Más gasto público o acelerar reformas: qué escenario económico tiene por delante el Gobierno tras la derrota electoral


Los economistas esperan un cambio en la política económica del Poder Ejecutivo tras las PASO, ya sea a través de una “radicalización” de medidas heterodoxas o de un acuerdo más rápido con el FMI para “alinear expectativas”

Por Mariano Boettner

El tamaño de la derrota electoral que sufrió el Gobierno nacional hace pensar a los analistas qué efecto tendrá el cimbronazo en las urnas en la dirección de la política económica, en medio de la restricción presupuestaria y de financiamiento, la negociación en marcha con el FMI, el delicado equilibrio cambiario, la inflación persistente y a horas de la presentación de un nuevo presupuesto ya cerrado que marcará el ritmo de la gestión de los próximos meses.

Los economistas consultados por Infobae se dividen entre los que creen que un resultado de estas características en las PASO habilitará al Poder Ejecutivo a tomar medidas más “radicalizadas” en términos económicos heterodoxos, entendidos como un relajamiento fiscal que haga expandir el gasto, tras una primera mitad del año en que el Ministerio de Economía “se sentó” sobre la caja; y otro grupo que considera que, por el contrario, la Casa Rosada buscará dar otro tipo de señales como una aceleración de las conversaciones con el Fondo Monetario para tener un acuerdo lo antes posible que le permita “alinear expectativas” del sector privado y dar un sentido de certidumbre sobre las políticas económicas y algunos indicadores clave para los próximos años.El tamaño de la derrota electoral que sufrió el Gobierno nacional hace pensar a los analistas qué efecto tendrá el cimbronazo en las urnas en la dirección de la política económica

“El voto castigo tiene un peso importante y creo que el Gobierno va a profundizar medidas en sectores informales de la Provincia de Buenos Aires con más gasto fiscal, en estos meses de acá al 14 de noviembre el déficit seguramente crezca como se preveía y terminará en la zona de 3 o 3,5 del Producto Bruto”, opinó Ricardo Delgado, de la consultora Analytica.

En ese sentido, explicó que “el consumo se debería mover algo. En los sectores formales con paritarias, van a competir esos salarios con una inflación por debajo del 3 por ciento. La variable clave para sostener esta estrataegia es el dólar. Hasta el 14 de noviembre vamos a ver volatilidad en los mercados, pero no veo un evento de mega devaluación llevada a cabo por los mercados. El BCRA tiene instrumentos a mano, algunos muy toscos como restringir dólares para importaciones”, mencionó.El Ministerio de Economía necesitará cambiar la dirección de su política económica, según los analistas. EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo
El Ministerio de Economía necesitará cambiar la dirección de su política económica, según los analistas. EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo

El director de Analytica dijo que “hay dos elementos que pueden balizar la economía. Uno es el acuerdo con el Fondo, acelerar esta negociación. No creo antes de noviembre pero si da una señal más contundente, puede alinear expectativas del sector privado. Y esta semana presenta el Presupuesto, vamos a ver cuál es la mirada oficial del 2022 y cómo piensan llegar hasta ahí”, afirmó.

Por último, aseguró que no ve que con este resultado en las PASO dé lugar a “una radicalización del Gobierno, ni del cepo, no hay financiamiento para una opción extrema como ‘ir por todo’. El ajuste fiscal que se hizo hasta julio muestra que el oficialismo entiende cuáles son sus límites que son estrechos. Tenemos dos meses importantes de vencimientos en pesos, últimamente se refinancia con cierta dificultad y acelerar la emisión con una brecha en 80% es técnicamente suicida”, concluyó.

Para el economista de Invecq Santiago Bulat, “la presión al dólar va a depender de qué decida hacer el Gobierno a partir de ahora. Si la decisión es poner más plata en el bolsillo a costa de un mayor déficit, la presión sobre el dólar va a ser mayor, no creo que vaya hacia una baja”, mencionó.Otros creen, por su parte, que por el contrario la Casa Rosada buscará dar otro tipo de señales como una aceleración de las conversaciones con el Fondo Monetario para tener un acuerdo lo antes posible que le permita “alinear expectativas”

“Dudo que el Gobierno no haga cambios en su politica económica. En 2019 al entonces oficialismo le fue mal en las PASO y hubo acciones para aliviar el peso de los alimentos en el bolsillo, por ejemplo. El Gobierno no se va a quedar de brazos cruzados, van a tratar de mejorar el clima con la gente. No sé de qué forma se va a traducir, pero imagino medidas tendientes a aliviar el bosilllo, dudo que sean de carácter ortodoxo, sino profundizando algunas”, completó.

