¿Qué hará el BCRA con la tasa tras acuerdo con el Fondo?


Claudio Caprarulo, Martín Carro, Julián Grancharoff brindaron sus miradas respecto a la evolución de la variable. Descartan que se pedirá una suba pero que deberá estar en sintonía con los objetivos que se establezcan de política fiscal y cambiaria.

Por Carolina Paparatto

En un momento clave de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (ver nota aparte), distintos economistas consultados por Ámbito analizaron lo que puede pasar con la tasa de interés de referencia del Banco Central -sin cambios desde hace un año en 38%- en el marco de un próximo acuerdo con el organismo. Descartan que se pedirá una suba pero que deberá estar en sintonía con los objetivos que se establezcan de política fiscal y cambiaria.

“La discusión con el Fondo pasa por lograr un programa integral. Los dos principales objetivos del Fondo son sobre la política fiscal y la política monetaria, y dentro de la política monetaria, prevalece conocer cómo va a ser el sendero de acumulación de reservas. El punto más importante de la discusión seguramente sea como la Argentina va a armonizar la política fiscal y la política cambiaria con la política de tasa de interés del BCRA. La discusión va a estar relacionada sobre como el BCRA va a manejar la tasa de interés, sobre todo en un contexto mundial en el que se está discutiendo”, aseguró Claudio Caprarulo, director ejecutivo de la consultora Analytica.

Por su parte, Julián Grancharoff, magíster en Finanzas y miembro del Observatorio de Coyuntura Económica y Políticas Públicas, señaló que “es de esperar que el Fondo exija una suba en las tasas de interés en un contexto de aceleración inflacionaria, escasez de divisas y presiones cambiarias”. Por ello, argumentó el economista, “bajo el marco teórico del FMI, diría que lo que van a pedir es una suba de tasas en busca de bajar la inflación presente y futura, sobre todo en vistas del año próximo donde es probable que también pidan ajustes en el tipo de cambio oficial y las tarifas. Es decir, una suba de tasas en la transición de la consolidación fiscal para luego poder reducirlas paulatinamente.

Coincidió en el análisis Martín Carro, economista y analista económico en el Ministerio de Desarrollo Productivo: “Probablemente se le pedirá al BCRA una suba, por los niveles de inflación que tiene la Argentina”.

Con una tasa efectiva de 40% y una inflación proyectada en el orden del 50%, “uno esperaría que la tasa efectiva de las leliq empiece a ubicarse en niveles reales a la par de la inflación. Eso no quiere decir -advirtió- que haya que hacer un salto en la tasa de política monetaria porque lo que se debe garantizar es que toda modificación que se haga se termine trasmitiendo”, a través de los bancos tanto a las s líneas de crédito como a los plazos fijos, analizó Caprarulo.

“Una suba de la tasa de interés, en términos generales, para la dinámica de precios debiera a tender a la baja de los mismos, por lo que es una política que apunta a reducir la inflación. No obstante, la inflación en la Argentina tiene otros componentes, a mi entender, que pesan más que la tasa de interés, por lo que considero que subir la tasa de interés puede influir, pero será bajo el efecto”, apunto al respecto Carro.

“Se podría esperar que el FMI pida que las tasas fijas también se sitúen por encima de la inflación esperada (empezando por las Leliq) y que también se incremente el rendimiento de los instrumentos atados a la inflación. El punto es cuál va a ser esa inflación esperada dado que sabemos que las proyecciones del Fondo en el último acuerdo con la Argentina, en el gobierno anterior, fueron completamente erradas” sostuvo Grancharoff.

Consecuencias

Todos los analistas coincidieron en la necesidad de que una decisión sobre la tasa se adopte en un contexto que tenga en cuentas sus consecuencias sobre otros aspectos de la economía.

“Es importante que el gobierno logre un esquema equilibrado que tome en cuenta todas las características. Recordemos que el problema es que, si el gobierno sube mucho la tasa de interés, también aumenta el costo de financiamiento del tesoro. Por eso, antes de modificar la tasa de interés, va a depender mucho de lo que pase con la política fiscal. El gobierno debe asegurarse que todo termine siendo de una forma consistente”, dijo Caprarulo.

“El principal impacto de corto plazo de una suba de la tasa de interés se daría en los tipos de cambio. Una suba de tasas podría reducir la brecha cambiaria al dar mayores incentivos a posicionarse en pesos”, sostuvo a su turno Grancharoff.

“Más allá de decir un número ideal de tasa de interés, lo importante es que esta sea una referencia, lo suficientemente alta como para que se puedan obtener rendimientos positivos, pero lo suficientemente baja para no dañar la dinámica de la actividad económica. Por lo tanto, una tasa cercana a la inflación interanual como tasa de referencia, parece lo más lógico en este contexto”, concluyó Carro.

“Considero que deberíamos ir hacia una armonización de tasas. En consecuencia, lo que suceda con la tasa de interés va a tener que estar relacionado con los objetivos que se establezcan de política fiscal y de política cambiaria”, finalizó su análisis Caprarulo.