Las cuentas fiscales. Para los economistas, el déficit cero no está asegurado.

17/01/19 Nota de prensa para Clarín.

Sería porque la recaudación crecería menos a lo esperado. La meta fiscal con el FMI prevé un relajamiento.
Un cálculo de la consultora Analytica señala que de no mediar medidas que apuntalen las cuentas del Tesoro en el año, el déficit primario será de $210.000 millones, equivalentes a 1,1% del producto bruto. En ese caso, el país no cumpliría la meta acordada con el FMI de equilibrio primario. El mismo relevamiento de expectativas del mercado, que publica el Banco Central, publica que el rojo primario esperado por los analistas es $ 40.000 millones.

Los pronósticos para la economía argentina en 2019.

28/12/18 Nota de prensa por Fernando Laborda, para La Nación.

La peor noticia con la que terminamos 2018 en materia económica y política para la Argentina, es que el riego país, un indicador que durante la mayor parte de 2017 sólo era seguido por especialistas, ha vuelto a las primeras planas y a ser objeto de comentarios por parte de no pocos ciudadanos comunes.

Los 829 puntos que marcó ayer el riesgo país al cierre de las operaciones con títulos públicos constituyeron un triste récord para la gestión presidencial de Mauricio Macri. Este indicador mide la sobretasa de interés que debe pagar un país por sobre la tasa de interés que pagan los bonos del Tesoro de Estados Unidos, que hoy se acerca al 3% anual y sirve para estimar en cierto modo las probabilidades de que un Estado no cumpla con los compromisos de deuda.

Desde el Gobierno se viene insistiendo en que la suba del riesgo país, que se desprende de ventas de bono del gobierno argentino en poder del público y del fondo de inversión, debe atribuirse fundamentalmente a la incertidumbre política de cara al próximo año electoral. “La principal noticia que escuchamos de boca de potenciales inversores es si Cristina Kirchner puede volver al poder en 2019”, señalan funcionarios de la Casa Rosada.

Tal explicación política no deja de tener sentido. No pocos empresarios exhiben pánico ante la posibilidad de un retorno del Kirchnerismo. El hecho de que la tasa interna de retorno de un bono argentino con vencimiento en 2019 sea del 3% en dólares mientras que la de un bono que vence en 2020 suba al 12,5% da cuenta, efectivamente, de un temor a que la capacidad de pago de deuda del país se resienta luego de la asunción del nuevo gobierno, en diciembre de 2019 y no antes.

Sin embargo, distintos economistas señalan también, a la hora de explicar la suba del riesgo país otros factores que potencian la incertidumbre. Uno de ellos es la posibilidad de que la recuperación económica sea más lenta de lo esperado, lo cual podría impactar en las perspectivas electorales, al igual que el freno a las obras públicas, a partir de los programas de participación Público-Privada (PPP) ante la falta de financiamiento. Otro factor guarda relación con la venta de títulos públicos, durante las últimas semanas en vísperas de la reglamentación del impuesto a la renta financiera, que acaba de conocerse. Y en un último aspecto, se refiere a un contexto internacional complicado, en función de expectativas de desaceleración del crecimiento de la economía mundial, en medio dela suba de tasas de interés internacionales, y de la guerra comercial entre China y Estados Unidos.
Todos estos temores provocan un miedo mayor: que hacia el 2020 cuando Argentina deba volver a colocar deuda en el mercado internacional tras el acuerdo con el FMI, el país no esté en condiciones de hacerlo si las tasas se ubican en niveles similares a los actuales.

