Fallas de comunicación agravan la crisis de credibilidad de Macri en los mercados

25/08/18 Publicación de prensa por La Política Online

La negativa de Caputo a dar conferencias de prensa y la mala coordinación del equipo económico aumentan las dudas.

La falta de sensibilidad para la comunicación del presidente del Banco Central agrava la pobre credibilidad de la administración de Macri frente al mercado. Es que la ausencia de explicaciones, sumado a lo errático y “heterodoxo” de las medidas que instrumenta Luis Caputo para intentar domar al dólar transmite desesperación y refuerza la desconfianza de los tenedores de activos argentinos. 

El gobierno de Macri viene enhebrando una serie de errores no forzados en materia de comunicación de la política económica, en lo que ya es un elemento importante de la incapacidad de la actual administración para revertir las expectativas negativas. Si las expectativas son estados de opinión pública que mezclan datos con percepciones, la comunicación se vuelve un instrumento crítico de la gestión de las mismas. 

Sin ir más lejos, tres semanas atrás, como publicó en exclusiva LPO, el fondo soberano de la Anses (FGS) decidió no renovar su tenencias de Letes en dólares, lo que generó un muy bajo nivel de renovación del primer vencimiento de agosto. Y esto se tradujo en un susto que castigó a los bonos nacionales e hizo saltar el riesgo país a un nivel cercano a los 700 puntos del que ya no regresó.

Y aunque en el Gobierno ahora admiten que el susto por la no renovación de las Letes obedeció a una mala comunicación, la política de formalismo extremo respecto de la independencia de los organismos económicos devino en coordinación cero entre Hacienda, la Anses y el Banco Central, que se mantiene. 

Esto volvió a quedar en evidencia en la desordenada emisión de anuncios cruzados entre Hacienda y el Central el último 13 de agosto, día en que llegó al país la misión del Fondo Monetario Internacional y Caputo respondió con una batería de anuncios repentinos: desarme de Lebacs, cambio de tasa de referencia, suba de la tasa de interés y fin de la subasta diaria de dólares del Tesoro, mientras Hacienda anunciaba que se cancelaba la venta de dólares, lo que obligó a la propia Casa Rosada a emitir un comunicado aclaratorio, ante el pánico del mercado. 

Esa es una de las patas del problema. En una situación tan delicada acaso la Casa Rosada debería ser el lugar desde donde se coordine la comunicación económica, pero en un sentido un poco más elaborado que decirle a los respectivos voceros con que medio y periodista deben hablar. “Faltan conferencias de prensa y comunicación institucional sólida que explique la actual situación económica y las políticas en curso para superar la crisis. Con actualizaciones diarias”, señaló a LPO un experimentado hombre de medios que trabaja con Cambiemos.

“La negativa de Caputo a dar conferencias de prensa ya le valió inusuales críticas directas de los dos principales medios financieros del mundo. Bloomberg cuestionó la autoentrevista que se hizo hacer por su vocera y Financial Times advirtió que su silencio “envía un innecesario signo de desesperación a los mercados”. 

El otro punto es que ese proceso es imposible de consolidar si el Banco Central no cambia de manera radical su política de comunicación, que básicamente consiste en evitar exponer a su presidente ante los medios, lo que lejos de protegerlo transmite fragilidad. “Es una política de comunicación que puede servir con un diputado de tercera línea, pero que no está a la altura de una de las instituciones más importantes del país, que encima es punto de contacto permanente con el sistema financiero global”, agregó la fuente consultada que se alarma de la “precariedad” de la estrategia actual.

Y no es un tema opinable. El silencio de radio de Caputo hacia el mercado y el público ya le valió al banquero central renovadas críticas desde el extranjero: Los dos medios más importantes de las finanzas globales lo criticaron de manera explícita. Primero fue la agencia Bloomberg, cuando Caputo eligió como primer vía de comunicación un insólito auto reportaje que le hizo su vocera. Y esta semana fue el Financial Times quien subrayó la falta de “forward guidance” de parte del máximo responsable de la política monetaria.

“Una suba de 500 puntos básicos (de la tasa de interés de referencia) sin una conferencia de prensa, en medio de una caída de los mercados emergentes, envía un innecesario signo de desesperación a los mercados”, consigna el artículo del FT respecto de la suba de tasa de Leliq justo antes del anuncio del desarme de las Lebacs.

