Y entonces quedaron cuatro…

(09/05/19) Nota de prensa de Rodrigo Alvarez para El Cronista.

El disco “And then they were three” (“Y entonces quedaron tres” en su versión en español) es el noveno disco de génesis. La placa refiere a la partida del guitarrista Steve Hackett, dejando al grupo reducido a un trío. Como resultado, los roles de los restantes miembros de la banda se definieron más ampliamente. Tony Banks se encargó de todos los teclados, Mike Rutherford de todas las guitarras y bajos, y Phil Collins de las baterías, percusión y voz. Con esta formación la banda transito los casi 20 años restantes que le quedarían en su carrera con un estilo más alejado de sus raíces sinfónicas y progresivas; enhorabuena.

Recientemente Cambiemos lanzó 10 consensos básicos, los cuales buscan dar previsibilidad antes de las elecciones. En Analytica hace tiempo venimos insistiendo con 5 pre-requisitos para una macroeconomía “sana”; 4 de ellos a nuestro criterio  permanecen pendientes.

La lista de consensos confunde instrumentos con objetivos de política económica. Una vez pasados por ese tamiz y asumiendo que el mix de precios relativos actual es el adecuado (principalmente tarifas y tipo de cambio), creemos que estamos hablando de los mismos 4 pilares para una economía sustentable: deuda, mercado de cambios, estabilidad nominal y “equilibrio social”.

Si miramos los 10 consensos básicos a través de nuestro prisma podemos clasificarlos de la siguiente forma:

  • Instrumentos de política económica: 1) Equilibrio fiscal, 2) Banco Central Independiente, 3) sistema previsional ordenado, 4) reducción de impuestos. El primero y el tercero merecen una aclaración. En una primera lectura, ambos son objetivos de política. Sin embargo, una vez incorporada la reducción de impuestos al esquema, estamos hablando de un recorte del gasto público ya que resulta difícil imaginar un aumento de la recaudación en un contexto de quita de impuestos; al menos con tasas de crecimiento moderadas como las que resultarían de implementar una reforma previsional inserta en una política monetaria restrictiva como la que esperamos para 2020.
  • Objetivos de política económica: 5) integración comercial, 6) empleo formal, 7) cumplir los pagos de deuda.
  • Ya cumplidos: 8) Federalismo fiscal, 9) INDEC confiable, 10) seguridad jurídica. Teniendo en cuenta la dinámica de las cuentas públicas provinciales y el buen desempeño de los gobiernos locales en las elecciones recientes, el primero luce bastante sólido. A su vez, considerando que venimos de expropiar la filial de una multinacional (YPF), la gestión actual tiene un “muy bien 10 felicitado” en este punto. Nadie cuestiona al INDEC de Todesca.

En Analytica comenzamos 2019 con el desafío de pensar la consistencia económica de largo plazo. Es por ello que no sólo planteamos 5 objetivos de política económica, sino también le dimos un orden a la secuencia de implementación. En particular:

  • Un nivel de precios relativos que garantice el normal funcionamiento de la economía.
  • Un sendero de deuda sostenible.
  • Un mercado de cambios balanceado.
  • Estabilidad nominal.
  • Pax social: salarios reales y empleo que acompañen el crecimiento económico.

Los objetivos trazados por el Gobierno, integración comercial, generación de empleo formal y cumplimiento de los contratos de deuda, están en línea con el equilibrio en el mercado de cambios, la pax social y la sostenibilidad del sendero de deuda. Sin embargo, los consensos omiten un punto importante: el orden de implementación de las medidas para generar los objetivos deseados.

En Analytica creemos que el nivel de precios relativos luce adecuado. Sin embargo, urge mejorar el perfil de vencimientos de la deuda. Aquí pensamos en un canje voluntario luego de un nuevo acuerdo con el FMI el cual, inevitablemente implica una reforma previsional y laboral. La estructura de la economía argentina genera un vínculo muy directo entre problemas de deuda y equilibrio en el mercado de cambios. Por lo tanto, al mejorar el perfil de deuda, con este nivel de tipo de cambio y con algunos arreglos en la regulación de la cuenta capital, obtenemos un mercado de cambios balanceado para este nivel de tipo de cambio real; continuando quizás con los ajustes en los impuestos al comercio exterior. Recién ahí podemos pensar en un proceso des-inflación sostenible que contemple la generación de empleo y por ende garantice un crecimiento sostenido.