De ahí que resulten ilustrativos los pronósticos sobre el comportamiento de las principales variables macroeconómicas en la Argentina que han lanzado distintas consultoras y organismos internacionales para el 2019:

• Respecto de la variación del PBI para el año próximo, la consultora dirigida por Orlando Ferreres resultó la más optimista, al vaticinar un aumento del 1,7% cuando el próximo presupuesto nacional estima una baja del 0,5%. En el exterior, se pronostica una caída: la calificadora del riesgo Moody´s predice una reducción del 1,5%en tanto que el FMI prevé una baja del 1,7%. Tanto Miguel Bein como la consultora Analytica, que dirige Rodrigo Alvarez, estiman bajas del 1,9% y del 2,5% respectivamente.
• En cuanto a la inflación anual, proyectada para el 2019, Moody´s vaticana un aumento del 32,8%; J.P. Morgan un alza del 25,9%, y FIEL del 25,5%, mientras que el gobierno de Macri espera que no supere el 23%. Este 2018 concluirá con un incremento del orden del 48 por ciento.
• Con relación a la variación del tipo de cambio, la mayoría de los especialistas considera que la cotización del dólar acompañaría el ritmo de aumento de la inflación. La consultora Quantum Finanzas , que dirige Daniel Marx, estima para diciembre de 2019, un dólar a 54,80 pesos; la consultora Ecolatina, que fue fundada por Roberto Lavagna y actualmente dirige Lorenzo Sigaut Gravina, pronostica un valor de 51,50 pesos por dólar, Fundación Capital, de Martín Redrado, habla de un dólar a 51,20 pesos y Analytica, de un dólar a 42,86 pesos

Entre tantos indicadores negativos y no menos pronósticos sombríos para el año por venir, al menos un gurú financiero internacional dio una señal de optimismo acerca de la economía Argentina para 2019. Se trata de Michael Hasenstab, director del fondo de inversión Templeton. Nombrado por la revista Forbes “Maestro del dinero”, en 2015, Hasenstab acaba de ubicar a la Argentina en un lote de países con perspectivas positivas, junto a Brasil y la India.

El director de Templeton se especializó en la compra de títulos de deuda de países en problemas financieros, como en su momento México e Irlanda. Y en Mayo de este año impulsó la adquisición de Bonos del Tesoro Argentino con vencimiento en 2023 y 2025, a través del Fondo Franklin Templeton. Posibilitó así la inversión de 2250 millones de dólares qué, en aquel momento de incertidumbre cambiaria y financiera, gestión personalmente el entonces Ministros de Hacienda, Luis Caputo.

Ahora Hasenstab sostuvo que la Argentina podría liderar un rebote y se mostró confiado en que a Macri le irá bien en las próximas elecciones, curiosamente en circunstancias adversas para el mercado financiero argentino, caracterizadas por una fuerte suba del riesgo país.

Despedimos el 2018 con un cóctel en Bahía Blanca.

El final del año es un gran momento para encontrarnos y sumar perspectivas. Por eso, el pasado 29 de Noviembre compartimos un cóctel de cierre de año en Bahía Blanca, junto a la Escribanía Furlong Montiel Spaccasassi Ormaechea y más de 20 empresarios.
El encuentro comenzó con una charla de Rodrigo Alvarez, Leandro Furlong y Franco Spaccasassi, en la que se debatieron nuevas visiones económicas, financieras y políticas para el próximo año.
Cerramos la noche con un brindis para recibir el 2019 de la mejor manera.

La trilogía del riesgo argentino.

17/11/18 Nota de prensa por Rodrigo Alvarez para Perfil.

Promediaba la Segunda Guerra Mundial y la Alemania nazi venía de un duro revés en tierras rusas. Las fuerzas aliadas habían recuperado el norte de África luego de duras batallas con los ejércitos del Eje. Claramente el balance de fuerzas estaba cambiando, pero Winston Churchill supo encontrar la justa medida para situar el logro. “Este no es el final. No es incluso el principio del final. Es, tal vez, el fin del principio”. Ocho décadas más tarde, bien valen estas palabras para definir el significado de haber logrado algo más de un mes de tranquilidad en el frente cambiario. Pero ¿cuáles son las próximas batallas económicas y políticas que debe enfrentar la Argentina?