Como lo explicó el economista De Sousa en el artículo, cuando las medidas de emergencia no son explicadas, incluso si son acertadas para la estabilización del peso, “si no sos un inversor global que dedica el 80% de su día a mirar a la Argentina, lo primera que pensás es que las cosas están peor”.

En efecto, aunque muchas medidas fueran bien recibidas a posteriori, estos volantazos generaron susto al transmitir falta de rumbo e incapacidad de previsión. La peor imagen para un banquero central es que está dando manotazos de ahogado porque esto anula su principal activo, la credibilidad.

En el mercado local, la lectura del silencio de radio es otro. Por un lado, están los que se vuelcan por interpretar sus acciones. Tal es el caso del economista y director de la consultora Analytica, Rodrigo Álvarez, quien con humor optó por rebautizar “Lord Voldemort” a Luis Caputo por su apego a las “artes oscuras”, o mejor dicho, medidas que responden al pragmatismo y se desvían de las prácticas de manual de los banqueros centrales.

“La nueva conducción del Banco Central ha demostrado ser más pragmática y agresiva que la anterior, demostrando que está dispuesta a utilizar todas las herramientas que dispone y, quizás, algunas más (…) Esta semana Voldemort hizo uso de su poder. Decidió limpiar la hoja de balance del BCRA que estaba, desde el punto de vista estructural, en ‘falsa escuadra'”, explicó Álvarez en un documento de su consultora.

En ese sentido no son pocos los que creen que la falta de comunicación no es casual, ya que hay poco explicable cuando lo que se hace es enhebrar medidas ad hoc para una estabilización de corto plazo que no responden a un régimen de política monetaria. El problema es que en la práctica al rehuir el contacto con los medios, Caputo agrava la incertidumbre en un mercado que ve contradicciones y no encuentra en interlocutor válido.

Lo dijo con claridad el analista Walter Stoeppelwerth, jefe de research de Balanza Capital, en la conferencia que compartió con Carlos Melconian, que desplegó las inconsistencias de la actual política macroeconómica. “Esto es un juego de credibilidad y hasta ahora no hay un interlocutor del Gobierno que convenza al mercado, no hay nadie en el equipo de Cambiemos que digan guau este es un crack”.

Por eso las dudas subsisten. El central pasó de vender más de USD 1.000 de reservas para contener el dólar a intervenir en el mercado de futuros por un monto similar sin vender reservas internacionales. No se entiende cual es la estrategia y el efecto no fue bueno: Esta semana la divisa tuvo un alza del 3,4% y terminó por encima de los 31 pesos.

Y aunque ahora se señale a Brasil y su inestabilidad política como la causa, lo cierto es que el real recuperó unos puntos frente al dólar y el peso siguió perdiendo terreno. No es Turquía, no es Brasil, no es Rusia: es Argentina, sus desequilibrios estructurales y su altísimo riesgo país que este viernes tocó los 712 puntos básicos para luego cerrar en 700. Y mientras tanto, el mercado sigue sin entender qué está haciendo el Central.

¿Estas intervenciones son reflejo del compromiso de Caputo con la lucha antiinflacionaria, un intento por contener el dólar para que no se acelere la inflación pese a tener las manos atadas por el FMI para vender reservas? ¿Son una forma de acompañar la depreciación y solo reducir la volatilidad porque el Gobierno se siente cómodo con un tipo de cambio más adelantado (habida cuenta que la pérdida de poder de compra del peso en el extranjero no bastó para reducir el déficit de cuenta corriente)? 

Pero hay más: ¿Cuál es el beneficio de cambiar Lebacs, que suman volatilidad a la moneda cada vez que se produce su vencimiento mensual, por Leliqs que hacen lo mismo una vez por semana? ¿Cuál es el equilibrio tasa de interés/dólar que conforma a Caputo? ¿Con qué esquema conceptual imaginó que bajat la tasa preponderante del 56% -que se pagaba por las Lebacs seis semanas atrás- al 45% de las Leliq y el 42% de las Letes no iba a generar presión sobre el dólar? Y quizás la más importante: ¿Cuánto cree el Central que debería valer el dólar?

Parte del problema

Luego de que se generaran fuertes dudas sobre la capacidad de renovar sus deudas y del desarme intempestivo de Lebacs, Macri resolvió enviar al secretario de Finanzas, Santiago Bausili, al vicepresidente del Banco Central, Gustavo Cañonero, y al vicejefe de gabinete, Mario Quintana, a Wall Street en un roadshow para llevar calma a banqueros y bonistas.