Para la economista jefa de Equilibra, Lorena Giorgio, “un resultado que no está alineado con las expectativas del oficialismo podría llevar a dos caminos totalmente contrapuestos: una aceleración en las negociaciones con el Fondo o un cambio total de rumbo que lleve a una radicalización de la pata más populista de la coalición de gobierno”, explicó.

El nuevo escenario electoral tensionará la necesidad de gasto con los límites a la emisión de pesosEl nuevo escenario electoral tensionará la necesidad de gasto con los límites a la emisión de pesos

“Que camino se tome dependerá exclusivamente de la política y de qué ocurra con el gabinete. Si el presidente no relega poder, es muy probable que veamos un rápido acuerdo, anunciado antes de fin de año y cerrado hacia principios de 2022. Pero si el presidente queda diezmado, no contará con el consenso político para acordar, con las implicancias que tendrá el programa con el Fondo en términos de ajustes y reformas estructurales”, agregó Giorgio.

En tanto, Federico Moll, director de Ecolatina, consideró que “los números no son los que el oficialismo esperaba y eso genera incertidumbre respecto a la política económica de los próximos meses. Si la lectura es que el mal resultado es fruto de las políticas de austeridad fiscal que se llevaron adelante es razonable creer que se vaya a priorizar el frente político por sobre el económico y decidan implementar una política fiscal más expansiva”, explicó.

“El efecto que un mayor gasto puede tener sobre el mercado cambiario es claro: mayor brecha y mayores complicaciones para acceder al mercado formal. Van a ser meses en los que la tensión que hay entre mejorar la performance electoral y cuidar la poca estabilidad macroeconómica que queda va a ser más clara que nunca”, concluyó.“El voto castigo tiene un peso importante y creo que el Gobierno va a profundizar medidas en sectores informales de la Provincia de Buenos Aires con más gasto fiscal” (Delgado)

Para el economista Rodrigo Álvarez, “la victoria de la oposición puede generar un entusiasmo de corto plazo en los mercados financieros, en algunos activos y en alguna descompresión del tipo de cambio paralelo, pero de ninguna forma tiene que ser visto como algo definitivo. Faltan dos años y si no se encaran ciertas correcciones ese optimismo va a desaparecer muy rápido”, advirtió.

“El Gobierno más allá del resultado de las elecciones va a tener que hacer correcciones importantes de cara a al acuerdo con el FMI, que principalmente pasan por tres cuestiones: una es el ordenamiento de los precios relativos, en segundo lugar el proceso de consolidación fiscal y tercero la brecha del tipo de cambio”, enumeró.

El Gobierno podría acelerar un acuerdo con el FMI, según los analistas. REUTERS/Remo Casilli

“La economía argentina no puede crecer con una brecha cambiaria de 80 por ciento. Estas cuestiones después de diciembre van a tener que ser atacadas. El gobierno va a tener que analizar el rumbo. Todos descontamos el acuerdo con el Fondo pero no la profundidad de las correcciones y de eso va a depender el potencial de crecimiento de los próximos años”, completó.

Un informe reciente de la consultora LCG había asegurado que “un mal resultado del oficialismo en las PASO obligará a hacer un cambio de actitud. Ese cambio de actitud puede venir en distintas formas: reforma de gabinete, cambios en la política económica, llamado al diálogo o radicalización, etc. Estos cambios no están claros y deberán cristalizarse a partir de la próxima semana”.“El Gobierno no se va a quedar de brazos cruzados, van a tratar de mejorar el clima con la gente. No sé de qué forma se va a traducir, pero imagino medidas tendientes a aliviar el bosilllo, dudo que sean de carácter ortodoxo” (Bulat)

“No vemos que el Tesoro, bajo un escenario adverso, intente reanimar fuertemente la economía de cara a noviembre, podrá ofrecer más incentivos para impulsar el consumo, pero seguirá siendo algo ´controlado´. El plazo es muy corto y el riesgo de inestabilidad cambiaria supera al beneficio que pueda tener en la actividad. El dólar difícilmente retroceda con fuerza”, anticipó esa consultora.

Un reporte de Morgan Stanley antes de las elecciones había aseverado que una eventual derrota del oficialismo no desencadenaría políticas más heterodoxas aunque sí algunos cambios en el gabinete.

