Economistas presagian medidas populistas, pero con límites por falta de financiamiento


Tres analistas y ex funcionarios creen que tras las elecciones vendrá el acuerdo con el FMI y la necesidad de políticas más ortodoxas.

Por Martín Bidegaray

Los economistas creen que, tras los resultados de las PASO, el Gobierno impulsará medidas populistas en el corto plazo, con la idea de inyectar dinero en los bolsillos de los sectores más golpeados. De hecho, ya se esperan anuncios para esta semana. Sin embargo, advierten que el Poder Ejecutivo enfrentará límites en esa tarea. Y que, más tarde o temprano, deberá buscar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

“El Gobierno va a tomar medidas populistas, Seguramente pongan plata en la calle de acá a noviembre, que es lo que saben hacer. Habrá medidas para que crezcan los préstamos bancarios, más planes, más de eso, controles de precios para la Inflación”, supone Miguel Kiguel, ex subsecretario de Finanzas y director de la consultora Econviews.

“Van a poner plata en el bolsillo de la gente durante estos próximos 60 dias, pero siempre en el marco del limite de la restricción financiera, dada por el limite del financiamiento monetario dado por la carta orgánica del Banco Central y por lo que puedan conseguir de financiamiento neto en el mercado local”, según Federico Furiase, director de la consultora Anker Latinoamérica.

Economista Miguel Kiguel.
Foto Juano Tesone

Economista Miguel Kiguel. Foto Juano Tesone

La alternativa de la radicalización es nostalgia pura. Volver a una épica post 2009 (el Gobierno perdió las legislativas, pero ganó las presidenciales de 2011) es imposible, porque las condiciones básicas no existen”, dice Ricardo Delgado, presidente de Analytica.

“No hay capacidad alguna para financiar ni en pesos ni en dólares, por lo cual no se puede hacer ninguna política expansiva de gasto, porque la demanda de pesos ya está en el límite y los dólares, a diferencia de 2009, ya no están en las reservas”, explica Delgado, que también fue subsecretario de Coordinación de la Obra Pública entre 2016 y 2019.

La suposición de ciertos sectores privados es que el Gobierno incrementará los importes de planes sociales y de asistencia, jubilaciones. aumentará los sueldos del sector público, todo para lograr un repunte del consumo que mejore las chances del oficialismo de cara a las elecciones generales.

Ricardo Delgado, de Analytica.

Ricardo Delgado, de Analytica.

Las políticas expansivas implicarán mayor emisión monetaria. Los economistas dudan que haya margen para esa estrategia. “Se puede complicar el acceso al financiamiento, el rollover de los vencimientos de la deuda del Tesoro”, observa Delgado. De vuelta, trazando una analogía con el kirchnerismo de 2009, agrega que “las cajas que tenían antes ya no están disponibles, no están las AFJP, que luego se transformaron en el fondo de garantía de la ANSES. No hay nada de eso”.

Después de las elecciones, los economistas consultados suponen que llegará el “momento de la verdad”, que es alcanzar un acuerdo con el FMI. “Va a hacer falta reacomodar precios relativos (tarifas, naftas, tipo de cambio), porque el Banco Central no tiene reservas. Creo que se va a un acuerdo porque no queda otra. No hacerlo es ser un paria. A pesar de todo, no vamos a llegar a ese punto”, sostiene Kiguel.

“Lo más deseable sería avanzar en un acuerdo con el FMI, tratando de acordar con la oposición. Ese acuerdo va a tener que pasar por el Congreso, como lo pide el FMI. Eso va a permitir bajar expectativas privadas devaluatorias, evitar sobresaltos violentos en el tipo de cambio, También servirá con una política inflacionaria mediocre pero que no estalle”, Delgado.

“No veo que se rompa con el FMI”, augura Furiase.

Federico Furiase Foto: Luciano Thieberger.

Federico Furiase Foto: Luciano Thieberger.

Los próximos dos años de la gestión de Fernández son una incógnita, que comenzará a resolverse si se alcanza un entendimiento con el FMI. “Dentro de ese acuerdo, una de las variables clave será el nivel de las reservas, será una de las condicionalidades del acuerdo“, puntualiza Delgado.