Mientras los funcionarios argentinos estaban de reunión en reunión en Estados Unidos intentado devolver el riesgo país a niveles previos a la corrida, el ministro Nicolás Dujovne en una entrevista con el diario Clarín afirmó:”El riesgo bajará de la mano de que los fundamentos son sólidos. Más que explicar y hacer roadshows el mercado está viendo cómo cerramos el Presupuesto 2019 y el tamaño del déficit de la cuenta corriente”.

El mercado pareció tomarle la palabra: respondió con una suba del riesgo país de los 671 puntos básicos el día que viajaron los funcionarios, a 690 en la primera jornada hábil tras su regreso. Tal como anticipó Dujovne, el roadshow dispuesto por Macri no funcionó. Los acreedores quieren pruebas de que hay solvencia y liquidez, que el programa macroeconómico da resultados, o al menos, cambios en el Gabinete responsable por la falta de resultados. 

Por el momento, Macri tiene poco que mostrar: en junio la economía cayó 6,7% interanual y para agosto se espera 4% de inflación y una caída del 23,9% interanual en agosto de la Confianza del Consumidor. 

Rodrigo Álvarez advirtió que “las Lebac son un elemento desestabilizador”

14/08/18 Nota de prensa para El Ambito

El economista Rodrigo Álvarez advirtió este martes que las Lebac “son un elemento desestabilizador”, porque “hacen mantener las tasas por el cielo todo el tiempo”. Además, aseguró que las chances de que el país vuelva a caer en default “son nulas”, gracias al “paraguas” que, a su criterio, brinda el acuerdo con el FMI.

“El Gobierno fue inteligente al surfear la turbulencia internacional con el paraguas del FMI. Por eso, no hay que agitar fantasmas sin fundamentos técnicos”, consideró Álvarez, en declaraciones a radio Millenium.

Según comentó, con el préstamo del Fondo Monetario “tenemos una fuente de fondeo a mediano plazo y a costo razonable, pero existen condicionalidades”. “El modelo económico del Gobierno es muy sensible, no solo a los cambios en las condiciones internacionales y locales, porque no hay restricciones a los movimientos de capitales”, añadió.

Álvarez evaluó que el país sufre “situaciones complejas, con varios frentes abiertos que son difíciles de digerir por el mercado”. El economista planteó que, en este marco, el Gobierno debería ir hacia un modelo económico que “saque de la mesa los elementos desestabilizadores”, como las Lebac.

El Banco Central anunció que acelerará el fin de las Lebac, cuyo stock supera el billón de pesos, por lo que en las sucesivas operaciones mensuales de estas Letras solo licitarán las entidades no bancarias.

Luis Secco VERSUS Rodrigo Álvarez

02/08/18

Desde la corrida de abril último, el tipo de cambio se devaluó un 28 por ciento y sólo días después de que el gobierno anunciara el acuerdo con el fondo monetario internacional, la moneda estadounidense alcanzó su pico máximo. ¿Quiénes ganan y quienes pierden con un dólar alto? Aunque el BCRA de Luis Caputo desplegó todo su arsenal para contener el precio de la divisa, el desafío a largo plazo sigue siendo la poca credibilidad que inspira en el mercado. En los próximos meses, sin embargo, el temor es que los síntomas de la economía real comiencen a acumularse en las vísperas de un año electoral.

Producción: Cecilia Filas

RODRIGO ÁLVAREZ es Licenciado en Economía (Universidad de Buenos Aires). Fue Economista Jefe de Ecolatina hasta 2012, cuando se incorporó a Consultora Analytica –orientada al desarrollo de negocios y asesoramiento macroeconómico–, donde se desempeña como socio y director.

LUIS SECCO es Licenciado en Economía (Universidad Nacional de La Plata) y director de la consultora Perspectiv@s Económicas, que fundó en 2002. Durante 2016 se desempeñó como Economista Jefe y Jefe de Gabinete de Asesores de Presidencia del Banco de la Nación Argentina.

 

¿CUÁL DEBERÍA SER EL PRECIO DEL DÓLAR?

