En los últimos ocho años, el poder de compra de los porteños cayó hasta un 55%


Un informe del economista Ricardo Delgado analizó el poder de compra de un porteño de 40 años según el ingreso mensual promedio que tenía durante las elecciones PASO del 2013, y las próximas a celebrarse el 12 de septiembre

Por Daniel Blanco Gómez

Los porteños vieron caer entre 9% y 55% su poder de compra de artículos de la canasta básica de alimentos desde 2013 por la caída de ingresos y la suba de precios, de acuerdo un estudio de la consultora Analytica.

El informe realizado por el economista Ricardo Delgado analizó el poder de compra de un porteño de 40 años según el ingreso mensual promedio que tenía durante las elecciones Primarias, Abiertas, simultáneas y Obligatorias (PASO) del 2013, y las próximas a celebrarse el 12 de septiembre.

Según el estudio, un porteño compraba en el 2013 un total de 1.195 paquetes de fideos, mientras que en la actualidad solo puede adquirir 1.079, con una pérdida del 9,7% en el poder de compra.

Al analizar la compra de pan, un porteño podía adquirir en el 2013 casi 521 kilos, mientras que ahora solo llega a 372 kilos, con una pérdida del 28,6%.

La consultora releva que hace ocho años un porteño podía comprar con su sueldo 1.367 sachets de leche, mientras que hoy solamente puede acceder con su actual sueldo a 894 unidades, lo que implica una pérdida del 34,6 por ciento.

Con respecto al asado, indicó que con el salario podía adquirir ocho años atrás 220,1 kilos mientras que en la actualidad apenas puede comprar 104,4 kilos, un 50,29% menos.Los porteños hoy pueden comprar la mitad de kilos de asado que hace ocho años atrás EFE/Cézaro De Luca/Archivo

En el caso de la yerba, en el 2013 el habitante de CABA accedía a la compra de 394 paquetes mientras que ahora sólo llega a adquirir 174, con una pérdida del 55,8 por ciento.Al analizar la compra de pan, un porteño podía adquirir en el 2013 casi 521 kilos, mientras que ahora solo llega a 372 kilos, con una pérdida del 28,6 por ciento

En el 2013 un porteño necesitaba el sueldo de 7,2 años para la compra de un departamento, mientras que ahora para lograrlo necesita 21 años.

Para pagar las boletas de gas, el porteño empleaba en el 2015 1,2% de su sueldo, mientras que ahora debe emplear un 4,7% de su remuneración mensual para pagar ese servicio.

Según el estudio, hace ocho años un porteño debía destinar el 45% de su sueldo a un alquiler, mientras ahora le consume el 81% de su salario promedio mensual.En el 2013 un porteño necesitaba el sueldo de 7,2 años para la compra de un departamento, mientras que ahora para lograrlo necesita 21 años

El estudio realizó también una comparación del poder de compra que el porteño tenía en las PASO del 2019 y analiza que ahora debe emplear un 0,9% más de su ingreso para comprar la misma cantidad de fideos, 18,4% más para el pan, 13,6% más para la leche y 42,3% más para comprar la misma cantidad de yerba que hace dos años.

Cabe destacar que la última actualización de la Dirección de Estadísticas y Censos de la Ciudad Autonóma de Buenos Aires (CABA) sobre el ingreso necesario para que una familia tipo califique como “clase media-media”, $103.000 al mes y tener vivienda propia, debe haber impactado a muchos integrantes de la población que se autopercibe en esa condición.

Después de haberle quitado 13 ceros a la moneda en los últimos 52 años, la Argentina se encuentra otra vez en una situación en que su unidad monetaria equivale a poco más de medio centavo de dólar, su billete de mayor circulación (el de $100) vale poco más de 50 centavos y el de máxima denominación (el infante billete de $1.000, con menos de 4 años en la calle) permite comprar menos de 6 dólares al cambio libre. De resultas, un ingreso mensual de 6 dígitos ya no garantiza salir de la pobreza o pertenecer a la clase media.

