La inflación ya alcanzó en siete meses la meta de 29% que el Gobierno se planteó para todo el año


Fuentes oficiales y privadas estiman que terminará el mes en torno del 3% y así alcanzó cerca del 29% incluido en el presupuesto 2021; en el último año, ya está en un 52%

Por Martín Kanenguiser

La inflación terminará en julio cerca del 3% y sumará un 29% desde enero, la meta que el gobierno se fijó para todo el año y que oficialmente nunca fue corregida.

Fuentes oficiales reconocieron a Infobae que las estimaciones previas al salto del dólar de los últimos días se ubicaban entre 2,5 y 3 por ciento, pero que es posible que, con la suba de la divisa, se ubique más cerca del 3 por ciento. En tanto, el promedio de las consultoras, que para fin de año prevén una suba de los precios del 48% anual, se ubica en torno del 3,2 por ciento para este mes.

El funcionario indicó que este mes se redujo la volatilidad en los precios pero en un nivel alto y admitió que en los próximos dos meses posiblemente el resultado de los últimos 12 meses se ubique cómodamente por encima del 50% y luego podría descender en el último trimestre por la base de comparación con 2020. Cabe recordar que la inflación de junio terminó en 3,2% y 50,2% en el último año.

Con esta constante suba de los precios -y una actividad económica que se recupera parcialmente tras el desplome del 2020- las autoridades admiten que posiblemente el dato de la pobreza del primer semestre muestre una suba importante respecto del 40,9% registrado en el mismo período del 2020, tal como lo estimaron ya varios expertos del sector privado.

Para Analytica de Ricardo Delgado terminó en 3,4% este mes y 52,3% en los últimos 12 meses; Seido de Luciano Cohan en 3,2% y 50%; C&T de Camilo Tiscornia y María Castiglioni 3,1% y 51%; LCG de Guido Lorenzo, entre 3,5 y 4 por ciento; FIEL de Daniel Artana, Econviews de Miguel Kiguel y Ecolatina –fundada por el ex ministro Roberto Lavagna- 2,7%; y Macroview del team Carlos Melconian-Rodolfo Santángelo y Eco Go de Marina Dal Poggetto en el 3 por ciento. Así, desde enero, según Analytica, llegó a 29,5% y según Eco Go a 28,7 por ciento.La proyección de inflación de julio
Fuente: Estudio ECO GOLa proyección de inflación de julio Fuente: Estudio ECO GO

Claudio Caprarulo, director ejecutivo de Analytica, dijo que “de agosto en adelante, pasada la estacionalidad de julio, todas las anclas que está usando el gobierno, principalmente tarifas y tipo de cambio, nos lleva a un promedio mensual del 2,5 por ciento”. De este modo, este año “va a cerrar en torno al 46% y para 2022 aún estamos trabajando en los escenarios; es esperable que el nivel de depreciación aumente después de noviembre; el gran interrogante es de qué forma. Y para eso el resultado de las elecciones y el estado de la negociación con el FMI va a ser clave”.

La reducción de la inflación, indicó el economista de la consultora de es la “gran deuda pendiente” del equipo económico. Esto pone de manifiesto que para bajar la inflación hace falta también trabajar sobre las expectativas. El equipo económico pisó el gasto, las tarifas y el tipo de cambio, puso controles de precios y aun así terminamos con inflación por arriba del 45%. El aumento en el precio de las commodities influyó negativamente, pero no explica todo. Si queremos bajar la inflación, sin una hoja de ruta no se puede”, explicó.

De inmediato, expresó: “Ojalá el cierre del acuerdo con el FMI traiga certidumbre sobre los compromisos de deuda futuros y les permita presentar un plan. Las declaraciones de Cristina Kirchner respecto al uso de los DEGs es una buena señal”, en el sentido de que el giro del organismo se utilizará para saldar parte del crédito otorgado en 2018 y 2019.

Por su parte, LCG precisó que “en la tercera semana de julio la suba de precios de los alimentos promedió 1,1%, acelerándose 0,58 puntos porcentuales respecto la semana anterior”.

“El índice de alimentos y bebidas presentó una inflación mensual de 3,2% promedio en las últimas 4 semanas y 3,8% medida punta a punta en las mismas semanas”, señaló la consultora.La inflación en alimentos de julio
Fuente: LCG
La inflación en alimentos de julio Fuente: LCG

“El mes va a terminar algo por arriba del 3,5% de suba general; junio fue el mejor mes y la inflación anual va a estar cerca del 50 por ciento”, dijo Guido Lorenzo a Infobae.