“No estamos de acuerdo con los que esperan que una eventual derrota de la coalición gobernante (si se produce) sea el desencadenante potencial de una profundización significativa de la combinación de políticas poco ortodoxas. Aunque los cambios de gabinete en ese escenario son muy probables, seguimos pensando que los desequilibrios macroeconómicos harían muy difícil un giro significativo hacia políticas menos ortodoxas”, agregó el informe.

El derrumbe del salario: cuántos productos esenciales podía comprar un empleado en las últimas cuatro elecciones


Un estudio privado comparó el ingreso promedio de un trabajador con el precio de productos y servicios básicos al momento previo a cada votación. Los más afectados y los que se tornaron más accesibles

Por Fernando Meaños

Cada dos años el ritual electoral vuelve a traer la pregunta: ¿se vota con las ideas o se vota con el bolsillo? Mientras lo debaten los encuestadores y los politólogos, es claro que los asalariados argentinos llegan a cada compromiso con las urnas en una situación peor al anterior, en algunos casos y mejor en otras, según su canasta de consumo.

Un análisis de la consultora Analytica comparó cómo llegó el votante a las elecciones PASO desde 2013 al presente y qué capacidad de compra para hacer algunos consumos elementales tuvo en cada ocasión.

Tomando como base un salario registrado promedio en CABA de una persona de 40 años, estimado en base a datos de la Encuesta Permanente de Hogares, ese votante podía comprar 521,3 kilos de pan antes de las PASO 2013; hoy, solo puede adquirir 372,3 kilos. O podía consumir 220 kilos de asado, tan presente en la anterior campaña electoral; y ahora se redujo a la mitad, 109,4 kilos.

Ese mismo salario alcanzaba en 2013 para 1.367 litros de leche o 394,7 paquetes de yerba mate, pero ahora alcanza para 894,5 litros o solo 174 paquetes, respectivamente. Para acceder a la posesión de un auto pequeño, necesitaba trabajar por ese ingreso poco más de 15 meses en 2013, mientras que ahora debe hacerlo durante casi 25 sueldos, o 23 si se agrega el efecto del aguinaldo.

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La inflación es el gran destructor de los ingresos de las familias. Pusimos ejemplos bien concretos de qué significa ese efecto en términos de poder de compra de alimentos, o del impacto que tiene sobre la pérdida del salario real sobre consumos elementales,” dijo a Infobae Ricardo Delgado, director de la consultora Analytica.

Según el economista, los últimos cuatro años fueron los de “mayor desplome del salario” dentro de los últimos diez en que ya venía cayendo. “Si bien en estos últimos meses hay una cierta recomposición del salario producto de mayores paritarias y más gasto social en los sectores vulnerables, cuando uno mira estos números se ve que nada de eso se ha podido corregir.”“En estos últimos meses hay una cierta recomposición del salario producto de mayores paritarias y más gasto social en los sectores vulnerables” (Delgado)

Con dos salarios del ejercicio de Analytica se podían comprar dos heladeras en 2017; en 2021, solamente 1,2. Un sueldo alcanzaba cuatro años atrás para adquirir 1.144,4 litros de nafta mientras que hoy con el mismo sueldo se compran solamente 766,7 litros.

Otro dato significativo es el vinculado al alquiler, tomando como base un departamento de 3 ambientes (70 m2) en el barrio de Caballito. En 2013 se llevaba un 43% de ese sueldo; ahora, llega al 81 por ciento.Según el estudio de Analytica, un salario que podía comprar 220 kilos de asado antes de las PASO 2013 hoy puede comprar solamente 109,4 kilosSegún el estudio de Analytica, un salario que podía comprar 220 kilos de asado antes de las PASO 2013 hoy puede comprar solamente 109,4 kilos

Delgado puntualizó que estos datos son “una demostración más de que hay que resolver el problema de la inflación” y en ese sentido minimizó el efecto de todos los planes destinados a contener la inflación de alimentos, tales como los controles de precios reiterados a lo largo de los últimos años.

