las proyecciones del Fondo en el último acuerdo con la Argentina, en el gobierno anterior, fueron completamente erradas” sostuvo Grancharoff.

Consecuencias

Todos los analistas coincidieron en la necesidad de que una decisión sobre la tasa se adopte en un contexto que tenga en cuentas sus consecuencias sobre otros aspectos de la economía.

“Es importante que el gobierno logre un esquema equilibrado que tome en cuenta todas las características. Recordemos que el problema es que, si el gobierno sube mucho la tasa de interés, también aumenta el costo de financiamiento del tesoro. Por eso, antes de modificar la tasa de interés, va a depender mucho de lo que pase con la política fiscal. El gobierno debe asegurarse que todo termine siendo de una forma consistente”, dijo Caprarulo.

“El principal impacto de corto plazo de una suba de la tasa de interés se daría en los tipos de cambio. Una suba de tasas podría reducir la brecha cambiaria al dar mayores incentivos a posicionarse en pesos”, sostuvo a su turno Grancharoff.

“Más allá de decir un número ideal de tasa de interés, lo importante es que esta sea una referencia, lo suficientemente alta como para que se puedan obtener rendimientos positivos, pero lo suficientemente baja para no dañar la dinámica de la actividad económica. Por lo tanto, una tasa cercana a la inflación interanual como tasa de referencia, parece lo más lógico en este contexto”, concluyó Carro.

“Considero que deberíamos ir hacia una armonización de tasas. En consecuencia, lo que suceda con la tasa de interés va a tener que estar relacionado con los objetivos que se establezcan de política fiscal y de política cambiaria”, finalizó su análisis Caprarulo.