“Estimo que rondará entre 2,7 y 2,9 por ciento”, agregó el economista jefe de Econviews, Andrés Borenstein. “Pegó en el palo del 3 por ciento”, indicó Pablo Goldín de Macroview.

Federico Moll de Ecolatina dijo que “los relevamientos quincenales que hicimos nos llevaron a una estimación de 2.7% para el mes; hubo aumentos importantes en algunos servicios privados (educación, esparcimiento) y alimentos y bebidas creció en torno al promedio, lo cual no viene siendo muy común. Todavía es pronto para determinar el impacto del movimiento de las cotizaciones paralelas sobre el nivel de precios, pero para fin de mes, con el relevamiento completo, esperamos tener un mejor feedback respecto a este tema”.

En tanto, el director de Anker Latinoamérica, Federico Furiase, explicó que la inflación del mes “sigue en torno del 3%; julio es estacionalmente alto, hay aumentos en prepagas, comunicaciones y peajes”.

“No va a ser nada fácil desacelerar el ritmo de la inflación a pesar del ancla tarifaria y del dólar oficial, con los dólares financieros recuperando terreno y con una política fiscal, monetaria y de ingresos en modo expansivo por el año electoral, con menor oferta de dólares del campo y sin un ancla nominal creíble”, aclaró.

Sobre todo, “si frente a la escalada de los dólares financieros y la perdida de reservas por la intervención en bonos del Banco Central, vuelven a cerrar el gripo de las importaciones”.

De todas formas, prevé “una desaceleración transitoria y moderada de la inflación hacía un ritmo promedio de 2,8 en los meses anteriores a las elecciones de noviembre”, un deseo que seguramente comparte fervientemente todo el Gobierno.

Dólar en alza: quién gana y quién pierde con la suba del blue


En una semana el dólar blue trepó $14 pesos y cerró ayer en $182. La brecha cambiaria roza el máximo del año llegando al 90%

Por Camila Dolabjian

Desde julio el blue no para de crecer. Las presiones preelectorales y las restricciones sobre el dólar contado con liquidación (CCL) provocaron una semana seguida de crecida del dólar informal y una brecha cambiaria entre el mayorista y el blue cercana al 90%. El impacto en la economía real empieza a sentirse con las distorsiones, alarmas y oportunidades que genera en sectores clave.

Con 10 tipos de cambio convivientes en la economía argentina, algunos intervenidos y otros libres, los distintos rubros pierden un punto de referencia claro y las expectativas de devaluación, principalmente por la brecha entre el dólar oficial y el informal, crecen. Cada vez se vuelve más difícil entender a que tipo de cambio se regulan los diferentes sectores económicos.

Comercio internacional

Las importaciones y exportaciones son las primeras en prender las sirenas. Dos datos dan cuenta de la magnitud del impacto que los cambios de comportamiento en las compras al exterior tendrán sobre la economía real. Las importaciones crecieron 42% en los primeros cinco meses del año y seis de cada 10 insumos que se usan en la industria no tienen productores locales para reemplazar los extranjeros.

Los importadores buscarán acelerar compras e inversiones
Los importadores buscarán acelerar compras e inversionesAFP

Cuando el precio del blue se despega del oficial, los importadores buscan cubrirse y comprar. Los exportadores, por su parte, al ver un valor real de su mercadería disociado del que les pagan su producción, atrasan sus ventas al exterior. Un comportamiento conocido. En el mediano plazo, significa menos ingreso de divisas para el Estado.

Otro de los problemas es el del costo de reposición. Como los importadores no confían que a la larga el dólar oficial vaya a mantenerse estable o “pisado”, prevén precios más altos, cotizaciones más elevadas y toda la cadena de producción se termina afectando al alza.

Campo

Por cuestiones estacionales, el sector agropecuario tiende a liquidar menos exportaciones durante el segundo semestre. Sin embargo, con más brecha esa tendencia se profundizaría. “Mientras el precio de la soja cae, el incentivo a acopiar aparece nuevamente, a la par de adelantar el gasto en renovación de maquinaria y equipo”, comentó Claudio Caprarulo, economista principal de Analytica, a LA NACIÓN.

Industria automotriz

En la producción y venta de automóviles ocurren dos efectos en simultáneo. Por un lado, las expectativas de venta para este período crecen porque los consumidores ahorristas de dólares ven una oportunidad de hacer valer sus billetes.