Los 10 consensos básicos esconden importantes lineamientos para una macroeconomía sana. Una vez separados los instrumentos de los objetivos y eliminando aquellos que consideramos satisfactoriamente cumplidos …. quedaron cuatro.

Al igual que ocurrió con Génesis, podemos pensar en una síntesis superadora. Resta discutir los instrumentos adecuados y trabajar en la comunicación a los actores relevantes. Lógicamente, conocer el camino es muy distinto a transitarlo. Sabemos que este desafío requiere acuerdos políticos y sociales amplios que hoy lucen distantes.  

El BCRA y una amenaza creíble

29/04/19 Nota de prensa de Santiago Gambaro para El economista.

Luego de la volatilidad financiera de la semana pasada, los anuncios del día de hoy trajeron cierto alivio. Por un lado, indican que la autoridad monetaria tiene más herramientas cambiarias que antes y un grado de discrecionalidad mayor, que desalienta la demanda especulativa, al menos en casos puntuales. La habilitación de las intervenciones directas del Banco Central funciona a modo de amenaza, moderando las expectativas de quienes apuestan al dólar para sacar una ventaja de corto plazo sin esperar a que la cotización llegue al techo. Además, no explicita cómo puede intervenir dentro de la (ya extinta) Zona de No Intervención, generando una sana incertidumbre.
Por otro lado, las medidas dan indicios de que el Gobierno generó una capacidad de negociación con el FMI mayor a la que muchos esperábamos, dado que el organismo no ve con buenos ojos las intervenciones con reservas internacionales.

Sin embargo, la continua modificación del régimen pone en duda la credibilidad de la autoridad monetaria, que pareciera haber vuelto sobre el mismo esquema de un año atrás. En este sentido, pese a la mayor tranquilidad de la jornada cambiaria, no hay garantía de que vaya a continuar en este sentido. Previo a la implementación de la ZNI nos encontrábamos en un esquema similar. ¿El fracaso anterior de estas políticas, nos anticipa un nuevo fracaso?

Si bien el esquema es parecido, el poder de fuego es mayor por la dureza de la política monetaria, por el mayor nivel que ahora presenta el tipo de cambio real y por la dolarización de cartera que ya se experimentó. No obstante, como contracara, hoy nos encontramos más próximos a las elecciones y con un amplio historial de experimentos cambiarios fallidos. ¿qué podemos esperar de cara a los próximos meses?

Como viene ocurriendo, el tipo de cambio probablemente se mueva, en promedio, entorno a la tendencia inflacionaria por el grado de sustitución de moneda que nos caracteriza. En esta economía, tanto tipo de cambio como inflación se van determinando entre sí y el proceso, en ocasiones, se espiraliza.

A nuestro juicio, el último salto del dólar asociado al riesgo país no tenía fundamentos, pero la incertidumbre del mercado asociada al posible incumplimiento de pagos (incluso de vencimientos bajo el paraguas del FMI), parecía llevarnos peligrosamente al techo de la banda y obligó al BCRA y al Ejecutivo a tomar medidas para calmar a los mercados para evitar la espiralización.

Dotar de capacidad al BCRA y mostrar margen de negociación con el FMI genera expectativas de corto plazo que alivian la plaza cambiaria del componente especulativo. Sin embargo, están lejos de resolver los problemas de fondo. Esto es, si bien este tipo de cambio equilibra el mercado externo de bienes (cuenta corriente) no cierra la brecha por la salida de capitales. Tampoco debiera ser el único instrumento para compensar los desequilibrios externos.