De hecho, como recientemente precisó el “changómetro” de la Fundación para el Desarrollo Agropecuario de la Argentina, FADA), el billete de $1.000, que recién nacido bancaba un asado para 4 familias (ó 4 asados por hogar), ahora no alcanza para uno de una familia. Y mientras hace menos de 4 años llenaba un tanque de nafta, hoy adquiere solo 10 litros.

Economía 2022: los analistas prevén un año de bajo crecimiento y un acuerdo con el FMI sin demoras


La Argentina no tiene dólares y el escenario excepcional de 2021 no se repetirá el año próximo. Pese a los trascendidos de las últimas horas y los avances del equipo económico con el staff del organismo, el arreglo está lejos. Algunos ni siquiera lo avizoran para diciembre

Por Natalia Donato

Con la pandemia que aún no permite visualizar una salida clara más allá del avance en la vacunación, el Gobierno se encamina a cerrar un proyecto de Presupuesto 2022 prácticamente con las mismas incertidumbres que tuvo para definir el de este año. Pero lo que sí tienen claro los funcionarios es que difícilmente se repita el escenario extraordinario del año actual, con los altos precios de las commodities y la inyección de los Derechos Especiales de Giro (DEG) del Fondo Monetario Internacional (FMI), que acaban de ingresar a las arcas del fisco y que le servirán al equipo económico para cancelar los vencimientos con el organismo y dilatar el acuerdo hasta comienzos del año próximo.

Algunos miembros del Gobierno insisten en que el objetivo es acordar con el Fondo una vez pasadas las elecciones, pero fuentes cercanas a la negociación aseguran que si bien los técnicos han avanzado bastante en la trayectoria posible de los números, aún deben discutir con qué políticas se llega a esas metas, y ello quedará para después de los comicios. Por lo tanto, sería extraño que logren firmar el tan anhelado acuerdo en diciembre, como pretenden algunos funcionarios. Lo que está claro es que debería suceder antes de marzo, cuando vencen USD 4.000 millones con ese organismo y USD 2.200 millones con el Club de Paris.

¿Podría dilatar el Gobierno aún más este acuerdo? En principio, no. La Argentina no tiene dólares y el escenario excepcional de 2021 no se repetirá el año próximo, coinciden los analistas. Claro que siempre aparecen voces dentro del kirchnerismo duro que insisten con intentar un redireccionamiento de los DEGs de otros miembros del Fondo, que podrían prestarle al país con un interés mínimo. De hecho, existen negociaciones con México, Rusia y Portugal para lograr créditos bilaterales a ser repagados a 20 años.

Los altos precios de los commodities y la buena cosecha hicieron que el Gobierno tuviera este año USD 7.000 millones adicionales a lo previsto

Un reciente informe de la consultora Equilibra sostiene que “las chances de volver a posponer un acuerdo con el FMI lucen acotadas: los futuros de las commodities agrícolas muestran un descenso respecto de los valores actuales, no se espera una nueva inyección global de DEG por parte del FMI y el año que viene los servicios de deuda con el Fondo y el Club de Paris se triplican (US$ 21.200 millones)”. Si bien remarca que ese escenario no puede descartarse totalmente, sostiene también que para poder pagar los vencimientos, los precios agrícolas o la cosecha local tendrían que generar un incremento adicional de agro-divisas y el Ejecutivo debería conseguir fuentes de financiamiento alternativas, como China, Rusia o la reasignación de DEG.

De todos modos, ése no sería el mejor escenario para la economía argentina, ya que aún sin llegar a incumplir con el FMI, la cuenta capital se mantendría estresada sin un acuerdo con el organismo, aseguran en el sector privado. Para la consultora que dirige Martín Rapetti, “asumiendo un clima que no condicione la cosecha del próximo año, lo que finalmente suceda en el contexto internacional resultará clave para las perspectivas de la economía argentina en 2022. Tanto los precios internacionales de las commodities como el ritmo de expansión de la demanda externa de manufacturas y servicios son factores exógenos a las decisiones de las autoridades económicas; en cambio, el Ejecutivo puede operar sobre la confianza y las expectativas si concluye la reestructuración de la deuda pública”, precisó en el documento.