“El acuerdo con el FMI va a ser más complicado porque el nuevo director, Ilan Goldfajn. es un economista muy ortodoxo“, observa Kiguel.

Presidente del Banco Central de Brasil (posee esa nacionalidad y la israelí), Kiguel lo pinta como “el (Federico) Sturzenegger de Brasil: muy duro con las tasas de interés y la Inflación. No va a haber un programa light. Vamos a ver si es con (Martín) Guzmán, al que conocen. Es un diálogo dificil, pero encaminado. No es sencilla la negociación y más si es una persona nueva que puede contrariarla un poco más”, describe sobre un escenario de un eventual reemplazo de Guzmán en el ministerio de Economía.

Más gasto público o acelerar reformas: qué escenario económico tiene por delante el Gobierno tras la derrota electoral


Los economistas esperan un cambio en la política económica del Poder Ejecutivo tras las PASO, ya sea a través de una “radicalización” de medidas heterodoxas o de un acuerdo más rápido con el FMI para “alinear expectativas”

Por Mariano Boettner

El tamaño de la derrota electoral que sufrió el Gobierno nacional hace pensar a los analistas qué efecto tendrá el cimbronazo en las urnas en la dirección de la política económica, en medio de la restricción presupuestaria y de financiamiento, la negociación en marcha con el FMI, el delicado equilibrio cambiario, la inflación persistente y a horas de la presentación de un nuevo presupuesto ya cerrado que marcará el ritmo de la gestión de los próximos meses.

Los economistas consultados por Infobae se dividen entre los que creen que un resultado de estas características en las PASO habilitará al Poder Ejecutivo a tomar medidas más “radicalizadas” en términos económicos heterodoxos, entendidos como un relajamiento fiscal que haga expandir el gasto, tras una primera mitad del año en que el Ministerio de Economía “se sentó” sobre la caja; y otro grupo que considera que, por el contrario, la Casa Rosada buscará dar otro tipo de señales como una aceleración de las conversaciones con el Fondo Monetario para tener un acuerdo lo antes posible que le permita “alinear expectativas” del sector privado y dar un sentido de certidumbre sobre las políticas económicas y algunos indicadores clave para los próximos años.El tamaño de la derrota electoral que sufrió el Gobierno nacional hace pensar a los analistas qué efecto tendrá el cimbronazo en las urnas en la dirección de la política económica

“El voto castigo tiene un peso importante y creo que el Gobierno va a profundizar medidas en sectores informales de la Provincia de Buenos Aires con más gasto fiscal, en estos meses de acá al 14 de noviembre el déficit seguramente crezca como se preveía y terminará en la zona de 3 o 3,5 del Producto Bruto”, opinó Ricardo Delgado, de la consultora Analytica.

En ese sentido, explicó que “el consumo se debería mover algo. En los sectores formales con paritarias, van a competir esos salarios con una inflación por debajo del 3 por ciento. La variable clave para sostener esta estrataegia es el dólar. Hasta el 14 de noviembre vamos a ver volatilidad en los mercados, pero no veo un evento de mega devaluación llevada a cabo por los mercados. El BCRA tiene instrumentos a mano, algunos muy toscos como restringir dólares para importaciones”, mencionó.El Ministerio de Economía necesitará cambiar la dirección de su política económica, según los analistas. EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo
El Ministerio de Economía necesitará cambiar la dirección de su política económica, según los analistas. EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo

El director de Analytica dijo que “hay dos elementos que pueden balizar la economía. Uno es el acuerdo con el Fondo, acelerar esta negociación. No creo antes de noviembre pero si da una señal más contundente, puede alinear expectativas del sector privado. Y esta semana presenta el Presupuesto, vamos a ver cuál es la mirada oficial del 2022 y cómo piensan llegar hasta ahí”, afirmó.