De cara a 2020, el tipo de cambio nominal tampoco puede ser la única solución al problema porque en las magnitudes necesarias nos llevaría a un régimen de alta inflación y a serios problemas sociales. Hoy no hay una capacidad política para llevar adelante algo semejante a un pacto social, pero dada la capacidad de negociación del Ejecutivo con el Fondo, pareciera haber espacio para implementar leves regulaciones a los grandes movimientos de capitales, programas fiscales que suban el costo relativo de los productos importados y reduzcan el costo de los exportables, flexibilizar la normativa de depósitos en dólares para que puedan tener mayor diversidad de usos, sin fomentar el descalce de monedas, etcétera. También se puede actuar sobre los mecanismos de contratos para que el traslado de los precios de las subas del tipo de cambio sea menor, y en este sentido creemos que es hora de revisar las actualizaciones de tarifas de servicios públicos.

En fin, hay soluciones disponibles, pero se requiere la voluntad política de llevarlas adelante y no “más de lo mismo”. Se requiere una mirada integral del problema.

La suba del dólar presiona a las naftas y pone a prueba la baja de la inflación.

24/04/19 Nota de prensa por TN

El valor internacional del petróleo tuvo un alza de u$s15 en dos meses. Los nuevos aumentos en los combustibles podrían afectar las proyecciones del Gobierno.

El ajuste del tipo de cambio significará un desafío para la baja de inflación que el Gobierno proyecta para los próximos meses. Una suba del dólar tiene un impacto rápido en los precios de bienes como alimentos y combustibles. En ese contexto, las consultoras que miden la evolución inflacionaria diariamente prevén que el salto devaluatorio de este miércoles tendrá un impacto más claro el mes próximo.
Una vez que se conoció la cifra de inflación de marzo, que fue de 4,7% -más alta de lo que se esperaba-, el Gobierno nacional y el Banco Central salieron a asegurar que se había tratado de “un pico” en la suba de precios y que las perspectivas para los meses que venían eran de desaceleración.
Días después, el Poder Ejecutivo negoció y anunció un paquete de medidasapuntadas a mitigar el impacto de la suba de precios en el bolsillo. Algunas de esas resoluciones fueron el congelamiento del costo de 64 productos de la canasta básica por seis meses y la suspensión de nuevos incrementos de tarifas de servicios públicos.

Pero un escenario cambiario volátil como el que se vio este miércoles puede mover la estantería de las proyecciones y acuerdos de precios. El dólar escaló 3,62% en una sola jornada y llevó a la cotización mayorista a su nivel máximo histórico nominal, en $43,95. Ese salto puede implicar en un corto y mediano plazo una nueva ronda de incrementos de algunos bienes.

Según comentó a TN.com.ar el director de la consultora C&T Asesores, Camilo Tiscornia, “un aumento en el precio del dólar tan cerca de fin de mes puede impactar, en cierta forma, en la medición de abril pero se va a notar más en mayo”. Y especificó que los artículos que primero “reaccionan” a un evento cambiario “son los alimentos y los de limpieza”.

Rodrigo Álvarez, CEO de Analytica, también consideró que el efecto en precios en estos últimos días del mes “va a ser marginal” y que abril reflejará una inflación de 4%. Esta consultora fue la única que se había aproximado al 4,7% de inflación que reflejó el Indec. “El mercado mantenía una proyección de aumento de precios, a nuestro juicio, demasiado optimista. Los datos, lamentablemente, nos están dando la razón”, dijo Álvarez.
Además del incremento en el valor del dólar, otro factor podría implicar nuevos ajustes en las estaciones de servicio. Se trata del precio internacional del barril de petróleo, uno de los componentes del costo al que se vende la nafta a los consumidores.

Este miércoles, el petróleo WTI, que es el que sirve como referencia para la Argentina, llegó a los 65 dólares por barril, lo que significa un aumento de 15 dólares en dos meses y el precio más alto en los últimos cinco.
De acuerdo a Tiscornia, “en términos de precios internacionales se juntaron todas las malas”, ya que por un lado “baja la soja, que es el producto que exportás, y subió el del petróleo”. Álvarez cree que, en lo inmediato, esto no tendrá impacto en los surtidores pero que “más adelante es probable”. “De todos modos, si bien el mercado terminó muy mal este miércoles, es pronto para decir qué pasará, ya que el tipo de cambio flotante en este esquema no es tan fácil de estimar”, dijo.