Los compradores de autos tendrán una ventana de oportunidad ante la suba del blue, hasta que el aumento de la demanda y los problemas con autopartes importadas hagan subir los precios
Los compradores de autos tendrán una ventana de oportunidad ante la suba del blue, hasta que el aumento de la demanda y los problemas con autopartes importadas hagan subir los preciosLA NACION

El problema es que, por otro lado, la ventana de oportunidad durará poco. El mismo aumento de la demanda hará crecer los precios y la inversión será, progresivamente, menos tentadora. Además, las expectativas de devaluación generan un alza en el precio de las autopartes. “El dólar impacta en el precio del auto porque el auto es dólar. En la producción nacional, el 80% son insumos importados”,explicó Alberto Príncipe, presidente de la Cámara de Comercio Automotor.

Construcción

“Cuando hay un movimiento del blue al alza, se genera mucha más competitividad para los nuevos emprendimientos, para la construcción privada. En los últimos meses, el informal estable y el crecimiento del costo en pesos redujo los incentivos que ahora vuelven a tener competitividad”, dijo Iván Szcech, presidente de la Cámara de Construcción a LA NACIÓN.

Ante la imposibilidad de acceder fácil o baratamente al dólar, los ahorristas buscan resguardarse en el ladrillo o la pequeña inversión en obras privadas.
Ante la imposibilidad de acceder fácil o baratamente al dólar, los ahorristas buscan resguardarse en el ladrillo o la pequeña inversión en obras privadas.Ignacio Sanchez

El dólar blue caro alienta a los ahorristas a buscar otros refugios de valor. Es una práctica ya conocida el resguardo en ladrillo como activo dolarizado. Este comportamiento supone efectos “positivos” en el corto plazo para el sector, que ve un aumento en las compras de materiales y en las contrataciones para obras privadas, sean construcciones o remodelaciones.

Se espera que el precio de los materiales continúe creciendo, tras un alza en junio del 3,6% que empujó el costo de la construcción a un aumento del 2% respecto de mayo.

La brecha cambiaria no tiene consecuencias graves en la compra de insumos extranjeros en la construcción, porque la industria casi no consume materiales de afuera. Según fuentes del sector, representan una franja pequeña, cercana al 5% de una obra y algunos de los equipos que se usan, pero siempre se ajusta en función del dólar oficial.

El sector, sin embargo, entra en alerta porque la volatilidad del dólar ahuyenta inversiones para emprendimientos grandes como edificios.

Comercio minorista

“La mayor incertidumbre puede operar en los precios. El salto en la brecha del blue hoy no tiene impactos a nivel macro, pero a nivel micro seguramente existan remarcaciones, como suele suceder. Mientras el dólar financiero esté controlado, las firmas que abastecen el consumo masivo no deberían aumentar precios por temor a mayores costos de reposición. Por caso, la primera buena noticia en muchos meses sobre la inflación es que en junio los precios al productor aumentaron 1,7%”, sintetizó Caprarulo.

Tras 11 meses de rendimientos negativos: El Central resiste tocar las tasas de interés y se teme una mayor presión por el dólar

La tasa está fija en 38% y pierde contra la inflación, pero no esperan que Pesce la suba antes de las elecciones. Se teme que muchos de esos pesos puedan ir al dólar.

Ana Clara Pedotti

En una economía marcada por los efectos de la pandemia y las restricciones cambiarias, ahorrar en pesos parece una opción cada vez menos rentable. Con pocas chances de acceder al dólar, tanto en el mercado oficial como en los múltiples paralelos, al «ahorrista de a pie» los plazos fijos bancarios desde hace once meses no le dan un rendimiento positivo. Y pese a que la brecha cambiaria volvió a ensancharse en los últimos días, no parece que el Banco Central estuviera dispuesto a subir sus tasas de interés. 

El Gobierno buscó adelantarse  a un escenario de mayor escaces de dólares en el segundo semestre del año y avanzó en un endurecimiento mayor del cepo cambiario, que le permitió a su vez comprar unos US$ 530 millones en las últimas cinco ruedas. Sin embargo, estas medidas provocaron nerviosismo entre los ahorristas y el blue se recalentó hasta llegar a los $179 el viernes y la brecha con el oficial volvió al 85%.