RA: El nivel de tipo de cambio real luego de la última corrida es alto en términos históricos y es suficiente para cubrir las necesidades financieras, en especial dado el ajuste esperado sobre la actividad y las importaciones. Dejarlo subir más sería un error por el impacto sobre la actividad y los precios. El desafío es mantenerlo estable, evitando que la inflación erosione la competitividad ganada. Hacia adelante luce arriesgado pensar que el tipo de cambio puede seguir a los precios sin sobresaltos, en particular teniendo en cuenta la fragilidad externa del país y la apertura de la cuenta capital.

LS: Sería imprudente ponerle un único número a esta pregunta pero, desde el punto de vista de la política económica, en el cortísimo plazo habría que estabilizar el precio en los niveles actuales. Resulta imprescindible recuperar la confianza y estabilizar las expectativas. Una vez logrado, resultaría deseable que el peso no se utilice como ancla de la inflación. Se tendrían que evitar apreciaciones reales como las que en el pasado fueron la antesala de correcciones abruptas y costosas.

¿LA LIBRE FLOTACIÓN ES UN MECANISMO VIABLE A LARGO PLAZO ENLA ARGENTINA?

RA: A largo plazo sí. Por supuesto, habilitando la posibilidad de intervenciones ante eventos de volatilidad extrema. El problema es implementar la flotación con una apertura en la cuenta de capitales propia de países desarrollados: ante el menor cambio de humor internacional, los inversores se retiran generando saltos discretos en variables clave como el tipo de cambio y la tasa de interés. Los daños sobre el entramado productivo son demasiado elevados. La flotación cambiaria tiene sus virtudes, pero no hay que ser dogmáticos con su ejecución.

LS: Como con tantas otras cuestiones económicas clave sí, pero… Porque lo fundamental es si la Argentina está dispuesta a hacer lo que hay que hacer para tener una moneda estable. Se han intentado todo tipo de regímenes cambiarios: tipo de cambio fijo, tipos de cambio múltiples, tablita cambiaria, convertibilidad, tipo de cambio flexible, tipo de cambio flotante con intervenciones, cepo y controles cambiarios. Se ha probado de todo en materia cambiaria, pero pocas veces se ha intentado erradicar la causa de por qué no se puede tener una moneda sana de manera sostenida en el tiempo. Nunca se intentó seriamente tener equilibradas las finanzas públicas, y así aislar el balance del Banco Central de los vaivenes de esos desequilibrios fiscales.

¿CÓMO EVALÚA LA GESTIÓN DE LUIS CAPUTO EN EL BCRA?

RA: Nuestra lectura es que la designación de Caputo como presidente del BCRA tenía la función de estabilizar el tipo de cambio con algo más de pragmatismo, y lo está logrando aplicando todas las herramientas. Era algo que veníamos pidiendo. Ahora el desafío es desarmar la red de contención del tipo de cambio tratando de mitigar el impacto sobre la economía real. La contracara de la estabilidad de tipo de cambio es una economía sin liquidez.

LS: Creo que todavía tiene que acostumbrarse a la nueva silla. Por el momento es como si siguiera cumpliendo sus funciones previas y la de ‘banquero central’. Está intentando estabilizar los mercados y hace uso de todo el arsenal de instrumentos que un Banco Central tiene a su disposición. Pero aún resta reconstruir la confianza y estabilizar las expectativas. Aunque el éxito en esa difícil tarea no dependerá sólo de lo que haga o comunique el BCRA, debe comenzar cuanto antes y tiene que involucrar a todos los funcionarios y a los políticos más representativos de Cambiemos.

 

¿FALTAN DÓLARES O SOBRAN PESOS?

RA: El problema es la prociclicidad del esquema financiero actual. Cuando el contexto internacional acompañaba y la visión sobre la Argentina era constructiva, sobraban dólares y sobraban pesos. Pero cuando el humor de los inversores se revirtió originando la corrida, la respuesta es restringir la liquidez al máximo para contener el tipo de cambio. Entonces faltan dólares y también faltan pesos. En este sentido no hay mecanismo de contención: más bien se amplifican los efectos positivos y negativos.

LS: Las dos cosas. Son dos caras de la misma moneda. Gracias al acuerdo con el FMI ahora faltan menos dólares. Por eso es importante entender que sin dicho acuerdo el ajuste que tendría que haber hecho la Argentina ante la restricción de divisas (la falta de dólares y de financiamiento) hubiera sido mucho mayor y probablemente mucho más desordenado. Uno de los componentes clave del programa con el FMI es el fortalecimiento del balance del BCRA. Por el lado de los flujos, el programa prevé emisión cero para financiar al fisco. Y, por ellado de los stocks, el objetivo es reducir el monto de los pasivos remunerados, las Lebac, a la mitad. Mientras se alcancen esos objetivos, el manejo del faltante de dólares y el exceso de pesos seguirá requiriendo de mucho tacto, mucha y buena comunicación y de tasas de interés elevadas, tal vez por más tiempo que el deseado por las autoridades. Ahí radica un test importante en cuanto al compromiso de ellas con la estabilidad monetaria y con lo comprometido en el acuerdo.