En abril, los combustibles fueron remarcados entre 4,5% y 5% en las principales compañías del sector. YPF aplicó un aumento de 4,55% en sus variantes de nafta y de 4,89% en gasoil. Así el litro de la súper llegó a $40,43 en la ciudad de Buenos Aires.
Este nuevo panorama hace pensar a Tiscornia que una desinflación más notoria, que antes podía esperarse para mayo, “ahora habrá que aguardarla más hacia junio o julio”. Las consultoras que responden el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central terminarán en estos días de recalcular sus expectativas de inflación para todo 2019. Las primeras estimaciones ya están cerca de 40%.

El BCRA fue el ganador de la fecha: con tasas estables, el dólar en la City restó más de 1%

01/04/19 Nota de prensa por Juan Gasalla para Infobae.

La entidad adjudicó LELIQ por más de $200.000 millones y aspiró casi $17.000 millones, con una tasa de política monetaria que se fijó en 68,1%

Los resultados de la pulseada habitual entre dólar y tasas de interés se definen día a día, debido a la dinámica imprevisible de la plaza financiera, condicionada por la alta inflación, lossaltos del dólar y la tensión política que irá en aumento en la medida que se acerquen las elecciones generales de octubre.

Este lunes puede decirse que el Banco Central fue el ganador de la fecha: con tasas estables, logró contraer liquidez de la plaza, mientras se verificó un descenso de más de 1% en la cotización del dólar en la City porteña.
El BCRA colocó Letras de Liquidez (LELIQ) por $202.984 millones, desdoblados en dos subastas. Frente a vencimientos en el día por unos $183.326 millones, la entidad aspiró de la plaza financiera casi $17.000 millones, descontado el pago de intereses de la jornada.

La tasa de referencia de LELIQ para el día resultó ser del 68,149% anual, con un descenso marginal de medio punto básico.

El BCRA informó más temprano que sostendrá una tasa de interés mínima del 62,5% durante abril para continuar con su control sobre la liquidez en el mercado en el marco de su batalla contra la alta inflación y también para evitar una apreciación violenta del tipo de cambio.

En ese sentido, la divisa de EEUU recortó este lunes un 1,4%, para negociarse a $43,70 al público en el Banco Nación, y a $42,71 en el mercado mayorista.

“Cuando las tasas se colocaron 20 puntos por encima de la inflación esperada por agosto y septiembre del año pasado, se pensaba que era transitorio y hoy llevamos más de medio año. Si esto sigue así lo que termina complicado es el empleo. Si la inflación se estabiliza pero a costo de un aumento del desempleo, me parece que no termina siendo algo beneficioso electoralmente en ningún sentido”, explicó Rodrigo Álvarez, CEO de Analytica.

Nery Persichini, jefe de Inversiones de GMA Capital, detalló que “en términos más técnicos, el oficialismo sería beneficiado por una apreciación del tipo de cambio real multiltateral. Esta variable, que es un proxy de la competitividad-precio de la economía y contempla el efecto de la inflación local y las depreciaciones reales de los principales socios comerciales, se encuentra en un nivel como el de octubre, momento en el cual la divisa empezaba a estabilizarse pero el salario en dólares veía un piso”.

El stock de este pasivo remunerado es hoy $947.296 millones y, medido en dólares, se redujo significativamente a los USD 22.179 millones –se había acercado a USD 25.000 millones en febrero-.
De todos modos, inquietan las consecuencias nocivas sobre el nivel de actividadeconómica que plantea un plan de estabilización con un “endurecimiento monetario” tal que llevó a los rendimientos de LELIQ al nivel más alto desde comienzos de noviembre.

Para Economía & Regiones “la suba de la tasa de interés y el encarecimiento del dólar son la manifestación de la caída de la demanda de dinero. Argentina está experimentando una fuerte caída de la demanda de dinero que necesariamente implicará en el futuro dólar más caro y mayor inflación. Primero, pica el dólar en punta. Más tarde y con retraso temporal reacciona más lento la inflación”.