Por último, aseguró que no ve que con este resultado en las PASO dé lugar a “una radicalización del Gobierno, ni del cepo, no hay financiamiento para una opción extrema como ‘ir por todo’. El ajuste fiscal que se hizo hasta julio muestra que el oficialismo entiende cuáles son sus límites que son estrechos. Tenemos dos meses importantes de vencimientos en pesos, últimamente se refinancia con cierta dificultad y acelerar la emisión con una brecha en 80% es técnicamente suicida”, concluyó.

Para el economista de Invecq Santiago Bulat, “la presión al dólar va a depender de qué decida hacer el Gobierno a partir de ahora. Si la decisión es poner más plata en el bolsillo a costa de un mayor déficit, la presión sobre el dólar va a ser mayor, no creo que vaya hacia una baja”, mencionó.Otros creen, por su parte, que por el contrario la Casa Rosada buscará dar otro tipo de señales como una aceleración de las conversaciones con el Fondo Monetario para tener un acuerdo lo antes posible que le permita “alinear expectativas”

“Dudo que el Gobierno no haga cambios en su politica económica. En 2019 al entonces oficialismo le fue mal en las PASO y hubo acciones para aliviar el peso de los alimentos en el bolsillo, por ejemplo. El Gobierno no se va a quedar de brazos cruzados, van a tratar de mejorar el clima con la gente. No sé de qué forma se va a traducir, pero imagino medidas tendientes a aliviar el bosilllo, dudo que sean de carácter ortodoxo, sino profundizando algunas”, completó.

Para la economista jefa de Equilibra, Lorena Giorgio, “un resultado que no está alineado con las expectativas del oficialismo podría llevar a dos caminos totalmente contrapuestos: una aceleración en las negociaciones con el Fondo o un cambio total de rumbo que lleve a una radicalización de la pata más populista de la coalición de gobierno”, explicó.

El nuevo escenario electoral tensionará la necesidad de gasto con los límites a la emisión de pesosEl nuevo escenario electoral tensionará la necesidad de gasto con los límites a la emisión de pesos

“Que camino se tome dependerá exclusivamente de la política y de qué ocurra con el gabinete. Si el presidente no relega poder, es muy probable que veamos un rápido acuerdo, anunciado antes de fin de año y cerrado hacia principios de 2022. Pero si el presidente queda diezmado, no contará con el consenso político para acordar, con las implicancias que tendrá el programa con el Fondo en términos de ajustes y reformas estructurales”, agregó Giorgio.

En tanto, Federico Moll, director de Ecolatina, consideró que “los números no son los que el oficialismo esperaba y eso genera incertidumbre respecto a la política económica de los próximos meses. Si la lectura es que el mal resultado es fruto de las políticas de austeridad fiscal que se llevaron adelante es razonable creer que se vaya a priorizar el frente político por sobre el económico y decidan implementar una política fiscal más expansiva”, explicó.

“El efecto que un mayor gasto puede tener sobre el mercado cambiario es claro: mayor brecha y mayores complicaciones para acceder al mercado formal. Van a ser meses en los que la tensión que hay entre mejorar la performance electoral y cuidar la poca estabilidad macroeconómica que queda va a ser más clara que nunca”, concluyó.“El voto castigo tiene un peso importante y creo que el Gobierno va a profundizar medidas en sectores informales de la Provincia de Buenos Aires con más gasto fiscal” (Delgado)

Para el economista Rodrigo Álvarez, “la victoria de la oposición puede generar un entusiasmo de corto plazo en los mercados financieros, en algunos activos y en alguna descompresión del tipo de cambio paralelo, pero de ninguna forma tiene que ser visto como algo definitivo. Faltan dos años y si no se encaran ciertas correcciones ese optimismo va a desaparecer muy rápido”, advirtió.

“El Gobierno más allá del resultado de las elecciones va a tener que hacer correcciones importantes de cara a al acuerdo con el FMI, que principalmente pasan por tres cuestiones: una es el ordenamiento de los precios relativos, en segundo lugar el proceso de consolidación fiscal y tercero la brecha del tipo de cambio”, enumeró.

