Acuerdo con el FMI: ¿el Gobierno podrá cumplir con las metas este año?


De acuerdo con un informe de la consultora económica Analytica, la Argentina cumplió todas las metas pactadas en el primer trimestre; sin embargo, en lo que resta del año, puede cambiar la tendencia

Por Melisa Reinhold

Luego de la incertidumbre, los roces y las tensiones políticas que generaron las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), finalmente el Gobierno logró cerrar un acuerdo con el organismo multilateral. Ahora, la mirada está puesta en los cumplimientos de las metas pactadas, con una primera adelantada revisión en el próximo mayo.

El programa que se acordó tiene cuatro criterios: la acumulación de reservas internacionales netas (es decir, que el Banco Central logre sumar dólares a sus arcas), reducción del déficit primario, el congelamiento de la deuda pública flotante y la caída del financiamiento del Banco Central al Tesoro (emisión). En todos los casos tienen una progresión trimestral, los cuales están atados a los desembolsos que realizará el Fondo Monetario Internacional.

De acuerdo con un informe de la consultora Analytica, en el primer trimestre del año el país logró cumplir con cada una de las metas acordadas. El déficit fiscal de enero y febrero dejó un margen de más de $129.000 millones para marzo; hasta febrero la deuda flotante acumulada fue de $7500 millones (versus $353.900 millones de meta); la emisión monetaria fue de $122.000 millones (con un tope puesto de $236.800 millones en los primeros tres meses del año) y, gracias al desembolso del FMI por US$9800 millones, en marzo hubo un ingreso neto de dólares por US$5.700 millones (frente a US$1.200 millones de objetivos).

Sin embargo, el resto del año no será igual. El mayor desafío que tendrá que enfrentar el Gobierno será en materia fiscal, donde el contexto internacional y la guerra entre Rusia-Ucrania será clave para analizar el devenir de las cuentas públicas. Ya lo dijo la directora del FMI, Kristalina Georgieva: “Los riesgos para el programa son excepcionalmente altos y los efectos secundarios de la guerra en Ucrania ya se están materializando”.

Sucede que el conflicto repercute en la Argentina en dos frentes diferentes. Según Analytica, el alza de los precios internacionales puede aportar 0,3% puntos del PIB por encima del año pasado en conceptos de derechos de exportación. Por el otro lado, el aumento en el costo de la energía dificulta el objetivo acordado con el organismo internacional de crédito de reducir en 0,6 puntos del PBI el gasto público en subsidios energéticos.

“El directorio del Fondo firmó el acuerdo, pero advirtió que el conflicto bélico podría traer consecuencias y hacer que se tenga que rediscutir las metas de lo pactado. Por ejemplo, en la reducción que puede lograr la Argentina en subsidios energéticos. Si el país cumple los objetivos, teniendo en cuenta la escalada de los precios internacionales, el salto tarifario sería enorme”, explicó Claudio Caprarulo, director de Analytica.

El aumento de la energía presiona el déficit fiscal

Para la consultora económica, en términos fiscales, el shock en el precio de las commodities devenido de la guerra deja, si el Gobierno no modifica su postura, un saldo negativo. Eso dificulta el objetivo anual de déficit fiscal. Por el contrario, ese mismo factor permite mejorar el balance comercial, lo que sumado a los ingresos netos para todo el año asociados al acuerdo (US$5.300 millones) y a los ingresos de capital por parte de otros organismos (US$2.500 millones), vuelven posible el objetivo de acumulación de reservas netas en 2022.

“Por otra parte, la cuenta financiera mejora. Esto es así por el efecto combinado de los créditos netos del BID, Banco Mundial, CAF, y del FMI mencionados previamente. Como resultado, las reservas internacionales se incrementarían aproximadamente en US$7.544 millones. Este resultado contempla que el Gobierno pueda profundizar el cepo principalmente pisando importaciones si la acumulación de reservas no va en línea con el objetivo acordado en el programa con el FMI”, afirmaron.

Finalmente, en cuanto a la meta monetaria, desde Analytica señalan que del déficit fiscal surge un “dato preocupante”: las necesidades de financiamiento difícilmente bajen respecto a 2021. Por ende, la reducción acordada para el déficit primario del sector público podría no cumplirse por 0,3 puntos del producto.

“La intención del Gobierno sería conseguir el financiamiento adicional por mercado, lo que descansa en un supuesto clave: los bancos deberían triplicar su participación en las licitaciones primarias del tesoro. Y, de no cumplirse la meta fiscal, casi quintuplicarla. Si el equipo económico no logra ese objetivo, la brecha cambiaria puede volver a subir. Algo similar a lo que ocurrió en 2020″, agregaron. Si los bancos no se comportan como espera el Gobierno, la brecha sería de 1,5 puntos del producto.

Por lo pronto, el déficit fiscal queda bajo la mira. La aceleración en los precios de los alimentos está presionando al Ejecutivo a aumentar el gasto social y en subsidios energéticos. Sobre todo, teniendo en cuenta que la inflación de marzo fue del 6,7%, lo que incentivó al gobierno de Alberto Fernández a adelantar las paritarias.

“Toda política que busque recomponer salarios y garantizar el acceso a la canasta básica alimentaria es fundamental. Pero debe ser consistente y sostenible en el tiempo, caso contrario en unos meses el problema será aún mayor”, cerró el informe.