Cuando uno mira esta caída de casi 40% en el poder de compra en los últimos cuatro años, medida en kilos de asado, es evidente que este tipo de políticas no resuelven el problema de la inflación en alimentos, la parte central de la canasta de consumo de los sectores populares, como el conurbano bonaerense. La caída es realmente estrepitosa, lo que demuestra que tomar medidas aisladas para controlar la inflación no conduce a nada, porque siempre termina ganándole al salario,” resaltó Delgado."Tomar medidas aisladas para controlar la inflación no conduce a nada, porque siempre termina ganándole al salario”, destacó a Infobae Ricardo Delgado (Gavotti)«Tomar medidas aisladas para controlar la inflación no conduce a nada, porque siempre termina ganándole al salario”, destacó a Infobae Ricardo Delgado (Gavotti)

A la par de la destrucción del poder adquisitivo del salario, cada temporada previa a las elecciones los distintos gobiernos buscan recetas para repararlo. Por algo se dice que en los años impares siempre hay menos disciplina fiscal para seducir a los votantes con políticas de gasto social. “El Gobierno intentó por varios medios generar un clima preelectoral de ‘veranito económico’ desde junio. A la luz de los datos concretos, pareciera que no ha sido muy exitoso en lograrlo y una vez más el electorado se encamina a enfrentar un proceso electoral con un deterioro en su nivel de vida”, apunto un informe de la consultora Invecq que dirige Esteban Domecq.“El Gobierno intentó por varios medios generar un clima preelectoral de ‘veranito económico’ desde junio. A la luz de los datos concretos, pareciera que no ha sido muy exitoso en lograrlo” (Invecq)

Según la consultora, tomando como referencia el salario promedio registrado del sector privado en los últimos dos años, hubo una caída del poder de compra del 5,5%. En los meses previos a las PASO de 2019 el salario bruto bajo análisis era de $92.790 a valores equivalentes con los de hoy, en la actualidad no llega $88.000, es decir que ha habido una caída en dinero constante de 5.000 pesos.

La baja en los ingresos que los votantes tendrán en estas elecciones, según Invecq, se da “luego de un período en el que ya se había dado un deterioro significativo. Y que, según la propia explicación del oficialismo, fue la causa principal de la derrota del gobierno de Cambiemos. Entre las PASO de 2017 y las de 2019 el empleo privado asalariado registrado había disminuido en unos 100.000 trabajadores como consecuencia de la crisis iniciada en abril de 2018. Simultáneamente el poder adquisitivo de los salarios había bajado 12%. Sobre llovido, mojado”.

En los últimos ocho años, el poder de compra de los porteños cayó hasta un 55%


Un informe del economista Ricardo Delgado analizó el poder de compra de un porteño de 40 años según el ingreso mensual promedio que tenía durante las elecciones PASO del 2013, y las próximas a celebrarse el 12 de septiembre

Por Daniel Blanco Gómez

Los porteños vieron caer entre 9% y 55% su poder de compra de artículos de la canasta básica de alimentos desde 2013 por la caída de ingresos y la suba de precios, de acuerdo un estudio de la consultora Analytica.

El informe realizado por el economista Ricardo Delgado analizó el poder de compra de un porteño de 40 años según el ingreso mensual promedio que tenía durante las elecciones Primarias, Abiertas, simultáneas y Obligatorias (PASO) del 2013, y las próximas a celebrarse el 12 de septiembre.

Según el estudio, un porteño compraba en el 2013 un total de 1.195 paquetes de fideos, mientras que en la actualidad solo puede adquirir 1.079, con una pérdida del 9,7% en el poder de compra.

Al analizar la compra de pan, un porteño podía adquirir en el 2013 casi 521 kilos, mientras que ahora solo llega a 372 kilos, con una pérdida del 28,6%.

La consultora releva que hace ocho años un porteño podía comprar con su sueldo 1.367 sachets de leche, mientras que hoy solamente puede acceder con su actual sueldo a 894 unidades, lo que implica una pérdida del 34,6 por ciento.

Con respecto al asado, indicó que con el salario podía adquirir ocho años atrás 220,1 kilos mientras que en la actualidad apenas puede comprar 104,4 kilos, un 50,29% menos.Los porteños hoy pueden comprar la mitad de kilos de asado que hace ocho años atrás EFE/Cézaro De Luca/Archivo

En el caso de la yerba, en el 2013 el habitante de CABA accedía a la compra de 394 paquetes mientras que ahora sólo llega a adquirir 174, con una pérdida del 55,8 por ciento.Al analizar la compra de pan, un porteño podía adquirir en el 2013 casi 521 kilos, mientras que ahora solo llega a 372 kilos, con una pérdida del 28,6 por ciento

En el 2013 un porteño necesitaba el sueldo de 7,2 años para la compra de un departamento, mientras que ahora para lograrlo necesita 21 años.