“Aunque tengas un contexto internacional favorable en 2022, el acuerdo con el FMI es inevitable. Además, necesitás dólares para importaciones también”, afirmó el economista de Empiria, Juan Ignacio Paolicchi. Según su visión, “sería extraño que otros países reasignen sus DEG a una tasa baja, cuando el mercado lo hace al 19%”, por lo que el escenario base que manejan en la consultora es de un acuerdo con el FMI para prorrogar los vencimientos.

Con respecto al precio de las commodities, que ya están más bajos que el pico al que llegaron, el analista afirmó que si bien es difícil proyectar qué ocurrirá con el ciclo, “seguramente será un escenario más complejo porque el dólar podría apreciarse a partir de decisiones que tome la FED y ello repercutirá en el valor de las commodities”.Foto REUTERS/Agustin Marcarian

Si la Reserva Federal de los Estados Unidos sube la tasa o directamente empieza a disminuir el ritmo de compra de los bonos del Tesoro para retirar liquidez y evitar presiones inflacionarias -lo que haría subir la tasa de bonos de largo plazo- el dólar subirá y, por ende, bajarán los precios de los productos que la Argentina exporta. Para Paolicchi, en 2022 habrá restricción externa, no habrá un sobrante de dólares como tuvo el país este año y tampoco le será fácil al Banco Central acumular reservas. Sus estimaciones de crecimiento rondan el 1,5%, una cifra similar a la que proyecta la mayoría de las consultoras.

En Analytica proyectan un aumento del PBI de entre 1 y 1,2% para el año próximo. Su titular, Ricardo Delgado, coincidió con sus colegas en que “no hay margen para no acordar con el FMI”, ya que el viento de cola con el que el país se benefició este año ya no estará el próximo. “Cuando analizás los ciclos de precios internacionales, difícilmente duran más de un año. Con lo cual, ya está. El problema es que no tenés dólares para que la producción local empiece a crecer y saltar de los niveles de rebote. Vamos a volver al 2019 en términos de nivel de PBI y a los problemas previos a la pandemia, que eran los de una economía ya complicada”, precisó Delgado.

Para Delgado, el acuerdo con el FMI es inevitable, pero tampoco resuelve nada estructural, como por ejemplo cómo generar condiciones para la inversión, cómo generar divisas. Y agregó que la clave de la discusión que se tiene que dar con el organismo es justamente esa: cómo generar condiciones para que ingresen divisas al país, porque en definitiva es saber cómo hará el país para poder pagarle la deuda.

Por su parte, Gabriel Caamaño, de EcoLedesma aportó que “la restricción externa es el actual esquema de política económica” y que el país se vuelve a enfrentar con los limitantes de este enfoque cuando tiene que pasar de la recuperación al crecimiento. “La clave para desatar ese nudo es aprovechar el acuerdo con el Fondo para iniciar un cambio de enfoque, que a la no tan larga te permita salir del cepo sin una crisis. Patear pagos descomprime, pero no soluciona el problema de fondo”, agregó el economista.

En julio, una familia necesitó $67.577 para no ser pobre


La canasta básica aumentó 58,3% en la comparación interanual, por encima de la inflación de ese período (51,8%); con respecto a junio, avanzó 2,1%, el menor aumento registrado en 12 meses y por abajo del alza del precios de 3% del mes

Por Camila Dolabjian

Los aumentos en la canasta básica alimentaria (CBA) y la canasta básica total (CBT) estuvieron por debajo de la inflación en el mes de julio y marcaron un mínimo anual. El índice de precios al consumidor (IPC), medido por el Indec, creció 3% en julio mientras que el umbral para medir la pobreza (CBT) aumentó 1,6% y la indigencia (CBA) 2,1%. En ambos casos, es el menor aumento en 12 meses.

Sin embargo, la variación interanual de la canasta básica alimentaria sigue por encima de la inflación. Mientras que la primera registró un acumulado de 58,3%, el índice de precios en ese período ascendió a 51,8%.

Una familia tipo de cuatro integrantes necesitó $29.003 para no caer en la indigencia. Para acceder a todos los productos y servicios necesarios para estar por encima de la línea de pobreza requirió $67.577.

