Caputo prepara su visita al FMI con la esperanza de conseguir dólares frescos

Uno de los temas que sobrevuela desde hace semanas en el Gobierno es la posibilidad de conseguir fondos frescos del FMI, lo que permitiría aliviar restricciones cambiarias 

 Juan Marcos Pollio

El ministro de Economía, Luis Caputo, viajará a Estados Unidos dentro de dos semanas para reunirse con funcionarios del FMI, a la búsqueda de cerrar un nuevo acuerdo con ingreso de divisas frescas. Desde hace varias semanas el Gobierno insiste en que podría salir del cepo más rápido si contara con un desembolso de USD15.000 millones. 

El titular del Palacio de Hacienda asistirá a Washington para participar en las Reuniones de Primavera del FMI y el Banco Mundial que se realizarán entre el 17 y el 19 de abril. Junto a él también estarán presentes el presidente del BCRA, Santiago Bausili, y el secretario de Finanzas, Pablo Quirno. Sin encuentros confirmados por el momento, fuentes del ministerio explicaron que la agenda de reuniones bilaterales se irá definiendo en las semanas previas al encuentro.

Uno de los temas que sobrevuela desde hace semanas en el Gobierno es la posibilidad de conseguir fondos frescos del FMI de la mano de un nuevo acuerdo, lo que permitiría fortalecer reservas y aliviar restricciones cambiarias. «Si me ponen USD15.000 millones, abro el cepo mañana», había dicho el presidente Javier Milei a mediado de marzo, estimación que luego retomó Caputo durante su participación en AmCham, aunque aclaró que lo harán «cuando estén las condiciones dadas». 

Según estimaciones de Equilibra, unos ingresos de USD15.000 millones podrían garantizarle al gobierno «que la potencial salida del cepo sea exitosa». Sin embargo, el director ejecutivo de Analytica, Claudio Caprarulo, planteó que es difícil poner un número preciso, ya desde el Gobierno no hay una definición clara respecto a qué se refieren con salir del cepo. «¿A qué tipo de apertura del mercado de cambio van a ir? Hay que recordar que todos los países suelen tener restricciones para tratar de evitar fuertes fluctuaciones en su mercado de cambios», opinó.

En este sentido, explicó que «uno de los grandes problemas que tuvo Argentina en el último tiempo, y que la llevó a distintas crisis de balanza de pagos, fue que no convergía la oferta de dólares con la demanda que había, mucho mayor que la oferta». Desde su perspectiva, Milei aún no corrigió ese problema, entre otras razones, porque «eso implicaría un cambio en su política económica». Y detalló: «Si uno no quiere que la gente no dolarice sus ahorros, tiene que garantizar que si pone sus pesos en un plazo fijo va a tener un rendimiento mayor, eso implicaría que el Gobierno tenga que modificar su política monetaria de tasa de interés real negativa». 

Por su parte, para el economista Fracisco Ritorto de la consultora ACM, «la salida del cepo es más probable a partir del segundo semestre, en donde habrá que ver cómo anda la macro para determinar si va a ser necesario un salto del tipo de cambio abrupto como fue el de diciembre».

Para Ritorto, el gobierno parece querer evitar una salida del cepo antes de ese momento, por un lado, porque, «pese a que el tipo de cambio oficial perdió un 35% de competitividad respecto a lo que fue el salto en diciembre, todavía se está por encima de los niveles de lo que se venía registrando en ese último trimestre». Por el otro, porque «en este segundo trimestre empiezan a entrar las divisas por parte del agro, lo que va a traer una calma cambiaria en el sentido de la brecha gracias al dólar blend».

Este miércoles los dólares financieros cerraron a la baja en la City. El dólar CCL cayó 1,5%, hasta los $1.069. Mientras, el dólar MEP perforo el piso de los $1.000 y finalizó la rueda a los $991,25, una caída diaria del 2,4% y con una brecha de solo 15% con el tipo de cambio mayorista. 

De todas maneras, Ritorto consideró que «una brecha baja no necesariamente va a implicar una salida del cepo más rápida. No es el mismo nivel de urgencia que se puede llegar a tener en caso de que justamente la brecha sea alta». Para Caprarulo, actualmente «la brecha es muy chica y si se hace una unificación, lo que se va a tener es un overshooting, esto quiere decir un salto del tipo de cambio alto, como pasó a la salida de la convertibilidad, que después pueda ir descendiendo».