El año 2019 es una bisagra en la que confluyen fuerzas con elevado potencial de desestabilización. Identificamos una trilogía de riesgos cuya dinámica no solo condiciona la performance económica en el corto plazo, sino también y, fundamentalmente, la capacidad de pensar la Argentina en el mediano y largo plazo. El primer vértice de esta trilogía es del contexto internacional. En este sentido, nuestro timming de relacionamiento no ha sido el mejor. Elegimos cerrarnos en tiempos de precios de materias primas elevados y abundante financiamiento barato. Y ahora que los vientos soplan de frente, estamos abiertos, expuestos. En el mundo crece el valor del proteccionismo, las tensiones comerciales entre los grandes jugadores son moneda corriente e incluso el Mercosur puede dejar de ser un refugio para la producción y el comercio regional. El frente financiero internacional dista de estar despejado. Las tasas de interés iniciaron un proceso de suba, sin prisa, pero sin pausa, que reduce el apetito por riesgo emergente. Es una mala noticia para un modelo de crecimiento extremadamente vulnerable a los cambios de humor de los inversores financieros. Este año fue el fiel reflejo de que la desregulación financiera puede traer consecuencias.

La segunda dimensión de esta trilogía es el frente político. Y aquí propongo viajar al futuro para volver al presente. El gobierno que asuma en diciembre de 2019 deberá enfrentarse con un mercado de crédito cerrado, básicamente porque la preocupación de los inversores va a ser el denso perfil de vencimientos de deuda que se debe afrontar a partir de 2022 por los abultados vencimientos con el FMI. Es altamente improbable que los inversores estén dispuestos a aumentar su exposición a la Argentina para que el próximo gobierno pueda cancelar la deuda con el organismo internacional. Por el contrario, los inversores van a exigir un nuevo y más amplio paraguas financiero del organismo como condición para seguir en el juego. Nuestra propia historia, y la de economías que transitaron por acuerdos similares, es contundente: la refinanciación de vencimientos vendrá asociada a nuevas condicionalidades. Es cierto que el FMI no es tan duro como en los 90, pero tampoco va a renegociar gratuitamente el stand by, al menos las experiencias recientes no indican lo contrario. Sergio Massa, con poco timming, expuso una realidad casi matemática: quien gane en las elecciones de octubre se deberá sentar a negociar con el FMI. La pregunta es entonces ¿cómo se manejará el FMI si en lugar de negociar con Macri debe hacerlo frente a CFK? ¿Tendrá la misma vocación por llegar a un acuerdo? En cualquier caso, las nuevas condicionalidades del FMI implicarían nuevos desafíos políticos.

El tercer ángulo de la trilogía es la economía. La Argentina enfrenta la mencionada tensión financiera global y la incertidumbre eleccionaria de 2019 con desequilibrios macroeconómicos pesados: el déficit fiscal y de cuenta corriente, que se están corrigiendo de la peor manera. La devaluación cierra la brecha externa de la mano de una recesión económica con lejanos precedentes y cuya duración se extenderá, a nuestro juicio, por más tiempo del que muchos creen, dando por tierra dos de los principales logros de Cambiemos, el crecimiento económico y la reducción de la pobreza. En este marco, el cierre brusco de la brecha fiscal requerido por el FMI no contribuye a mejorar el crecimiento.

Alzando la mirada para ver un horizonte que se extienda más allá del año que viene surgen varias incógnitas. La primera es ¿cuál será el efecto sobre la cuenta financiera de un cambio de gobierno? Sea cual fuere el resultado eleccionario, la próxima administración deberá, necesariamente, renegociar la deuda con el FMI y/o plantear un canje. Bajo este supuesto, ¿habrá margen para que, por ejemplo, si un candidato de Unidad Ciudadana resultara electo, pueda montarse sobre la competitividad cambiaria y los precios de tarifas para atrasar todo otra vez? A nuestro juicio, no. De cara a 2019, el panorama está abierto. La reciente medida de aumento de encajes a préstamos bancarios provenientes del exterior pareciera dar cuenta de una toma de conciencia del peligro que representa el ingreso indiscriminado de capitales especulativos, pero resta mucho por recorrer en ese sentido. Hoy pareciera que se ganó la primera batalla con el tipo de cambio, pero resta generar los resortes institucionales para evitar repetir esta crisis y atender los daños que dejó sobre la actividad. Estamos, tal vez, y tan solo, frente al fin del principio.