Al mismo tiempo, la inflación de junio, si bien mostró una incipiente desaceleración – que parece el puntapié inicial de una tendencia esperada para la segunda mitad del año tanto por los analistas de la City como por el Gobierno- todavía permaneció por encima del 3%, lo que dio también la pauta que ese descenso será a un ritmo muy paulatino los próximos meses.

El organismo que preside Miguel Pesce parece haber relegado su facultad de utilizar a las tasas de referencia de la política monetaria como un fuste para intentar controlar a la inflación, una herramienta a la que sí apelaron los presidentes del Central en la era Cambiamos. Esta está fija en el 38% anual desde fines del año pasado.

«La tasa de interés real, aquella que impacta más directamente sobre las decisiones de consumo e inversión, pasó de más de 1% mensual en el segundo trimestre del 2020 a casi -1% mensual en el primero del 2021 y a la neutralidad en mayo y junio», destacaron economistas de Ecolatina. «En consecuencia, una tasa de política monetaria fija, en lugar de imprimirle certidumbre y previsibilidad a la política monetaria, la llenó de incertidumbre y erraticidad«, añadieron.

Pero hacia adelante, hay pocas expectativas de que en un momento preelectoral, el Central decida actualizar sus tasas. «No veo vocación ni espacio para que el Banco Central actualice sus tasas de interés. Con un escenario de menor inflación en el segundo semestre, y en una economía con un cepo cada vez más duro, hay una decisión política para que la tasa la defina el Tesoro en sus licitaciones. Tanto para ahorristas minoristas como empresas, no hay demasiadas opciones», dijo el economista de Analytica Ricardo Delgado.

Subir la tasa de referencia bancaria significaría un encarecimiento del crédito, algo que va en contra de la intención oficial de consolidar la recuperación de la actividad post pandemia. «Hoy no se está usando a la tasa de interés del BCRA como un mecanismo para contener las expectativas de inflación. La vara de la tasa la termina fijando el Tesoro, que busca canalizar pesos que hoy están en pasivos remunerados en los bancos para financiar el déficit», explicó Martín Vauthier, de Anker Latinoamérica.

Si la presiones cambiarias persisten y la brecha entre el oficial y el paralelo se expandiese, aún con las últimas medidas, aún más del 85%, al Central podría «no quedarle otra» que actualizar, aunque sea en un par de puntos sus tasas. Sin embargo, este no es un escenario probable para los analistas. «Podría ser una herramienta en caso de una mayor tensión cambiaría, pero el BCRA tiene margen de corto plazo para intervenir con mayores restricciones, recurriendo a reservas netas o interviniendo en futuros«, sumó Vauthier.

Al mismo tiempo, si el aumento del IPC lograse romper el piso de 3% mensual, la tasa de los depósitos bancarios podría recuperar un marginal rendimiento positivo en los próximos meses.

Inflación: las consultoras prevén una “desaceleración transitoria” hasta que lleguen las elecciones

El efecto será consecuencia de dos estrategias implementadas por el Gobierno: “anclar” el dólar y las tarifas. Estiman que podría dejar de ser efectivo más cerca de fin de año

Por Ximena Casas

Luego de conocerse la suba de 3,2% de la inflación de junio, las consultoras económicas ya prevén una “desaceleración transitoria” para la segunda mitad del año, aunque estiman que tendrá un piso alto de entre 2,7% y 2,8%. El efecto será consecuencia de dos estrategias implementadas por el Gobierno: el ancla cambiaria y tarifaria, pero estiman que podría dejar de ser efectivo más cerca de fin de año.

“Para el segundo semestre vemos una desaceleración transitoria en la inflación, pero con un piso todavía elevado en un contexto donde la inercia inflacionaria se mantiene alta y la demanda de pesos sigue siendo muy débil. Esta desaceleración la vemos con el ancla cambiaria, con el ritmo del crawling peg (devaluación progresiva y controlada) que se sigue desacelerando, que se mueve por abajo de la inflación y buena parte del resto de los precios de la economía”, señaló Martín Vauthier, economista de la consultora Anker Latinoamérica.“Con todo ese arsenal, ancla cambiaria, tarifaria, flexibilidad de importación y congelamiento de precios, el Gobierno va a intentar una desaceleración para que antes de las elecciones el salario le pueda ganar a la inflación” (Vauthier).