El aumento en la canasta básica alimentaria fue superior al de la canasta básica total debido a que el IPC de julio registró un incremento de los precios de alimentos y bebidas por sobre el nivel de inflación general. La CBT mide, además de estos productos, servicios como educación y transporte que crecieron menos en el mes de julio (2,5% y 2,3%, respectivamente).

El salario mínimo vital y móvil en julio fue de $27.216. “Garantiza cubrir la canasta básica total. Sin embargo, lo más preocupante es el sector no formal de la economía, que tuvo una caída del salario del 9% en lo que va del año. En consecuencia, la desaceleración en el aumento del precio de la canasta básica tiene que sostenerse en el tiempo para que su situación comience a revertirse”, explicó Claudio Caprarulo, director de Analytica.

Industria: el Gobierno espera números positivos para la producción pero admite una recuperación lenta del empleo


De los 160.000 puestos de trabajo del sector perdidos en los últimos años se restablecieron unos 25.000, estiman en el Poder Ejecutivo

Por Mariano Boettner

El Gobierno espera que la industria termine este año con un nivel de producción más alto que el que tenía antes de la crisis sanitaria de la pandemia peroadmite que la recuperación del empleo fabril, considerado uno de los más valorados por su nivel de capacitación y de salario, será mucho más lenta que el rebote de la actividad del sector.

Las estimaciones que circulan en los despachos oficiales muestran que el indicador de actividad económica mensual que dará a conocer el Indec el jueves marcará que en junio hubo un avance -en relación a mayo- de entre 7 y 8%, lo que implicaría de esa forma una interrupción de la última tendencia de retroceso en los últimos dos meses que venía mostrando el EMAE.

En el Ministerio de Desarrollo Productivo aseguran que la industria manufacturera “es uno de los motores” que terminará explicando la tasa de recuperación que tendrá la economía argentina cuando termine el año, que sería de un 8%, según proyectó el titular de esa cartera, Matías Kulfas. En ese sentido, remarcan que hace un año calendario que el sector registra creación de empleo.El Gobierno admite que la recuperación del empleo fabril será más lenta que el rebote de la actividad del sector

De todas formas, según aseguró a Infobae un funcionario del área, el rebote en el mercado laboral del sector “es más lento” que el ritmo en que se recupera la producción. “Cuesta mucho más recuperar los puestos de trabajo que la producción”, mencionó. Como ejemplo, apuntó que durante el último año y medio de mandato de Mauricio Macri se perdieron unos 160.000 puestos de trabajo industriales y que hasta el momento desde el cambio de administración se recuperaron solo 25.000.

Y eso se da en un contexto en el que, incluso, algunos de los rubros que integran la industria manufacturera ya trabajan con una producción mayor a la que tenían en 2018. Entre los sectores más favorecidos, en el Poder Ejecutivo identifican a la industria automotriz como una de ellas y estiman que terminará el año con 500.000 unidades fabricadas, cuando hace dos años era de 300.000. También anotan a la maquinaria agrícola y la industria naval.Según estimaciones oficiales, el EMAE de junio podría tener una mejora de entre 7 y 8 por ciento EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo
Según estimaciones oficiales, el EMAE de junio podría tener una mejora de entre 7 y 8 por ciento EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo

Como contracara, hay otras actividades que tienen dificultades mayores para recuperarse. Una de ellas es la de indumentaria y calzado. Según el diagnóstico oficial, estas dos ramas fabriles recién a mediados de 2020 pudieron retomar la fabricación nacional después de un período de importaciones que habilitó el gobierno de Macri. Y como la cuarentena cerró los locales de venta, todo ese stock acumulado comprado al exterior pasó para la temporada actual, argumentan.