El Gobierno podría acelerar un acuerdo con el FMI, según los analistas. REUTERS/Remo Casilli

“La economía argentina no puede crecer con una brecha cambiaria de 80 por ciento. Estas cuestiones después de diciembre van a tener que ser atacadas. El gobierno va a tener que analizar el rumbo. Todos descontamos el acuerdo con el Fondo pero no la profundidad de las correcciones y de eso va a depender el potencial de crecimiento de los próximos años”, completó.

Un informe reciente de la consultora LCG había asegurado que “un mal resultado del oficialismo en las PASO obligará a hacer un cambio de actitud. Ese cambio de actitud puede venir en distintas formas: reforma de gabinete, cambios en la política económica, llamado al diálogo o radicalización, etc. Estos cambios no están claros y deberán cristalizarse a partir de la próxima semana”.“El Gobierno no se va a quedar de brazos cruzados, van a tratar de mejorar el clima con la gente. No sé de qué forma se va a traducir, pero imagino medidas tendientes a aliviar el bosilllo, dudo que sean de carácter ortodoxo” (Bulat)

“No vemos que el Tesoro, bajo un escenario adverso, intente reanimar fuertemente la economía de cara a noviembre, podrá ofrecer más incentivos para impulsar el consumo, pero seguirá siendo algo ´controlado´. El plazo es muy corto y el riesgo de inestabilidad cambiaria supera al beneficio que pueda tener en la actividad. El dólar difícilmente retroceda con fuerza”, anticipó esa consultora.

Un reporte de Morgan Stanley antes de las elecciones había aseverado que una eventual derrota del oficialismo no desencadenaría políticas más heterodoxas aunque sí algunos cambios en el gabinete.

“No estamos de acuerdo con los que esperan que una eventual derrota de la coalición gobernante (si se produce) sea el desencadenante potencial de una profundización significativa de la combinación de políticas poco ortodoxas. Aunque los cambios de gabinete en ese escenario son muy probables, seguimos pensando que los desequilibrios macroeconómicos harían muy difícil un giro significativo hacia políticas menos ortodoxas”, agregó el informe.

El derrumbe del salario: cuántos productos esenciales podía comprar un empleado en las últimas cuatro elecciones


Un estudio privado comparó el ingreso promedio de un trabajador con el precio de productos y servicios básicos al momento previo a cada votación. Los más afectados y los que se tornaron más accesibles

Por Fernando Meaños

Cada dos años el ritual electoral vuelve a traer la pregunta: ¿se vota con las ideas o se vota con el bolsillo? Mientras lo debaten los encuestadores y los politólogos, es claro que los asalariados argentinos llegan a cada compromiso con las urnas en una situación peor al anterior, en algunos casos y mejor en otras, según su canasta de consumo.

Un análisis de la consultora Analytica comparó cómo llegó el votante a las elecciones PASO desde 2013 al presente y qué capacidad de compra para hacer algunos consumos elementales tuvo en cada ocasión.

Tomando como base un salario registrado promedio en CABA de una persona de 40 años, estimado en base a datos de la Encuesta Permanente de Hogares, ese votante podía comprar 521,3 kilos de pan antes de las PASO 2013; hoy, solo puede adquirir 372,3 kilos. O podía consumir 220 kilos de asado, tan presente en la anterior campaña electoral; y ahora se redujo a la mitad, 109,4 kilos.

Ese mismo salario alcanzaba en 2013 para 1.367 litros de leche o 394,7 paquetes de yerba mate, pero ahora alcanza para 894,5 litros o solo 174 paquetes, respectivamente. Para acceder a la posesión de un auto pequeño, necesitaba trabajar por ese ingreso poco más de 15 meses en 2013, mientras que ahora debe hacerlo durante casi 25 sueldos, o 23 si se agrega el efecto del aguinaldo.

infografia

La inflación es el gran destructor de los ingresos de las familias. Pusimos ejemplos bien concretos de qué significa ese efecto en términos de poder de compra de alimentos, o del impacto que tiene sobre la pérdida del salario real sobre consumos elementales,” dijo a Infobae Ricardo Delgado, director de la consultora Analytica.