¿CUÁLES SON LAS SEÑALES QUE EL GOBIERNO TIENE QUE DAR PARA RECUPERAR LA CONFIANZA DEL MERCADO?

RA: El nivel de tasa de interés por encima de 50 % es el reflejo de que el mercado todavía no le cree al BCRA. Recuperar la reputación va a ser un proceso largo. Los déficit gemelos van a converger al promedio de la región. El problema ahora es el impacto en la economía real. Los datos económicos de los próximos meses van a ser muy malos. El Gobierno tiene que generar respuestas para el empresario local y las familias. Es necesario mitigar el daño en términos de contracción de la demanda. Si la recesión es muy profunda, la preocupación del mercado va a determinar el escenario político 2019.

LS: No son sólo señales. La comunicación también es importante. Hay que evitar a toda costa la confusión y erradicar cuanto antes las dudas que hoy tiene el mercado sobre cuáles son las intenciones del Gobierno. ¿La prioridad es desinflar y cumplir lo acordado con el FMI? ¿O se pretende inflar y licuar y, si es necesario, renegociar el acuerdo? Porque si se compromete el desinfle de la incertidumbre y de las expectativas de inflación, la caída del nivel de actividad económica, el frenazo se podría extender por más tiempo. En un año electoral, podría convertirse en menor viabilidad política e ingobernabilidad.

¿CUÁL FUE EL IMPACTO DEL ACUERDO CON EL FMI EN EL MARCO DE LAS CORRIDAS CAMBIARIAS?

RA: El acuerdo con el FMI permitió un flujo de dólares a tasas que de otro modo no hubiéramos podido conseguir. Además alejó los temores sobre la capacidad de financiar el rojo en las cuentas públicas en el mediano plazo. Pero las condicionalidades sobre el gasto público implican atarse de manos cuando se necesitan políticas anticíclicas. En 2019 dependemos casi exclusivamente del salario real, de la reactivación del crédito y de la creatividad en la administración de los recursos para la inversión pública.

LS: La contundencia del acuerdo alcanzado con el FMI parece haberse esfumado demasiado rápido en cuanto a sus efectos sobre la confianza del mercado. A medida que pasen los meses será fundamental que se produzcan avances en el cumplimiento de lo acordado. Existe el prejuicio de que a la Argentina le fue mal en el pasado por culpa del FMI. Pero la verdad es que no se ha cumplido ningún acuerdo. Tampoco sabemos si le hubiera ido bien de haberlos cumplido. Pero es la mejor última oportunidad que le queda al gradualismo.

¿QUÉ ES MÁS IMPORTANTE: LA ESTABILIDAD O EL PRECIO DEL DÓLAR?

RA: Ambas. El nivel de tipo de cambio define ganadores y perdedores, en consecuencia termina orientando la inversión. Cuando la volatilidad es elevada, la inversión se paraliza. El gran desafío de la Argentina es lograr que esta variable condicione lo menos posible a la actividad económica, como ocurre con la mayoría de los países. Para eso hay que continuar fortaleciendo los instrumentos de política monetaria: en un contexto de corrida cambiaria es algo difícil de imaginar.

LS: Hoy la clave pasa por estabilizar. Pero, bajo cualquier régimen cambiario, la estabilidad no es posible si existen desequilibrios macroeconómicos significativos. Intentar hacerlo, con intervenciones del Banco Central en el mercado, no dura más allá de lo que duran las reservas. E incluso, mucho antes de que se agoten, la inestabilidad se traduce en corrida y en una corrección cambiaria cuyos costos la mayoría de las veces superan los beneficios de haber intentado estabilizar el tipo de cambio a un precio por debajo del que hubiese equilibrado el mercado.

¿LO PEOR YA PASÓ?