En un informe publicado este martes, el Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI) estimó que “de acuerdo al consumo de energía en las principales plantas industriales, la actividad manufacturera operó 3,9% por encima de julio de 2019 y 5,2% por encima del promedio de 2019″, en un indicador “adelantado” en relación con el que publica habitualmente el organismo estadístico.Mientras algunas ramas industriales como maquinaria agrícola o automóviles son las que muestran mejores números, otras como indumentaria y calzado son las más atrasadas

De todas formas, esa misma estimación registró una caída de 3,9% en julio en comparación con el mes anterior. “En parte se debe a que el dato de junio había sido extraordinariamente elevado -posiblemente por cierta recomposición de stocks tras el parate de fin de mayo- y también a lo ocurrido en la industria automotriz, que produjo 8.100 vehículos menos que en junio por paradas por vacaciones de invierno en las cuatro principales terminales y, también, por faltante de insumos (semiconductores) a nivel global”, explicaron.

Hay otra razón que, cuentan, influyó en los números positivos de la industria es la situación sanitaria menos dura que hace algunos meses durante el impacto de la segunda ola de contagios que condujo al Gobierno a endurecer algunas restricciones.

“La mejora de la situación sanitaria permitió no solo que se redujeran los contagios en los trabajadores, sino también normalizar gradualmente el suministro de insumos críticos en ciertas ramas, como por ejemplo oxígeno”, explicó el CEP XXI.

Por otro lado, el dato que ya publicó el Indec de la producción de junio “no solo destacó por su crecimiento respecto a 2019, sino también respecto a 2018. En efecto, la actividad industrial desestacionalizada alcanzó el mayor nivel desde mayo de 2018. Lo mismo ocurrió con la utilización de la capacidad instalada industrial”, concluyó el informe oficial.El equipo económico estima que el EMAE de junio mostrará una recuperación de entre 7 y 8 por ciento en relación con mayo y cortará una tendencia de dos meses seguidos de retroceso

La recuperación paulatina de la actividad industrial implicó, tal como se preveía, una mayor demanda de dólares del sector para financiar importaciones y así ampliar su producción. De acuerdo a los datos que manejan en los despachos oficiales, entre bienes de capital, bienes intermedios y partes y piezas las fábricas importaron poco más de USD 21.000 millones durante la primera mitad del año.

Actualmente el ritmo mensual de importaciones se mantiene en torno de los USD 5.900 y USD 6.000 millones, y entre los funcionarios del sector creen que en esta segunda mitad del 2021 no necesitarán cerrar la canilla de dólares para la industria en un contexto de menores ingresos de divisas de la liquidación de las exportaciones. “Desde que comienza el año planeamos la administración de comercio exterior para las épocas de menores ingresos”, comentó un funcionario.En el primer semestre del año la industria consumió poco más de USD 21.000 millones para importar insumos y bienes de capital EFE/Kai Försterling/Archivo
En el primer semestre del año la industria consumió poco más de USD 21.000 millones para importar insumos y bienes de capital EFE/Kai Försterling/Archivo

Además, admiten que la brecha cambiaria y el cepo provocan un comportamiento de “anticipo” de importaciones, ante una eventual devaluación que haga más caras las compras al exterior en el futuro. “Las condiciones macro hacen que haya incentivos a resguardarse en divisa, nosotros tenemos que administrar esos dólares”, apuntan.

A propósito, recientemente un informe de la consultora Analytica aseguró que “la industria, que acumula un crecimiento de 1,5% en el año, requiere de un flujo de importaciones de no menos de USD 40.000 millones anuales para operar en condiciones normales”.En el Gobierno admiten que la brecha cambiaria y el cepo provocan un comportamiento de “anticipo” de importaciones, ante una eventual devaluación que haga más caras las compras al exterior en el futuro

“Sin cambios de fondo en la política económica, esta flexibilización de los dólares escasos para algunos usos se tendrá que compensar con mayores restricciones para otros”, advirtió Analytica.

Por esta razón, “el salto importador que se da desde setiembre de 2020 parece tener los días contados. Desde entonces, las importaciones rondan un promedio mensual de USD 4.300 millones, una dinámica que no condice con la modesta recuperación de la actividad económica”.

“Entre septiembre y mayo, las importaciones crecieron tres veces por encima del aumento del PBI. La respuesta a esta especie de anomalía la tiene la brecha cambiaria, que promedió 80% en el período”, explicó la consultora.