Según el economista, los últimos cuatro años fueron los de “mayor desplome del salario” dentro de los últimos diez en que ya venía cayendo. “Si bien en estos últimos meses hay una cierta recomposición del salario producto de mayores paritarias y más gasto social en los sectores vulnerables, cuando uno mira estos números se ve que nada de eso se ha podido corregir.”“En estos últimos meses hay una cierta recomposición del salario producto de mayores paritarias y más gasto social en los sectores vulnerables” (Delgado)

Con dos salarios del ejercicio de Analytica se podían comprar dos heladeras en 2017; en 2021, solamente 1,2. Un sueldo alcanzaba cuatro años atrás para adquirir 1.144,4 litros de nafta mientras que hoy con el mismo sueldo se compran solamente 766,7 litros.

Otro dato significativo es el vinculado al alquiler, tomando como base un departamento de 3 ambientes (70 m2) en el barrio de Caballito. En 2013 se llevaba un 43% de ese sueldo; ahora, llega al 81 por ciento.Según el estudio de Analytica, un salario que podía comprar 220 kilos de asado antes de las PASO 2013 hoy puede comprar solamente 109,4 kilosSegún el estudio de Analytica, un salario que podía comprar 220 kilos de asado antes de las PASO 2013 hoy puede comprar solamente 109,4 kilos

Delgado puntualizó que estos datos son “una demostración más de que hay que resolver el problema de la inflación” y en ese sentido minimizó el efecto de todos los planes destinados a contener la inflación de alimentos, tales como los controles de precios reiterados a lo largo de los últimos años.

Cuando uno mira esta caída de casi 40% en el poder de compra en los últimos cuatro años, medida en kilos de asado, es evidente que este tipo de políticas no resuelven el problema de la inflación en alimentos, la parte central de la canasta de consumo de los sectores populares, como el conurbano bonaerense. La caída es realmente estrepitosa, lo que demuestra que tomar medidas aisladas para controlar la inflación no conduce a nada, porque siempre termina ganándole al salario,” resaltó Delgado."Tomar medidas aisladas para controlar la inflación no conduce a nada, porque siempre termina ganándole al salario”, destacó a Infobae Ricardo Delgado (Gavotti)“Tomar medidas aisladas para controlar la inflación no conduce a nada, porque siempre termina ganándole al salario”, destacó a Infobae Ricardo Delgado (Gavotti)

A la par de la destrucción del poder adquisitivo del salario, cada temporada previa a las elecciones los distintos gobiernos buscan recetas para repararlo. Por algo se dice que en los años impares siempre hay menos disciplina fiscal para seducir a los votantes con políticas de gasto social. “El Gobierno intentó por varios medios generar un clima preelectoral de ‘veranito económico’ desde junio. A la luz de los datos concretos, pareciera que no ha sido muy exitoso en lograrlo y una vez más el electorado se encamina a enfrentar un proceso electoral con un deterioro en su nivel de vida”, apunto un informe de la consultora Invecq que dirige Esteban Domecq.“El Gobierno intentó por varios medios generar un clima preelectoral de ‘veranito económico’ desde junio. A la luz de los datos concretos, pareciera que no ha sido muy exitoso en lograrlo” (Invecq)

Según la consultora, tomando como referencia el salario promedio registrado del sector privado en los últimos dos años, hubo una caída del poder de compra del 5,5%. En los meses previos a las PASO de 2019 el salario bruto bajo análisis era de $92.790 a valores equivalentes con los de hoy, en la actualidad no llega $88.000, es decir que ha habido una caída en dinero constante de 5.000 pesos.

La baja en los ingresos que los votantes tendrán en estas elecciones, según Invecq, se da “luego de un período en el que ya se había dado un deterioro significativo. Y que, según la propia explicación del oficialismo, fue la causa principal de la derrota del gobierno de Cambiemos. Entre las PASO de 2017 y las de 2019 el empleo privado asalariado registrado había disminuido en unos 100.000 trabajadores como consecuencia de la crisis iniciada en abril de 2018. Simultáneamente el poder adquisitivo de los salarios había bajado 12%. Sobre llovido, mojado”.