“El congelamiento de las tarifas sigue operando y a fines de mayo hubo una flexibilización en las importaciones, que da algo de aire al nivel de actividad. La contracara es una menor acumulación de reservas netas. Probablemente tampoco veamos ajustes en otros precios regulados, como el programa Precios Cuidados que ya ha tenido retoques. Con todo ese arsenal, ancla cambiaria, tarifaria, flexibilidad de importación y congelamiento de precios, el Gobierno va a intentar una desaceleración para que antes de las elecciones el salario le pueda ganar a la inflación”, agregó Vauthier.

En ese escenario, comienzan a aparecer los interrogantes sobre qué pasará con la dinámica de la inflación después de las elecciones. Desde la consultora ACM estiman para julio una inflación de 3% y una desaceleración que se mantendrá durante buena parte de la segunda mitad del año, por debajo del 3%. “De cara a fin de año vemos un quiebre en esta tendencia bajista producto del impacto rezagado que tiene la emisión monetaria que se está comenzando a dar y seguirá durante el segundo semestre para financiar al fisco. Del mismo modo, se deberá ajustar de alguna manera las distorsiones en precios relativos que causaría el congelamiento en ciertos precios regulados”, señaló el economista Juan Pablo Di Iorio.

Según detalló, este ajuste se dará no solo por el impacto que tiene sobre la asignación de recursos y sobre la rentabilidad de las empresas, sino también frente a un posible programa con el FMI que podría tener objetivos cuantitativos de tipo de cambio real y un ajuste en las tarifas. En la consultora Seido, en tanto, señalaron que la inflación de julio podría estar por debajo del 3,2% con algo de desaceleración en el segundo semestre pero con una tasa más cerca del 3% mensual que del 2%.

Los analistas de Equilibra estimaron una inflación mensual de 2,9% en julio, que finalmente perfore el piso del 3%. Y para el segundo semestre proyectan una inflación mensual promedio de 2,8%, con precios regulados congelados y el tipo de cambio oficial avanzando a un ritmo promedio mensual entre 1,2% y 1%. “El año cerraría con una inflación acumulada de 47,5%. De esta manera, tras un primer semestre de paridad entre precios y salarios formales, prevemos una mejora de 2 puntos porcentuales de poder adquisitivo de los trabajadores en la segunda mitad del año. A este resultado se llega por la combinación de mayores subas de salarios respecto a lo previsto a principios de año, gracias a reapertura de paritarias y sumas fijas decretadas en la previa a los comicios, y una menor inflación gracias al uso intensivo del ancla cambiaria y tarifaria”, indicó la economista Lorena Giorgio.El congelamiento de las tarifas también hace su aporte para desacelerar la tasa de inflación. Las de luz y gas, junto con las subas de combustible estarán congeladas en el segundo semestre del 2021 (Claudio Caprarulo)

Desde la consultora Analytica también coinciden en que la inflación rondará el 2,9%. Y hacia adelante proyectan una tasa de inflación mensual aún menor, en promedio de 2,6%. Según indicaron, el actual nivel del tipo de cambio real, aun competitivo, es una estrategia sostenible hasta fin de año, pero la pregunta es cómo lo va a resolver el Gobierno a partir de 2022.

El congelamiento de las tarifas también hace su aporte para desacelerar la tasa de inflación. Las de luz y gas, junto con las subas de combustible estarán congeladas en el segundo semestre del 2021, de acuerdo al Secretario de Energía. En cuanto a las tarifas de telefonía, internet y cable, el gobierno autorizó un aumento del 5% retroactivo a julio”, advirtió Claudio Caprarulo, economista de la consultora.

Para el especialista Guido Lorenzo, de la consultora LCG, la inflación del segundo semestre tendrá un piso de 3%, luego de observar que en junio fue superior al 3% aún cuando la actividad económica estuvo “anémica”, los salarios muy retrasados y un tipo de cambio que se movió muy por detrás de los precios. “Pensando en que salarios y actividad mejorarán y un sesgo expansivo de la política fiscal y monetaria podrían imprimir algo de presión. Con eso tendríamos una inflación superior al 50% en 2021″, estimó Lorenzo.

Por su parte, el analista Jorge Neyro consideró que la inflación puede desacelerarse en los meses que vienen pero consideró que es difícil que pueda caer por debajo del 2,7%. “En julio se dispuso un aumento de Internet y celulares del 5% y se está hablando de un aumento de prepagas, aparte que los alimentos siguen con una inercia importante y el aumento del dólar blue puede causar subas en bienes durables e insumos de construcción. Va a haber algo de desaceleración, pero va a ser menos marcada de lo que esperaba hace unas semanas”, opinó.