Para pagar las boletas de gas, el porteño empleaba en el 2015 1,2% de su sueldo, mientras que ahora debe emplear un 4,7% de su remuneración mensual para pagar ese servicio.

Según el estudio, hace ocho años un porteño debía destinar el 45% de su sueldo a un alquiler, mientras ahora le consume el 81% de su salario promedio mensual.En el 2013 un porteño necesitaba el sueldo de 7,2 años para la compra de un departamento, mientras que ahora para lograrlo necesita 21 años

El estudio realizó también una comparación del poder de compra que el porteño tenía en las PASO del 2019 y analiza que ahora debe emplear un 0,9% más de su ingreso para comprar la misma cantidad de fideos, 18,4% más para el pan, 13,6% más para la leche y 42,3% más para comprar la misma cantidad de yerba que hace dos años.

Cabe destacar que la última actualización de la Dirección de Estadísticas y Censos de la Ciudad Autonóma de Buenos Aires (CABA) sobre el ingreso necesario para que una familia tipo califique como “clase media-media”, $103.000 al mes y tener vivienda propia, debe haber impactado a muchos integrantes de la población que se autopercibe en esa condición.

Después de haberle quitado 13 ceros a la moneda en los últimos 52 años, la Argentina se encuentra otra vez en una situación en que su unidad monetaria equivale a poco más de medio centavo de dólar, su billete de mayor circulación (el de $100) vale poco más de 50 centavos y el de máxima denominación (el infante billete de $1.000, con menos de 4 años en la calle) permite comprar menos de 6 dólares al cambio libre. De resultas, un ingreso mensual de 6 dígitos ya no garantiza salir de la pobreza o pertenecer a la clase media.

De hecho, como recientemente precisó el “changómetro” de la Fundación para el Desarrollo Agropecuario de la Argentina, FADA), el billete de $1.000, que recién nacido bancaba un asado para 4 familias (ó 4 asados por hogar), ahora no alcanza para uno de una familia. Y mientras hace menos de 4 años llenaba un tanque de nafta, hoy adquiere solo 10 litros.

Economía 2022: los analistas prevén un año de bajo crecimiento y un acuerdo con el FMI sin demoras


La Argentina no tiene dólares y el escenario excepcional de 2021 no se repetirá el año próximo. Pese a los trascendidos de las últimas horas y los avances del equipo económico con el staff del organismo, el arreglo está lejos. Algunos ni siquiera lo avizoran para diciembre

Por Natalia Donato

Con la pandemia que aún no permite visualizar una salida clara más allá del avance en la vacunación, el Gobierno se encamina a cerrar un proyecto de Presupuesto 2022 prácticamente con las mismas incertidumbres que tuvo para definir el de este año. Pero lo que sí tienen claro los funcionarios es que difícilmente se repita el escenario extraordinario del año actual, con los altos precios de las commodities y la inyección de los Derechos Especiales de Giro (DEG) del Fondo Monetario Internacional (FMI), que acaban de ingresar a las arcas del fisco y que le servirán al equipo económico para cancelar los vencimientos con el organismo y dilatar el acuerdo hasta comienzos del año próximo.

Algunos miembros del Gobierno insisten en que el objetivo es acordar con el Fondo una vez pasadas las elecciones, pero fuentes cercanas a la negociación aseguran que si bien los técnicos han avanzado bastante en la trayectoria posible de los números, aún deben discutir con qué políticas se llega a esas metas, y ello quedará para después de los comicios. Por lo tanto, sería extraño que logren firmar el tan anhelado acuerdo en diciembre, como pretenden algunos funcionarios. Lo que está claro es que debería suceder antes de marzo, cuando vencen USD 4.000 millones con ese organismo y USD 2.200 millones con el Club de Paris.

¿Podría dilatar el Gobierno aún más este acuerdo? En principio, no. La Argentina no tiene dólares y el escenario excepcional de 2021 no se repetirá el año próximo, coinciden los analistas. Claro que siempre aparecen voces dentro del kirchnerismo duro que insisten con intentar un redireccionamiento de los DEGs de otros miembros del Fondo, que podrían prestarle al país con un interés mínimo. De hecho, existen negociaciones con México, Rusia y Portugal para lograr créditos bilaterales a ser repagados a 20 años.