RA: El impacto sobre la actividad económica apenas empieza. Por delante tenemos cuatro trimestres de recesión. Aún hay muchas cosas por hacer para morigerar los efectos por venir, pero proyectamos una caída de la actividad económica en torno del 1 % para 2018, lo cual implica una recesión importante dado el ritmo al que veníamos creciendo. En términos políticos esto significa retroceder en dos de los activos más importantes para el Gobierno: el crecimiento con desinflación y la reducción de la pobreza.

LS: No. Todavía quedan por delante varios meses recesivos y de inestabilidad nominal (de precios y del dólar). En la medida que se cumpla el acuerdo con el FMI, se producirá una paulatina mejoría del balance del BCRA, del balance fiscal y del balance externo. Pero esas mejorías no se reflejarán en un cambio rápido del sentimiento de la opinión pública. Los titulares seguirán hablando de una caída en la actividad económica y de una inflación en un umbral más elevado, del 30 % anual.

Por qué pactar con el peronismo podría ser el salvavidas para la imagen de Macri

17/07/18 Nota de prensa por Eugenia Iglesias para Apertura

Desde noviembre de 2017, luego del triunfo legislativo de Cambiemos, la confianza en el Gobierno entró en un plano inclinado y la crisis cambiaria que se desató en abril aceleró esa caída. El índice que elabora la Universidad Di Tella registró un derrumbe del 31 por ciento entre el pico alcanzado tras la victoria legislativa y la última medición de junio. Según el indicador, el nivel actual es el segundo menor registrado durante la administración de Mauricio Macri. El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por US$ 50.000 millones y el ascenso a la categoría de mercado emergente no fueron suficientes para apagar el pesimismo que invadió al mercado. ¿Qué hace falta para revertir las expectativas en el actual contexto de inflación creciente y desaceleración económica?

“Necesitás estabilidad política. Un gobierno un poco más abierto, más negociador con otras partes como el peronismo o incluso dentro de Cambiemos, y una negociación más clara con los gobernadores. Una vez que tengamos eso, se empezarán a resolver los problemas de la economía”, evalúa Ramiro Albrieu, economista e investigador asociado del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes). Rodrigo Álvarez, socio y director de Analytica, agrega que lo principal es estabilizar: “Primero hay que frenar la hemorragia. Estabilizar el dólar y reestablecer la confianza en el peso, y creo que eso el equipo económico lo entiende. Lo segundo es frenar el daño colateral que la corrida cambiaria tiene sobre la inflación y, en definitiva, sobre la actividad económica. Pero es una tarea difícil porque no solo la Argentina está muy volátil, sino el mundo”.

En tiempos de turbulencia, Albrieu recomienda no caer en dogmas. “Hay muchos frentes que requieren una dosis de pragmatismo que ahora tiene el equipo económico. Eso es un punto a favor. Ahora, tenemos un acuerdo con el FMI que tiene metas para cumplir y más allá de que tengamos una conducción monetaria mucho más flexible y que entiende los problemas, también tenemos mucha rigidez del lado de lo acordado con el Fondo”, advierte. Pero recalca que primero hay que enderezar la macroeconomía antes de avanzar. La aceleración de la crisis cambiaria llevó a muchos analistas a plantear que la solución no debe ser solo económica, sino política.

“Los problemas macroeconómicos que tiene la Argentina son muy profundos y no se van a resolver unilateralmente. Van a requerir de algún acuerdo interpartidario”, observa Marcelo Leiras, director del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de San Andrés. “La pregunta es cuándo y cómo se va a dar. El Gobierno parece haber creído desde el principio que esto lo iba a resolver solamente Cambiemos y quedó claro que no. Hace falta ensanchar un gobierno que es muy estrecho”, sentencia. Y remata con una famosa cita: “Si esperás resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo”.

 

Álvarez coincide en que un acercamiento con la oposición, puntualmente con el peronismo, sería un gesto de estabilidad. “Es necesario generar parámetros de normalidad en la Argentina y eso los inversores lo valoran. No solo para el Gobierno sino para entender también lo que puede llegar a venir”, alerta. Albrieu advierte sobre las consecuencias del cumplimiento del acuerdo con el FMI. “Tendría que haber un plan para abrir la discusión sobre si podemos cumplir con el Fondo y cómo se va a distribuir el ajuste en los distintos estamentos fiscales. Ahí el diálogo tiene que ser mucho más institucional, desde el Presidente. Me parece que eso todavía no está presente y eso el mercado lo sabe”.

 

La versión original de este artículo fue publicada en la edición 294 de Revista Apertura. Enterate cómo conseguirla acá.