Los altos precios de los commodities y la buena cosecha hicieron que el Gobierno tuviera este año USD 7.000 millones adicionales a lo previsto

Un reciente informe de la consultora Equilibra sostiene que “las chances de volver a posponer un acuerdo con el FMI lucen acotadas: los futuros de las commodities agrícolas muestran un descenso respecto de los valores actuales, no se espera una nueva inyección global de DEG por parte del FMI y el año que viene los servicios de deuda con el Fondo y el Club de Paris se triplican (US$ 21.200 millones)”. Si bien remarca que ese escenario no puede descartarse totalmente, sostiene también que para poder pagar los vencimientos, los precios agrícolas o la cosecha local tendrían que generar un incremento adicional de agro-divisas y el Ejecutivo debería conseguir fuentes de financiamiento alternativas, como China, Rusia o la reasignación de DEG.

De todos modos, ése no sería el mejor escenario para la economía argentina, ya que aún sin llegar a incumplir con el FMI, la cuenta capital se mantendría estresada sin un acuerdo con el organismo, aseguran en el sector privado. Para la consultora que dirige Martín Rapetti, “asumiendo un clima que no condicione la cosecha del próximo año, lo que finalmente suceda en el contexto internacional resultará clave para las perspectivas de la economía argentina en 2022. Tanto los precios internacionales de las commodities como el ritmo de expansión de la demanda externa de manufacturas y servicios son factores exógenos a las decisiones de las autoridades económicas; en cambio, el Ejecutivo puede operar sobre la confianza y las expectativas si concluye la reestructuración de la deuda pública”, precisó en el documento.

“Aunque tengas un contexto internacional favorable en 2022, el acuerdo con el FMI es inevitable. Además, necesitás dólares para importaciones también”, afirmó el economista de Empiria, Juan Ignacio Paolicchi. Según su visión, “sería extraño que otros países reasignen sus DEG a una tasa baja, cuando el mercado lo hace al 19%”, por lo que el escenario base que manejan en la consultora es de un acuerdo con el FMI para prorrogar los vencimientos.

Con respecto al precio de las commodities, que ya están más bajos que el pico al que llegaron, el analista afirmó que si bien es difícil proyectar qué ocurrirá con el ciclo, “seguramente será un escenario más complejo porque el dólar podría apreciarse a partir de decisiones que tome la FED y ello repercutirá en el valor de las commodities”.Foto REUTERS/Agustin Marcarian

Si la Reserva Federal de los Estados Unidos sube la tasa o directamente empieza a disminuir el ritmo de compra de los bonos del Tesoro para retirar liquidez y evitar presiones inflacionarias -lo que haría subir la tasa de bonos de largo plazo- el dólar subirá y, por ende, bajarán los precios de los productos que la Argentina exporta. Para Paolicchi, en 2022 habrá restricción externa, no habrá un sobrante de dólares como tuvo el país este año y tampoco le será fácil al Banco Central acumular reservas. Sus estimaciones de crecimiento rondan el 1,5%, una cifra similar a la que proyecta la mayoría de las consultoras.

En Analytica proyectan un aumento del PBI de entre 1 y 1,2% para el año próximo. Su titular, Ricardo Delgado, coincidió con sus colegas en que “no hay margen para no acordar con el FMI”, ya que el viento de cola con el que el país se benefició este año ya no estará el próximo. “Cuando analizás los ciclos de precios internacionales, difícilmente duran más de un año. Con lo cual, ya está. El problema es que no tenés dólares para que la producción local empiece a crecer y saltar de los niveles de rebote. Vamos a volver al 2019 en términos de nivel de PBI y a los problemas previos a la pandemia, que eran los de una economía ya complicada”, precisó Delgado.

Para Delgado, el acuerdo con el FMI es inevitable, pero tampoco resuelve nada estructural, como por ejemplo cómo generar condiciones para la inversión, cómo generar divisas. Y agregó que la clave de la discusión que se tiene que dar con el organismo es justamente esa: cómo generar condiciones para que ingresen divisas al país, porque en definitiva es saber cómo hará el país para poder pagarle la deuda.

Por su parte, Gabriel Caamaño, de EcoLedesma aportó que “la restricción externa es el actual esquema de política económica” y que el país se vuelve a enfrentar con los limitantes de este enfoque cuando tiene que pasar de la recuperación al crecimiento. “La clave para desatar ese nudo es aprovechar el acuerdo con el Fondo para iniciar un cambio de enfoque, que a la no tan larga te permita salir del cepo sin una crisis. Patear pagos descomprime, pero no soluciona el problema de fondo”, agregó el economista.